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Empezaremos definiendo etimológicamente algunas palabras que serán menester durante este capítulo. En mi razonamiento acerca de la vida, considero importante el origen y la propuesta de significado con la que fueron concebidas las palabras, de manera que al traerlas al contexto presente podamos comprender lo que en su inicio quisieron transmitir. Esto nos permitirá re-valorar y replantear su aplicación.
Salud proviene del latín salus, salutis “salud”, “salvación”. Con sus derivaciones como “saludar”, desear salud.
Mental viene del latín mentalis y significa “relativo al pensamiento”.
Emocional está formada por raíces latinas y significa “relativo a una intensa y pasajera alteración de ánimo”.
Cuerpo viene del latín corpus refiriéndose a la figura humana sobre todo el tronco. Corporal, que significa relativo al cuerpo.
Integral viene del latín ingralis y significa “todo, completo, sin que le falte algo”.
Cuidar tiene el significado de “poner atención a algo o alguien” y viene del latín cogitare “pensar”.
Hace un par de días mientras entablaba una jugosa conversación con amigos y familiares, brincaron a mi atención ciertos aspectos de la condición humana. Una vez que entendí su propósito inicié con la redacción de este capítulo. La salud integral y nuestra relación individual con su significado.
El modus operandi en el mundo contemporáneo exige sin distinción alguna, la persecución de objetivos y deseos que nos han llevado en determinados casos, hacia “ningún lado”. Esta carrera competitiva ocasiona una separación de la realidad en lo individual y lo colectivo, algo así como una ceguera atemporal.
Corremos creyendo caminar, desenfocamos creyendo poner atención y demandamos elementos materiales suponiendo complementar nuestras vidas. En este trotar infinito también perdemos el control de nuestra vida, avanzando hacia los ideales del mundo exterior. Aunque pensamos tener el timón.
Este andar automático nos aleja de ser conscientes de lo que pensamos, lo que sentimos y en sumas ocasiones, de lo que hacemos. Es entonces, hasta que los resultados se paran frente a nosotros que nos damos cuenta de lo benéfico o perjudicial que estamos accionando.
En la salud no es diferente, yo diría que es el departamento de la vida, donde menos consciente somos y en la que más atentos se nos requiere.
Si tienes duda de lo que te digo, solo revisa las cifras de muertes en el mundo ocasionadas por situaciones de descuido en la salud. (Las enfermedades pre existentes mal atendidas se consideran también: desatención personal)
Infinidad de enfermedades de la salud desde un simple dolor en el pie «que hicimos omisión durante nuestra juventud» hoy convertido en dolor crónico; hasta una afectación mayor como la que nos heredaron geneticamente, sin nosotros ser conscientes de su existencia. Por descuido u omisión, estas alertas que nuestro cuerpo anuncia, son evitadas hasta que no hay más remedio que una intervención de vida o muerte.
La pregunta que yo te hago es: ¿es así como debemos actuar respecto a la vida que nos han prestado? desatendiendo de formas poco amorosas el cuerpo, el organismo y la mente.
Algunos filósofos de la antigüedad, consideraban que eramos duales, mente y alma, algunos otros intelectuales consideran que somos mente, cuerpo, alma y espíritu.Sin entrar en detalles ni considerar la aceptación de estas premisas, me parece que hay verdades que no podemos negar.
Tenemos un cuerpo, tenemos un órgano que se encarga de gestionar nuestros pensamientos, así como somos poseedores de un instinto de supervivencia activado por nuestras emociones, mismas que hoy en día podemos entender y manejar, gracias al despertar en nuestra consciencia.
En la medida que seamos capaces de parar en varias etapas de nuestras vidas, para hacer un recuento de hechos, eventos y experiencias, podremos anticipar padecimientos futuros.
Ser pro activos no se refiere solamente al ámbito profesional o a la generación de riqueza, sino a la habilidad para prevenir todo aquello que pueda dañarnos en la distancia.
La salud como sugerimos en este escrito, es un cuidar consolidado de varios aspectos, enumerados quedarían de la siguiente manera:
La salud corporal, que se refiere al cuerpo, el ejercicio físico, los órganos internos y su funcionamiento.
La salud mental, aquella que tiene que ver con nuestro desempeño intelectual, con la relación motriz, así como la gestión de nuestros pensamientos y recuerdos.
La salud espiritual, -cabe aclarar, no se refiere al aspecto religioso per sé-, sino al entendimiento de la razón de ser en lo individual, a la experiencia terrenal de cada individuo.
La salud alimenticia, que se refiere al consumo de alimento por hambre y nutrición, reconociendo los llamados del cuerpo para hacer una correcta ejecución de la misma.
La salud vinculativa, aquella que se encarga de nuestras relaciones con personas, creencias y suposiciones acerca de las personas, de nosotros con ellos y ellos con nosotros, así como, con aquellos que ya no están más hoy.
Por último y no por ello menos importante:
La salud emocional, una competencia que deberíamos aprender desde que somos unos críos, encargada de la gestión de estímulos externos e internos que generan energía y nos mueven a tomar decisiones, auto-conocernos, auto-controlarnos y lograr un hábil desempeño en nuestras relaciones intra e interpersonales.
Esperar pues, que los eventos insalubres nos hagan actuar, es negligencia absoluta. Un actuar incongruente con los privilegios que como especie poseemos.
Este capítulo de hoy es, un llamado a vivir, haciendo uso de los derechos que somos acreedores.
La salud integral es algo que debe importar a todos sin distinción, aunque es comprensible por la enorme desigualdad en el mundo, habrá sectores de la población más privilegiados que otros, por lo que:
- Si tienes el privilegio, es tu obligación.
- Si tienes el recurso, es tu obligación.
- Si puedes colaborar a otros, no es tu obligación, pero puedes ejercer el derecho de servir al prójimo.
- Si tienes un dolor, es tu obligación hacerle caso, no automedicándote, sino atendiéndolo con respeto, amor y honestidad.
- Si tienes salud, haz buen uso y date auto-cuidado.
- Si tienes los recursos económicos no esperes a que la salud requiera de ellos para cuidar de ti.
- Si quieres vivir en bienestar, es mejor antes a que la urgencia la que llame a tu puerta.
- Si no tienes privilegios en recursos, la educación y un entorno sano pueden apoyar a contrarrestar ciertas deficiencias.
Cuidar la salud es algo que implica atención, practica, educación, desapego, acción continua, aprendizaje, usar al máximo tus sentidos, de forma tal, que puedas atender los llamados antes de que sea demasiado tarde.
Recuerda que: si algo resuena, comenta; si algo funciona, practícalo más y si crees que esto le pueda ayudar a alguien más, comparte.