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Elementos decisivos que pueden afectar a tu productividad en el trabajo

productividad en el trabajo
Psicopedia

Ser productivos en nuestro trabajo es una cuestión altamente relevante para poder crecer profesionalmente y mejorar nuestros resultados día a día. Al fin y al cabo, tener un trabajo en el que nos sintamos útiles y que ponga en valor nuestras fortalezas es un factor de peso a la hora de sentirnos bien con nosotros mismos y tener una salud emocional estable. 

A pesar de que son muchos los factores que pueden incidir en nuestra productividad laboral, lo cierto es que existen ciertos elementos emocionales, motivacionales o relacionados con el clima laboral que pueden afectar de manera directa a cómo de eficientes somos al llevar a cabo nuestras tareas diarias. 

Por todo esto, en este artículo queremos resumir los principales elementos que pueden afectar a nuestra productividad en el trabajo, a través de ejemplos reales y prácticos que se suelen dar día a día en miles de empresas en todo el mundo. 

El clima laboral

Una de las principales cuestiones que afectan directamente al índice de productividad que pueda tener un trabajador es el clima laboral. El ambiente que exista entre los miembros de un equipo, cómo estos se relacionan con otros departamentos de la empresa o la afinidad que exista con los jefes y directores de la compañía son solo algunos ejemplos de cómo las emociones afectan a nuestro trabajo.

Contar con una relación sana entre los miembros de toda la empresa es el primer paso para favorecer la eficiencia entre los trabajadores, cuidando factores decisivos como pueden ser la comunicación interna, la transparencia y el trabajo en equipo. 

La motivación

Otro de los elementos más importantes para favorecer una buena productividad en una empresa es el hecho de que los líderes de la compañía sean capaces de favorecer la motivación entre sus trabajadores. En este sentido, cualquier equipo de trabajo debe contar con una buena estructura de motivación, en la que se otorguen beneficios y donde los trabajadores sientan que su trabajo es valorado.

Así, está claro que un equipo poco motivado podrá sacar el trabajo adelante, sin embargo, con la motivación necesaria, el mismo equipo podría estar obteniendo más y mejores resultados. De esta manera, aquellos líderes que opten por poner en valor la calidad del trabajo de sus compañeros a través de prácticas motivacionales podrán conformar un equipo más sólido y, en definitiva, más productivo

Conciliación y horarios

A pesar de que cada vez es más común el hecho de que las empresas vean necesario aportar a sus trabajadores algo más que un buen sueldo, lo cierto es que la conciliación y los horarios suelen ser siempre un punto débil que afecta negativamente a la productividad general. No obstante, en los últimos años, ha surgido una tendencia positiva en este sentido, en la cual el teletrabajo ha favorecido una mayor independencia y adaptabilidad a la vida de los trabajadores, permitiéndoles conciliar y, en muchos casos, aumentando su productividad. 

Seguimiento y supervisión

La supervisión y el seguimiento por parte de un líder o un jefe de equipo es siempre un factor decisivo para aumentar o disminuir la productividad de los trabajadores. Contar con una persona que ejerza un liderazgo consciente y cercano, donde se supervisen los errores y los aciertos y donde los problemas se puedan solucionar con eficiencia, es un siempre un indicativo de estar trabajando en un equipo de alto rendimiento.

Poder tener la confianza de realizar sus tareas dentro de una estructura laboral sólida, en la que los errores se corrigen en equipo y donde el líder sea una persona de confianza son, sin duda, elementos enormemente importantes para la productividad general de cualquier compañía. 

Objetivos y expectativas laborales

Otro de los factores decisivos que afectan a la productividad laboral es contar con unos objetivos y unas expectativas claras y reales. Los trabajadores necesitan conocer cuáles son los objetivos principales y secundarios que deben perseguir, qué estrategias deben aplicar y qué acciones concretas deben llevar a cabo para que su trabajo sea eficiente. Si estos objetivos y expectativas no están claros o no se llevan a la práctica, los trabajadores pueden sentirse perdidos o abandonados, lo que afectará negativa y significativamente a su productividad. 

Formación y reciclaje

Finalmente, la última cuestión que resulta de gran importancia a la hora de valorar la productividad de un equipo de trabajo es la formación y las posibilidades de reciclaje que reciben los trabajadores. En muchos casos, a pesar de trabajar en puestos para los que se requieren ciertos estudios, esta parte formativa se deja de lado con los años y no se desarrolla una formación más específica para los empleados.

De esta manera, si la compañía invierte recursos en ofrecer a sus trabajadores opciones formativas, cursos de reciclaje y actualización o, simplemente, algún tipo de contenido que pueda ser aplicable a la eficiencia de sus labores diarias, estará apostando por contar con un equipo con un nivel mucho más óptimo de productividad. 

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