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El alcohol es una de las sustancias adictivas más populares y socializadas. Algunas personas pueden controlar cuánto beben, pero otras tienen factores de riesgo que les impiden beber de un modo responsable. Cuando estas personas se vuelven adictas al alcohol (etanol), a menudo se les conoce como alcohólicos.
Algunos alcohólicos, pese a su adicción, pueden mantener una calidad de vida razonable y ocuparse de sus responsabilidades diarias. Sin embargo, la mayoría de los alcohólicos experimentan consecuencias negativas (físicas, psíquicas y sociales) debido al consumo de alcohol.
La importancia que para la prevención y para un posible tratamiento tiene el conocimiento, lo más preciso posible, del nivel de consumo de alcohol de la persona afectada, llevó a la Organización Mundial de la Salud a desarrollar el Test AUDIT (Cuestionario de Identificación de los Trastornos debidos al Consumo de Alcohol)
Se trata de un método simple de screening, cuyo objetivo es la identificación de patrones de consumo de alcohol perjudicial o de riesgo como apoyo a una necesaria evaluación breve en atención primaria.
De manera consecuente también proporciona un marco de trabajo estable en la intervención para ayudar a quiénes muestran un consumo perjudicial o de riesgo a reducir o cesar ese consumo de alcohol, y con ello ayudarles a evitar las consecuencias perjudiciales de su conducta.
Test de Alcoholismo (AUDIT)
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Causas de la adicción al alcohol
La mayoría de las sustancias adictivas, entre ellas el alcohol, afectan al centro de placer y recompensa del cerebro. El alcohol manipula este sistema y nos predispone a repetir comportamientos que nos procuran placer. En las personas adictas, sus cerebros se vuelven a cablear químicamente para desear el alcohol.
Se considera que alrededor del 50% del riesgo de padecer alcoholismo es genético, y por lo tanto puede explorarse a través de la historia familiar.
Existen por otra parte causas biológicas que se relacionan con la historia de consumo del propio individuo. Sabemos que un consumo prolongado o repetido de alcohol puede cambiar la química del cerebro y predisponer de este modo a la adicción al alcohol.
Por último, hay variables de tipo social que también pueden considerarse precursoras del alcoholismo. Básicamente porque como decíamos al principio, la ingesta de alcohol es una conducta social bien tolerada, e incluso alentada en determinadas culturas.
Los jóvenes observan que los adultos beben alcohol socialmente , y muchos interiorizan que es una conducta segura porque sus padres lo hacen.
Tratamiento del alcoholismo
Las personas con problemas leves con el alcohol pueden dejar de beber solas o con la ayuda de grupos de apoyo. Sin embargo, las personas que son adictas al alcohol requieren un tratamiento multidisciplinar, con apoyo médico, psicológico y social.
Desde el punto de vista psicológico se consideran abordajes terapéuticos adecuados la Terapia cognitivo-conductual, la terapia familiar y la entrevista motivacional.
De un modo simultáneo, los grupos de apoyo terapéutico y comunitario se han evidenciado como especialmente eficaces en el tratamiento de la adicción al alcohol. Un ejemplo bien conocido de este tipo de programas son los puestos en marcha por Alcohólicos Anónimos en todo el mundo.
