- Deseo Mimético: El Poder de la Imitación en las Relaciones Humanas - 25 noviembre, 2023
- Mujeres pedófilas, ¿una realidad invisible? - 12 noviembre, 2023
- Cómo la ira te ayuda a alcanzar tus metas, o los beneficios de enfadarse - 3 noviembre, 2023
La comunicación no verbal cuenta más de lo que creemos. Cuando nos encontramos por primera vez con otra persona, hay mucho más de lo que decimos que influye en si sentimos simpatía o desconfianza hacia ella. Nuestro cuerpo transmite mensajes continuamente sin que apenas nos demos cuenta.
Los estudios en el campo de la comunicación no verbal han arrojado interesantes hallazgos respecto a ciertas señales que tienden a propiciar una mayor simpatía y afinidad en los primeros encuentros entre personas.
Este conjunto de señales emitidas a través del lenguaje corporal recibe el nombre de “señales de inmediatez” según investigaciones previas (Andersen, 1985; Mehrabian, 1971). Dicho esto, surge la curiosidad de identificar cuáles son precisamente esas indicaciones físicas que parecen desencadenar la simpatía de forma espontánea.
En este artículo veremos algunas de las señales corporales que indican que probablemente nos caeremos bien con alguien, y cómo influye nuestra comunicación no verbal inicial en la formación de una impresión favorable con nuestros semejantes.
La sonrisa, el gesto más sincero
Sonreír es una de las formas más directas de transmitir una buena impresión. Las personas que sonríen de forma natural y espontánea suelen causar una sensación positiva en quienes las ven. Una sonrisa demuestra apertura y confianza. Los estudios indican que cuando vemos a alguien sonreír, automáticamente replicamos ese gesto nosotros mismos de manera involuntaria.
Esto ayuda a generar empatía y cercanía. Sin embargo, es importante que la sonrisa sea sincera y no forzada. Una sonrisa fingida o exagerada podría tener el efecto contrario y causar desconfianza.
Mantener el contacto visual de forma natural
Mirar a los ojos transmite atención y cercanía. Sin embargo, hay que hacerlo de forma natural para no incomodar. Las miradas fugaces o evasivas suelen interpretarse como señal de desconfianza o inseguridad. Los expertos recomiendan mantener el contacto visual entre el 60-80% del tiempo que dura la conversación.
Mirar brevemente también a otros elementos del entorno de forma esporádica ayuda a que el contacto no se torne excesivo. Alguien que mantiene el contacto visual de forma relajada pero no excesiva seguramente transmita una buena impresión.
Postura abierta y relajada
El lenguaje corporal juega un papel importante. Una postura rígida y cerrada envía un mensaje contradictorio con el que realmente queremos transmitir cuando conocemos a alguien. Optar por una postura relajada pero abierta, con los brazos y piernas ligeramente separadas del eje del cuerpo, hará que la otra persona se sienta más cómoda. Es recomendable también utilizar gestos con las manos de forma esporádica, por ejemplo al hablar o reafirmar algo, ya que ayuda a reforzar la comunicación.
Gestos que facilitan la comunicación
Gestos simples como asentir con la cabeza cuando la otra persona habla, realizar algún gesto con las manos o encogerse de hombros de forma relajada ayudan a facilitar la comunicación no verbal de forma positiva. El asentir ayuda a mostrar que se está siguiendo lo que la otra persona expresa. Pequeños gestos con las manos ayudan a enfatizar algunos conceptos. Y encogerse de hombros de forma natural muestra cercanía al demostrar que no tiene una actitud rígida. Estos gestos muestran interés y cercanía.
La empatía, clave para congeniar
Más allá de las expresiones corporales, otro factor que influye en las primeras impresiones es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y comprender cómo se siente. Prestar atención a las emociones que transmite la otra persona con su lenguaje no verbal y responder de manera comprensiva ayuda a establecer lazos de empatía que suelen desencadenar la simpatía mutua.
Escuchar activamente favorece la sintonía
No sólo se trata de no interrumpir, también hay que mostrar interés por lo que dice la otra persona con gestos como asentir o hacer algún comentario esporádico que indique seguimiento. Sonreír y mantener contacto visual transmiten que se está siguiendo lo que la otra persona comparte. La escucha activa demuestra atención genuina por el otro, lo que refuerza las buenas sensaciones iniciales.
Hacer preguntas que permitan conocerse mejor
Formular algunas preguntas sobre opiniones, gustos o experiencias personales facilita que haya una mayor valoración positiva de la otra persona. Esto se debe a que las preguntas generan cercanía al mostrar interés por conocer aspectos significativos de su forma de ser. Algunas preguntas abiertas que suelen funcionar bien son sobre qué le gusta hacer en su tiempo libre, series o libros preferidos, entre otros temas.
Un feedback positivo ayuda a congeniar con facilidad
Realizar algunos comentarios esporádicos que valoran aspectos positivos del discurso de la otra persona, como afirmaciones breves o miradas de aprobación, refuerza la sensación de armonía y complicidad entre ambos. Un simple “muy interesante” u “opino igual” de forma esporádica puede ayudar. Esto ayuda a que la conversación fluya de manera natural hacia la simpatía mutua.
Mejorando la comunicación no verbal lograremos mayor afinidad
Son múltiples los estudios que avalan la influencia de la comunicación no verbal a la hora de desencadenar la simpatía entre las personas que acaban de conocerse. Una sonrisa sincera, mantener contacto visual de forma natural, usar gestos que faciliten la interacción y adoptar posturas corporales abiertas son algunas de las claves para transmitir buena predisposición.
Pero también es importante desplegar habilidades de escucha activa, hacer preguntas para conocer mejor al otro y ofrecer feedback positivo que refuerce la sintonía. Mejorando nuestra expresividad corporal lograremos afianzar la empatía y desencadenar con mayor facilidad la simpatía en el primer contacto con otras personas.
