Los Mejores Psicólogos
de Tu Ciudad

 

Comparte:

Por qué hacemos daño a las personas que amamos

conflictos de pareja
Jose Manuel Garrido
Últimas entradas de Jose Manuel Garrido (ver todo)

El ser humano es, por naturaleza, una criatura social. Buscamos conexiones, construimos relaciones y, en muchos casos, dedicamos gran parte de nuestra vida al cuidado y bienestar de quienes amamos. Pero, paradójicamente, también puede suceder que lastimemos a esas mismas personas, incluso sin quererlo.

Esta contradicción nos lleva a reflexionar: ¿por qué hacemos daño a quienes más queremos? Este comportamiento, aunque doloroso, tiene raíces psicológicas y emocionales que vale la pena explorar para comprendernos mejor y construir relaciones más saludables.

El amor y la vulnerabilidad: una conexión inevitable

Cuando amamos a alguien, nos volvemos emocionalmente vulnerables. Abrimos nuestras puertas más profundas, dejando que esa persona entre en nuestras emociones, pensamientos y sentimientos. Esto es maravilloso, pero también implica un riesgo: al acercarnos tanto, nuestras emociones se intensifican, y cualquier conflicto o discrepancia puede tener un impacto mucho mayor.

La vulnerabilidad que surge en las relaciones cercanas a menudo nos expone a nuestras inseguridades. Por ejemplo, si tememos el rechazo o la pérdida de alguien importante, podemos reaccionar de maneras defensivas que terminan hiriendo a esa persona. No se trata de un daño intencionado, sino de una respuesta emocional desbordada. Las relaciones más cercanas nos enfrentan con nuestra humanidad más cruda, y en ese terreno, los errores son inevitables.

La proyección de nuestras emociones no resueltas

Una de las razones más comunes por las que lastimamos a quienes queremos es que proyectamos en ellos nuestras propias emociones no resueltas. Esto ocurre cuando cargamos con frustraciones, miedos o inseguridades que no hemos gestionado adecuadamente, y las dirigimos hacia las personas más cercanas a nosotros.

Por ejemplo, si estamos pasando por un período de estrés laboral o personal, es posible que descarguemos ese malestar en nuestra pareja, familiares o amigos. Esto no significa que el problema sea realmente con ellos, sino que, al ser las personas más accesibles emocionalmente, se convierten en receptores de nuestras tensiones internas.

La proyección también puede surgir en forma de críticas o juicios hacia el otro. Si sentimos que no estamos logrando nuestras propias expectativas, podemos ser más duros con quienes nos rodean, exigiéndoles más de lo necesario o culpándolos por nuestras propias carencias. Este patrón de comportamiento, aunque inconsciente, puede causar heridas profundas en nuestras relaciones.

La dinámica del apego: ¿qué aprendimos en la infancia?

Nuestra manera de relacionarnos con los demás está profundamente influenciada por las experiencias que vivimos durante la infancia, especialmente en relación con nuestros cuidadores principales. Según la teoría del apego, desarrollada por John Bowlby, los vínculos emocionales tempranos moldean cómo percibimos y manejamos las relaciones a lo largo de nuestra vida.

Por ejemplo, si crecimos en un entorno donde nuestras necesidades emocionales no siempre fueron satisfechas, es posible que desarrollemos patrones de apego ansioso o evitativo. Esto puede manifestarse en nuestras relaciones adultas en forma de celos, dependencia excesiva o dificultades para expresar nuestras emociones.

En este contexto, podemos herir a quienes queremos como una forma de protegernos de un dolor anticipado. Por ejemplo, si tememos que nuestra pareja nos abandone, podemos sabotear la relación inconscientemente, con actitudes defensivas o críticas, para evitar sentirnos vulnerables. Estas conductas son reflejo de heridas emocionales pasadas que se activan en el presente.

El papel de la comunicación y los malentendidos

A menudo, el daño en las relaciones no surge de una intención deliberada, sino de una falta de comunicación efectiva. Aunque muchas veces asumimos que quienes nos conocen mejor deberían entendernos sin necesidad de explicarles todo, esta expectativa es irreal. La verdad es que no siempre expresamos nuestras emociones y necesidades de manera clara, lo que puede llevar a malentendidos y conflictos.

Cuando no nos sentimos escuchados o comprendidos, podemos reaccionar con hostilidad, sarcasmo o indiferencia, hiriendo al otro en el proceso. Por ejemplo, en lugar de decir “me siento inseguro en esta relación”, podríamos expresar esa inseguridad en forma de críticas o reclamos, lo que puede ser percibido como un ataque.

La falta de habilidades de comunicación asertiva también puede hacer que evitemos confrontar problemas importantes, lo que genera resentimientos acumulados. Eventualmente, esos sentimientos reprimidos pueden salir a la superficie de formas poco saludables, causando aún más daño a la relación.

La paradoja de la confianza: lastimar a los más cercanos

Otra razón por la que a veces hacemos daño a quienes queremos radica en la confianza que tenemos en ellos. Esto puede parecer contradictorio, pero tiene sentido cuando lo analizamos detenidamente.

Con las personas que nos importan solemos sentirnos más cómodos, siendo nosotros mismos, con nuestras virtudes y defectos. Esto significa que, a veces, dejamos que nuestras emociones más intensas salgan a la luz porque sabemos, en un nivel profundo, que esas personas estarán ahí para nosotros a pesar de nuestros errores.

Sin embargo, esta confianza también puede llevarnos a bajar la guardia y expresar nuestro enojo o frustración de formas hirientes que no usaríamos con alguien menos cercano. Por ejemplo, podríamos hablarle a un amigo o familiar con un tono que nunca usaríamos con un compañero de trabajo. Esta “seguridad” en la relación puede generar dinámicas de conflicto si no somos conscientes de cómo nuestras palabras y acciones afectan a los demás.

¿Cómo podemos evitar lastimar a quienes amamos?

Es importante destacar que, aunque lastimar a los demás es parte de la experiencia humana, esto no significa que no podamos trabajar para reducir esos momentos. Ser conscientes de nuestros propios patrones emocionales y practicar la autocompasión y la empatía son pasos clave para construir relaciones más saludables.

La terapia psicológica puede ser especialmente útil para identificar las raíces de nuestros comportamientos y aprender herramientas para gestionarlos de manera más efectiva. Además, mejorar nuestras habilidades de comunicación y cultivar una escucha activa puede transformar la forma en que nos relacionamos con los demás.

Finalmente, reconocer nuestras fallas y pedir perdón cuando lastimamos a alguien es esencial para reparar el daño y fortalecer los lazos. Aunque no podemos evitar todos los conflictos, podemos aprender a abordarlos con madurez y respeto, construyendo relaciones más resilientes y significativas.


Estudios y publicaciones relacionadas

  1. Bowlby, J. (1988). Attachment and Loss (Vínculo y Pérdida)
    Este clásico de la psicología explora cómo los vínculos tempranos afectan nuestras relaciones adultas. Puedes leer más sobre esta teoría en el siguiente enlace.
  2. Gottman, J., & Silver, N. (1999). The Seven Principles for Making Marriage Work (Los siete principios para que el matrimonio funcione)
    Este libro, basado en estudios de miles de parejas, ofrece claves prácticas para mejorar la comunicación en las relaciones cercanas. Más información en Gottman Institute.
  3. Gross, J. J. (2002). Emotion regulation: Affective, cognitive, and social consequences (Regulación emocional: consecuencias afectivas, cognitivas y sociales)
    Este artículo analiza cómo la regulación emocional afecta a nuestras interacciones sociales. Disponible en PubMed.

Estas obras ofrecen un contexto científico para comprender mejor por qué a veces dañamos a quienes amamos y cómo podemos trabajar para construir relaciones más saludables y conscientes.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll al inicio