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Autoeficacia percibida, o la importancia de creer en ti

Autoeficacia percibida
María Laura Iuzzolino

A lo largo de la vida, sobre todo en los primeros momentos de nuestro desarrollo, construimos una imagen de nosotros mismos en base a nuestras experiencias en un contexto en particular. Al final, esas “recolecciones experienciales” acabarán por incidir en la percepción que construimos de nosotros mismos y de nuestro entorno.

En esta línea, Albert Bandura viene a proponer el término de autoeficacia percibida, explicando a partir de él cómo nuestras ideas sobre nosotros mismos inciden en las metas que nos proponemos alcanzar. Sigue leyendo si deseas saber más acerca de la autoeficacia y cómo trabajarla.

¿Qué se entiende por autoeficacia?

El concepto de autoeficacia o autoeficacia percibida refiere la confianza que algunas personas tienen en sus habilidades. Es decir, refiere a la creencia en las propias capacidades para alcanzar un objetivo.

El concepto de autoeficacia percibida está íntimamente relacionado con el de motivación, ya que contar con ella tendrá un efecto motivador sobre la persona y su visión acerca de aquello que debe hacer. Está comprobado que una visión positiva acerca de las metas que tenemos hace que efectivamente acaben por lograrse.

Romper con pensamientos del estilo “no lo lograré” o “no soy bueno para esto” hará que acabes por conseguir aquello que te propones. Es lógica pura: si ya inicias una tarea creyendo que no lo lograrás, efectivamente esa creencia pesimista se hará realidad, porque no estarás lo suficientemente motivado ni pondrás todo de ti para hacerlo.

Dicho esto, hasta aquí, se hace evidente la importancia de la autoeficacia percibida y cómo puede incidir en nuestras metas, proyectos, y bienestar en general. La autoeficacia, podemos atrevernos a decir, es un determinante que te permitirá o no alcanzar las metas que te propongas en tu vida.

Fue Albert Bandura, psicólogo ucraniano-canadiense nacido en 1925 quien introdujo el concepto de autoeficacia percibida. Él, interesado en los procesos motivacionales, en 1986 elaboró la Teoría del Aprendizaje Social.

Con esto queremos resaltar que, su línea de investigación siguió un decurso trazado por las creencias humanas, sobre todo motivacionales, y las incidencias de la sociedad en la motivación de las personas que la componen.

Principales efectos de la autoeficacia percibida

La autoeficacia percibida tiene un beneficioso impacto sobre la persona que la percibe. En primer lugar, creerá en sus capacidades, por lo que se proyectará alcanzando aquello que se propone o desea. Y, no solo eso, las creencias en la autoeficacia inciden sobre la conducta de la persona en general.

Esto sucede debido a que la imagen de uno mismo que la persona genera tiene directo impacto sobre sus procesos cognitivos, afectivos y selectivos. Sin embargo, los principales efectos de la autoeficacia se producen en el marco de la motivación, la persistencia y perseverancia y en lo académico. Pues, por ejemplo, un estudiante con autoeficacia percibida tenderá a obtener mejores calificaciones que uno que no confía en sí mismo. 

Por supuesto, la autoeficacia también incide en la autoestima. De hecho, son dos cuestiones que van de la mano. Una persona segura de sí misma tendrá una autoestima alta y esto le permitirá sortear obstáculos y superar la adversidad de un modo favorable. Incluso, se verán beneficiados cuando cometan errores, ya que confiarán en que podrán subsanarlos y retomar el camino hacia su objetivo sin problemas.

Autoeficacia y motivación

Como ya fue mencionado, el concepto de autoeficacia se ve íntimamente ligado al de motivación. Explicaremos el por qué de este vínculo.

Bandura, en sus desarrollos teóricos, caracteriza a la autoeficacia como un constructo crucial para el desarrollo de cualquier tipo de conducta. El pensamiento o creencia de autoeficacia será el “motor” que permitirá llevar una acción adelante. Pondrá en marcha, impulsará y regulará las conductas a desarrollar para alcanzar el objetivo propuesto.

Como ya fue adelantado, el hecho de que una persona cuente con la autoestima suficiente para considerarse capaz de llevar adelante cualquier actividad se verá motivada a ponerse en marcha y alcanzar aquello que se propone. La motivación puede ser definida como el proceso cognitivo que anima a una persona, le da impulso, para realizar algo.

Sin motivación, probablemente, no haríamos nada, ya que no tendríamos la fuerza que nos lleve a hacerlo. Por lo tanto, la autoeficacia percibida funciona como un plus motivacional que, dándole a la persona la confianza en sí misma necesaria, la impulsa a llevar adelante actividades y proyectos, creyendo en sí misma y en sus capacidades.

Desarrollar la autoeficacia percibida

En este punto probablemente querrás desarrollar tu autoeficacia percibida para poder plantarte frente a los objetivos que te propones de otra manera. Si bien es cierto que los pilares de la autoeficacia se desarrollan a edades tempranas, también continúan su decurso durante la adolescencia y la vida adulta.

Esto hace que sea posible la existencia de hábitos que puedes comenzar a implementar para practicarla. Ganarás así autoestima y confianza en ti mismo, lo que te permitirá afrontar obstáculos con la motivación y el impulso necesario.

Para ganar confianza en ti, deberás analizar la información de cuatro fuentes, para modificarla en caso de ser necesario. Estas son:

  1. Los logros de ejecución. Las experiencias pasadas. Tus memorias acerca de lo que hayas hecho, que influirán en lo que te sientes capaz de hacer.
  2. Observación. Visualizar a otras personas hacer cosas similares a las que te propones, te permitirá imaginarte a ti mismo haciéndolo. Esto te dará impulso y motivación, creerás que no es imposible alcanzar lo que deseas.
  3. Persuasión verbal. Esta fuente es de suma importancia ya que te dará la fuerza de confianza que necesitas para disponerte a seguir tus metas. Un poco de persuasión siempre será necesaria para alcanzar lo que te propones.
  4. El estado fisiológico. La imagen que te hayas generado, o conocimientos que tengas acerca de tu propio estado fisiológico también serán un importante determinante a la hora de desarrollar la autoeficacia.

Estas cuatro fuentes de creencias ya desarrolladas deben ser en primer lugar analizadas. Piensa en ti, y en qué idea has desarrollado de ti mismo respecto a cada uno de estos puntos. No será tarea fácil, pero con trabajo todos ellos pueden trabajarse y modificarse para recobrar confianza en uno mismo.

Conseguirás así un buen nivel de autoeficacia percibida que te permitirá alcanzar lo que deseas. Y tú, ¿confías en ti mismo?

Referencias bibliográficas

  • Maddux, J. E. (1995). Self-efficacy theory. In Self-efficacy, adaptation, and adjustment (pp. 3-33). Springer, Boston, MA.
  • Maddux, J. E., & Stanley, M. A. (1986). Self-efficacy theory in contemporary psychology: An overview. Journal of Social and Clinical psychology, 4(3), 249.
  • Olaz, F. O. (2001). La teoría social cognitiva de la autoeficacia. Journal of College Student Development, 35, 19-24.

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