No todas las personas creativas son iguales, lo que hace que la definiciĂłn de creatividad sea un reto y su evaluaciĂłn una empresa realmente difĂcil.
La definiciĂłn psicolĂłgica tradicional de la creatividad incluye dos partes: la originalidad y la funcionalidad.
âNo se puede ser creativo a menos que se llegue a algo que no se ha hecho antesâ, dice el psicĂłlogo Dean Keith Simonton, de la Universidad de California. âLa idea tambiĂ©n tiene que ser funcional, de alguna manera, tiene que cumplir con algunos criterios de utilidad.â
Hay un tercer criterio que suele estar presente en las normas que amparan los derechos de propiedad intelectual para los productos y las ideas que nacen de la creatividad de los inventores: âLa idea creativa no debe ser una extensiĂłn obvia de algo que ya existe.â
La creatividad entonces implicarĂa la producciĂłn de una idea que es novedosa, Ăștil y sorprendente. Siguiendo a Simonton:
âLa novedad separa la idea de la rutina o lo ordinario, mientras que la utilidad la separa de la locura o la mala adaptaciĂłn. El criterio sorpresa por su parte marca la idea como un desarrollo no obvio de las ideas anteriores.â
El estudio de la creatividad por parte de los psicólogos, muy activo desde el comienzo del siglo 20, ha tomado esta definición sólo como punto de partida, ampliåndolo y poniéndolo en cuestión desde diversos puntos de vista.
La conexiĂłn entre personalidad y creatividad
SegĂșn Simonton debe hacerse una clara distinciĂłn entre la creatividad con âcâ y la creatividad con âCâ.
La primera se utiliza a menudo como un indicador de la salud mental, incluye la resolución de problemas cotidianos y la capacidad de adaptarse al cambio. La segunda, por otro lado, es mucho mås rara.
Se produce cuando una persona resuelve un problema o crea un objeto que tiene un gran impacto en la forma en que otras personas piensan, sienten y viven sus vidas.
AdemĂĄs de esta distinciĂłn, Simonton observa una diferencia entre el tipo de creatividad que ayuda a un pintor a crear obras maestras, y el tipo que ayuda a un fĂsico a desarrollar nuevas teorĂas sobre el origen del universo.
Ambos tipos requieren un dominio excepcional de habilidades, pero las diferencias de personalidad llevan a los individuos a actividades muy diferentes.
âEl criterio mĂĄs importante es la cantidad de restricciĂłn existente en el proceso creativoâ, explica Simonton. âLa ciencia tiene que ser restringida a un proceso cientĂfico, pero hay mucho menos limitaciones en los artistas. Muchos artistas vienen de ambientes mĂĄs caĂłticos, que los preparan para crear con menos lĂmites estructurales.â
La motivaciĂłn y la inteligencia
En la década de 1920, el psicólogo Louis Terman, comenzó a estudiar la relación entre la inteligencia y la creatividad. En una muestra longitudinal de niños inteligentes, encontró que no todos destacaban en el desarrollo de sus capacidades creativas.
Fue entonces cuando los psicĂłlogos empezaron a darse cuenta que algo mĂĄs que la inteligencia era necesario. Para Simonton, este algo mĂĄs es la capacidad de ver las cosas desde una perspectiva diferente.
âEs necesario un cociente intelectual de alrededor de 140 para aprender lo suficiente de fĂsica para ser realmente creativo en esta disciplinaâ, dice Simonton. âPero aĂșn teniendo ese cociente intelectual mĂnimo, todavĂa hay algo mĂĄs que debe estar ahĂ para que una persona sea verdaderamente creativa.â
La creatividad se aprende
La hipĂłtesis que sustenta el documento grĂĄfico que ofrecemos hoy es que todos tenemos la capacidad de ser creativos, y en esa linea transcurre la entrevista realizada por Punset al experto en creatividad Ken Robinson:
âTodos poseemos un talento, todos tenemos la capacidad de ser creativos; y la mayorĂa vivimos sin saberlo, convencidos muchas veces de que el creativo es aquel que sabe componer melodĂas, o escribir una poesĂa.â
Ken Robinson reclama en este capĂtulo de Redes la necesidad de que en nuestra sociedad existan entornos donde cada uno pueda encontrar la inspiraciĂłn necesaria para desarrollar su creatividad.
CĂłmo entrenar la creatividad
Si atendemos a las investigaciones realizadas en el ĂĄmbito de la psicologĂa en relaciĂłn a las variables que influyen en la mejora de la creatividad, podemos establecer como relevantes las siguientes:
1. Cultivar la curiosidad y el interĂ©s. Esto supone prestar atenciĂłn a las cosas por sĂ mismas (Csikszentmihalyi, 1996), cuestionando lo obvio, no con espĂritu de contradicciĂłn, sino con intenciĂłn de añadir otras posibles explicaciones a las ya admitidas y otras posibles soluciones a las ya conocidas.
2. Ampliar la capacidad de discriminación perceptiva. Lo que cada uno de nosotros podemos aportar a cualquier campo de creación o conocimiento no es la realidad, sino la manera en la que interpretamos esa realidad.
3. Ejercitar nuestra capacidad de pensamiento lateral. Debemos aprender a seguir la lógica del deseo y no centrarnos tan solo en lo viable, en lo operativo o en lo posible. (De Bono, 1992)
4. Relativizar la importancia del juicio de los demĂĄs. El juicio de los demĂĄs impone presiones añadidas y condicionamientos superfluos. La creaciĂłn requiere de cierta libertad, y si estamos constantemente preocupados por lo que pensarĂĄn otras personas, serĂĄ difĂcil plantearse retos.
5. Considerarnos capaces. El principal freno para desarrollar la creatividad es creernos incapaces de realizar algo creativo en cualquier åmbito de actuación. Solemos confundir un fracaso inicial con una incapacidad real. (Buzan, 2003).
âșRecursos:
El aprendizaje de la creatividad
âșFuentes:
What exactly is creativity?
Imagen cortesĂa de Richcd vĂa morguefile.com