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Labilidad emocional ¿Eres una persona lábil?

Labilidad emocional
María Laura Iuzzolino

¿Has sentido alguna vez que no tienes poder sobre tus emociones? ¿Sientes perder el control cuando se trata de manifestar lo que te sucede, o de evitar hacerlo? Estas situaciones son comunes, a todos nos suceden en nuestra vida cotidiana.

Sin embargo, cuando esta falta de control o el desencadenamiento exagerado de manifestaciones emocionales se produce con severidad y mucha frecuencia, entonces podrías ser una persona lábil.

La labilidad emocional es un síntoma, tras ella se encubren cuadros que pueden implicar daños neurológicos o trastornos mentales más o menos graves, y es necesario estar alerta para poder detectarla y recurrir a un profesional para un diagnóstico.

Si quieres saber más acerca de la labilidad emocional y si puedes estar padeciéndola, ¡sigue leyendo!

¿Qué implica ser una persona lábil?

Estallidos de risa repentinos, llantos sin motivo, gritos desenfrenados sin razón alguna, estas son solo algunas de las manifestaciones de la labilidad emocional. Una persona lábil es alguien que se expresa de forma exagerada, por momentos fuera de lugar, siendo incapaz de manifestar las emociones básicas correctamente según el contexto.

Por lo general, las personas que la padecen reaccionan de la forma opuesta a la que siguiendo el sentido común deberían. Suelen estallar en llanto ante situaciones aparentemente dichosas, o reír en situaciones de dolor. La reacción emocional alterada puede durar desde segundos hasta extenderse por minutos, incluso horas.

La labilidad emocional no implica un descontrol habitual, en todo momento. Se trata de episodios aislados, intermitentes. Y, es importante destacar, que en el tiempo intermedio en que no hay episodios en despliegue, la persona puede expresarse de manera normal.

Lo que caracteriza a las personas lábiles, son sus cambios de humor abruptos y rápidos, sin motivo alguno que pueda llegar a atribuirse como causa para el desencadenamiento de la emoción manifiesta. Es común también que, durante los episodios de variación emocional, las emociones vayan sucediéndose entre sí.

Las emociones pueden ir así variando de una a la otra pudiendo darse casos extremos, como, por ejemplo, pasar de un llanto desenfrenado a reír a carcajadas.

¿Cuáles pueden ser las causas de la labilidad emocional?

Todos los seres humanos presentamos un cierto grado de labilidad emocional, es común y perfectamente normal. Sin embargo, es necesario alarmarse cuando estos episodios se producen de manera continua y regular, también cuando se generan cambios abruptos carentes de sentido.

La labilidad emocional, si bien en cierta medida siempre está presente, puede ser la indicadora de algún cuadro o afección, es decir, un síntoma. Ahora mencionaremos los más comunes motivos de su aparición. La labilidad emocional podría estar encubriendo:

  • Un cuadro de depresión mayor, en el que el paciente pasa de estados neutros a episodios de tristeza extrema.
  • Enfermedades neurodegenerativas, tales como Alzhaeimer, la enfermedad de Parkinson, algún otro tipo de demencia o hasta Esclerosis Múltiple.
  • Daño cerebral o neurológico, infecciones, inflamaciones, laceraciones, hematomas. También podría ser producto del funcionamiento anormal del sistema límbico. Incluso puede aparecer luego de intensas contusiones.
  • Trastorno bipolar, un trastorno del estado de ánimo que se destaca por repentinos cambios emocionales aparentemente sin motivo alguno, alternando entre manía y depresión.
  • Ciclotimia, que podría identificarse informalmente como una versión “menos severa” del trastorno bipolar, donde también se producen intensos cambios de humor, pero como menos frecuencia y en menor medida.
  • Epilepsia, por el mal funcionamiento del encéfalo en estos cuadros.
  • Consumo habitual de sustancias, abarcando drogas de todo tipo, desde las legales a las que no lo son.
  • Altos niveles de estrés constantes acompañados de hipertensión arterial.
  • Traumas emocionales severos.

Todos estos factores hacen que la labilidad emocional normalmente se diagnostique de manera errónea, pudiendo ser confundida con otros cuadros. Por ejemplo, por presentar estos signos, podría creerse que alguien con depresión mayor en realidad tiene bipolaridad, y este es un error severo ya que según la condición diagnosticada variará el tratamiento que se adjudique.

El especialista sabrá que la labilidad emocional no es en sí la condición, sino un síntoma de algún daño producido o que pone en manifiesto algún tipo de cuadro como los anteriormente mencionados.

¿Puede tratarse la labilidad emocional?

Como ya pudimos adelantar e imaginarás, no se trata de forma directa la labilidad emocional. Esta es un síntoma, no una condición en sí. En estos casos, es crucial el diagnóstico del cuadro que afecta a la persona, para así poder proceder en base a él y adjudicar el tratamiento indicado para la mejoría del paciente.

No será lo mismo tratar a alguien con daño cerebral producto de una contusión, que a alguien que padece depresión, trastorno bipolar, ni epilepsia, aunque todos tengan en común ser personas emocionalmente lábiles. Un diagnóstico acertado es la mejor posibilidad para lograr encontrar el camino correcto hacia la mejoría y la estabilidad emocional del paciente.

La labilidad emocional puede llevar a severas consecuencias, tales como el aislamiento de la persona por vergüenza respecto a su inestabilidad, inseguridad, problemas de autoestima o sentimientos de culpa producto de la incomodidad que podría generar en otros al reír cuando no debería, o llorar cuando no hay motivo para hacerlo.

En el momento en que la labilidad incapacita tu vida normal, es cuando deberías de recurrir a un especialista que pueda ayudarte, para así sortear las dificultades y lograr retomar una vida normal. Es importante no solo trabajar los cambios de humor, sino todo lo que ellos pueden haber afectado a su paso: la autoestima del paciente, sus sentimientos de soledad, ansiedad e incapacidad de mantener relaciones sociales.

Si te has sentido identificado con este artículo o consideras que alguien que conoces podría estar padeciendo de labilidad emocional, no esperes. Tu vida cotidiana seguramente esté sufriendo las consecuencias de estos síntomas. Busca ayuda con un especialista y verás que la mejoría es real y es posible.

Recursos bibliográficos

  • García, C. S., & Míguez, M. J. P. (2007). Labilidad emocional/afectividad negativa y regulación emocional en hijos de madres ansiosas. Psicothema, 19(4), 627-633.
  • Leaberry, K. D., Walerius, D. M., Rosen, P. J., & Fogleman, N. D. (2020). Emotional lability. Encyclopedia of Personality and Individual Differences, 1319-1329.
  • Morris, P. L., Robinson, R. G., & Raphael, B. (1993). Emotional lability after stroke. Australian and New Zealand Journal of Psychiatry, 27(4), 601-605.
  • Rosen, P. J., Walerius, D. M., Fogleman, N. D., & Factor, P. I. (2015). The association of emotional lability and emotional and behavioral difficulties among children with and without ADHD. ADHD Attention Deficit and Hyperactivity Disorders, 7(4), 281-294.

1 comentario en “Labilidad emocional ¿Eres una persona lábil?”

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