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Emitir un juicio implica hacer una calificación. Esta puede ser sobre personas, situaciones, actitudes o acciones. Los juicios son opiniones, elaboradas a partir del abordaje personal: nuestras ideas, conceptos, creencias y valores.
Emitirlos, en sí, no implica nada malo, pues todos tenemos diferentes puntos de vista e ideas. El problema con los juicios surge cuando no concordamos con alguien más y no realizamos críticas precisamente constructivas al respecto.
Es importante tomar consciencia acerca de lo que juzgar implica, y el impacto que nuestra opinión puede llegar a tener en los demás. Por eso en este artículo hablaremos acerca de por qué emitimos juicios y, además, por qué no deberíamos hacerlo.
¿Por qué juzgamos a los demás? 5 motivos
En muchas ocasiones, juzgamos a otras personas por su forma de ser, decisiones o actitudes, sin un verdadero motivo y por el simple hecho de disentir respecto a ellas. Sin embargo, estos juicios pueden ser incorrectos, y además llegar a ser dañinos.
Puedes estar preguntándote por qué juzgamos a los demás normalmente. A ello responderemos ahora. Estos son los motivos por los cuales criticamos a los demás:
- Comparaciones: cuando se realizan críticas sobre los demás, quien critica, suele comportarse como si fuera superior, comparando a sí mismo con la persona a quien juzga. Sin embargo, esta actitud lo único que hace es evidenciar que aquel que está juzgando tiene sentimientos de inferioridad y, probablemente esté acomplejado por ello.
- Baja autoestima: alguien con autoestima baja, intentará encontrar estrategias para sentirse mejor consigo mismo. A través de emitir críticas, intentan hacer enaltecer su autoestima destacando los errores o malas decisiones de los otros. Sin embargo, esto no da ningún resultado efectivo, pudiendo hacerlo sentir mejor pero solo por un momento.
- Aprendizaje: somos seres sociales, interactuamos con los demás y, si frecuentamos círculos de personas que generalmente emiten juicios sobre otros o critican todo lo que hacemos, acabaremos por tomar esa misma conducta por aprendizaje.
- Estilo de crianza: similar al punto anterior, el estilo de crianza con el que alguien ha crecido puede llegar a tornar a una persona en un criticador nato. Adultos demasiado críticos, que ejercen una crianza sobre sus niños centrándose en comparaciones y opiniones acerca de lo que hacen otras personas, terminará dando como resultado niños con estas mismas características.
- Recurrentes pensamientos negativos: cuando usualmente pensamos en términos negativos, incluso acerca de nosotros mismos, seguramente acabaremos por pensar de esa misma manera acerca de los otros. Será inevitable aplicar sobre ellos los mismos términos que aplicamos sobre nosotros.
¿Por qué no deberías juzgar a los demás?
Emitir constantes opiniones acerca de otras personas es, en general, un intento por sentirnos mejor con nosotros mismos. Sin embargo, esta técnica no parece ser muy efectiva, la sensación de bienestar suele ser pasajera. Al hacerlo tu autoestima seguirá de la misma manera, solo encubrirás más aún tu sentimiento de inferioridad.
Además, es mucho el daño que podemos llegar a ocasionar a otra persona a partir de críticas que, en muchas ocasiones, pueden llegar a ser crueles. Es por ello que detenerse y pensar antes de criticar algo o a alguien es de gran importancia.
Con nuestras críticas no logramos hacernos ningún bien a nosotros mismos ya que solo encubrimos nuestra baja autoestima sin buscar una solución al respecto y, probablemente, estés lastimando a alguien más con ello a partir de juicios que pueden herir a otros emocionalmente.
Debes saber que cuando criticamos a alguien estamos normalmente señalando aquellas cosas que no nos gustan de nosotros mismos. La crítica funciona como un espejo, enjuiciamos a los demás por algo que no nos gusta de nuestra persona.
Cómo dejar de juzgar a los demás
Como vimos, al juzgar a otros no hacemos más que señalar en ellos aquello que no nos gusta de nosotros mismos, o encubrir nuestro sentimiento de inferioridad tras una máscara, mostrándonos como superiores. Es por ello que dejar de juzgar a otras personas compulsivamente y solucionar nuestros problemas personales es de suma importancia.
Para dejar este hábito que nada tiene de beneficioso puedes empezar por trabajar tus inseguridades. Las críticas que emites de ahí provienen, trabajar tu inseguridad y sentimiento de inferioridad harán que no sientas la constante necesidad de criticar a alguien más para sentirte mejor contigo mismo.
La reflexión y el análisis de tus actitudes puede también ser de gran ayuda. Pensar en el por qué de tus conductas te ayudará a saber cuándo estás sin notarlo emitiendo críticas crueles e innecesarias. Con ello también, aunque no sea fácil, podrás identificar si en realidad aquello que criticas en los otros es algo que ves en ti mismo y te resulta molesto.
Por supuesto, la ayuda de un psicólogo es un gran recurso para superar inseguridades y lograr así sentirte mejor contigo mismo, para no necesitar buscar tu bienestar a partir de señalar los errores de los demás.
Esperamos que estos consejos te hayan sido de utilidad. Que a través de este artículo hayas logrado comprender por qué juzgamos a los demás y por qué no deberías hacerlo.
La próxima vez que sientas el deseo de criticar a alguien o emitas un juicio sobre ellos, piensa al respecto, y reflexiona acerca de tus propias inseguridades que te motivan a hacerlo. Terminarás por beneficiarte a ti mismo.
Recursos bibliográficos
- Fein, S., & Hilton, J. L. (1994). Judging others in the shadow of suspicion. Motivation and Emotion, 18(2), 167-198.
- López, D. (2015). Vivir sin juzgar. El Canto de los Delfines, (1).
- Rojas, Q., & Milagros, V. (2007). La autoestima.
- Ros Larman, G. (1976). El sentimiento de inferioridad.
- Stalnaker, A. (2008). Judging others: History, ethics, and the purposes of comparison. Journal of Religious Ethics, 36(3), 425-444.