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Eneatipo 7: El miedo al vacío

Eneatipo Siete
Daniel Lobato López
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En el presente artículo nos detendremos en el análisis de un nuevo eneatipo de la personalidad. Hablamos del número siete del ya comentado eneagrama, el cual cuenta con una serie de características distintivas que merecen ser estudiadas en detalle.

Como ya hemos anticipado en otras publicaciones, todo lo que se comente en relación a los distintos eneatipos ha de ser considerado de especial interés, pero con las reservas necesarias, ya que no está empíricamente validado ni demostrado científicamente.

¿Cómo es un eneatipo siete?

Esta categoría del eneagrama engloba a aquellas personas que huyen de sí mismas. Para ser más precisos, se las ingenian para escapar de todo lo doloroso, esforzándose continuamente por mostrar a los demás su cara más amable e incluso humorística.

La sensación de vacío o aburrimiento les aterra, y es por ello por lo que muchas veces se muestran hiperactivos, con decenas de ideas que se les aglutinan en la cabeza, y con un nivel de actividad que los demás consideran desbordante.

A raíz de lo comentado, bien podríamos encontrar una interesante relación entre este tipo de personalidad y el ya comentado trastorno de evitación experiencial, en el cual la persona no está dispuesta a conectar con sus propios sentimientos.

Un número siete puede llegar a convertirse en un auténtico hedonista, buscando el placer de lo inmediato como un medio de acallar esa aterradora sensación de vacío.

Son típicas de este grupo las personas que recurren a adicciones de diverso tipo, o que cubren de experiencias gratificantes sus vidas de un modo casi compulsivo. Todo sea por no mirar de frente al silencio o a la calma, que para ellos no son tales.

Una nota curiosa de un número siete la constituye el hecho de que, a ojos de los demás, parece ser una persona completamente feliz. Siempre está bromeando y desbordando alegría, cuando en realidad en su interior existe mucho dolor.

Por otra parte, el tedio es su peor enemigo, por lo que siempre andan proponiendo actividades y cosas a los demás para experimentar esa tan necesaria estimulación.

¿Cómo llega un número siete a ser cómo es?

Un número siete puede perfilar sus rasgos a partir de múltiples experiencias, aunque principalmente estas tienen que ver con un aprendizaje basado en la evitación del dolor.

Estas personas en algún punto de sus vidas aprendieron que su sufrimiento no era atendido como esperaban, o no sabían cómo manejarlo, e invirtieron denodados esfuerzos en huir de él o encubrirlo. Lo exterior cobró entonces un papel vital, ya que les facilitaba elementos necesarios para poner en marcha esta huida de lo emocional.

Es por eso por lo que aspectos como el apego a lo material, la comida, el sexo, o las experiencias extremas son utilizadas como un medio para evitar el dolor.

No parece claro si el trastorno por déficit de atención o TDAH está relacionado con esta categoría de la personalidad, especialmente si ha de entenderse como causa o consecuencia. En cualquier caso, parece haber un vínculo importante a este respecto.

¿Qué puede aprender un eneatipo siete?

Un eneatipo siete tiene un largo camino por delante, y si es capaz de recorrerlo adecuadamente, su crecimiento personal puede ser enorme.

En primer lugar, una de las claves de su aprendizaje tiene que ver con la conexión con el interior. Se hace fundamental que la persona se detenga, deje de lado su frenética actividad y deposite la mirada en su dolor. Es importante que lo haga sin miedo, con una actitud abierta y permitiendo que las emociones fluyan.

No se puede estar huyendo toda la vida, y es por eso por lo que esta práctica de la quietud es tan importante. Lo más curioso es que la conclusión más probable que extraerá tendrá que ver con que el monstruo no era tan temible, de forma que aprenderá a dejar de tenerle tanto pavor.

Por otro lado, una de las cosas que pueden ser muy útiles a un número siete tiene que ver con la propia validación de las emociones. Como hemos comentado, estas personas tienden por sistema a negar cientos sentimientos desagradables (tristeza, ira, miedo, etc.).

Es esencial que se permitan sentir estas emociones tal y como son, dándoles su necesario valor, sin sustituirlas inmediata y automáticamente por otras más alegres “a la fuerza”. Cada emoción tiene algo que enseñarnos si somos capaces de escucharla.

En resumidas cuentas, la verdadera superación de un número siete viene de ser capaz de abandonar los patrones del ego que tanto tiempo han permanecido y desarrollar quizá los rasgos más saludables del eneatipo cinco, tales como la curiosidad, la comprensión y la sabiduría.

De lograrlo, la transformación les ayudaría a cambiar su forma de relacionarse con los demás y con el mundo, la cual sería mucho más equilibrada y positiva.

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