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Estrés, ansiedad y deseo sexual: tips para superar esta compleja situación

Estres y Deseo Sexual
Jose Manuel Garrido

En la actualidad, sufrimos una serie de estímulos ciertamente negativos que pueden afectar a nuestra vida personal y que a menudo se relacionan con el estrés laboral, las situaciones económicas delicadas o los problemas derivados de nuestras relaciones familiares y sociales.

De hecho, en los últimos años, probablemente derivado también de la pandemia por Covid 19, se registraron unos niveles de estrés que han batido récords históricos: hasta un 40 por ciento de los adultos han manifestado haber sufrido estrés en el último año. 

Así, otra cuestión que se deriva de este contexto es cómo se afectan el estrés y deseo sexual, dos temas muy importantes para una buena salud mental y física. En este sentido, el estrés puede llegar a afectarnos de una forma no solo mental, si no también fisiológica, limitando nuestro deseo a través de la pérdida de libido y generando en nosotros cansancio y frustración. 

Por todos estos motivos, en este post queremos estudiar cómo afecta sufrir estrés y ansiedad a nuestro deseo sexual, analizando qué motivos pueden desencadenar este trastorno, cómo se pueden superar este tipo de situaciones y, en definitiva, cómo se puede recuperar el deseo sexual. 

El estrés como el mayor enemigo de una vida sexual saludable

Contar con una vida sexual saludable es un elemento indispensable en la vida de cualquier persona. Trabajar en nuestra sexualidad como una facción más de nuestro día a día resulta imprescindible para mejorar cuestiones como la autoestima y la autopercepción; es por eso que, cuando el estrés aparece, a menudo el deseo sexual se esfuma y los problemas en la vida sexual de cada uno comienzan a aparecer. 

El estrés es el perfecto detonante para desequilibrar nuestras vidas. Situaciones complicadas a nivel económico, problemas familiares, exceso de carga de trabajo y otras presiones rodean nuestro día a día y convierten nuestras rutinas en un continuo estado de alerta. Es por esto que, en muchas ocasiones, al sentirnos agotados o frustrados, lo primero que abandonamos es nuestra vida sexual. 

De hecho, esto ni siquiera se hace de manera consciente, ya que es nuestro propio cuerpo el que busca restar actividades para poder descansar. Además, también es así como surgen otras afecciones relacionadas como el insomnio, el mal humor o la pérdida de libido. 

La ansiedad, un síntoma derivado del estrés

Además, del estrés, la ansiedad es una compañera que también forma parte de la vida de muchas personas en la actualidad. Podríamos definir la ansiedad como un síntoma o una consecuencia del estrés, una reacción psicofisiológica que se da ante una situación que percibimos como una amenaza, así sea real o no.

Dentro de este contexto, la ansiedad también puede ser un motivo de peso en la pérdida del deseo sexual. Al estar en constante alerta, nuestras reacciones físicas y emocionales se anulan, creando una sensación de desapego frente a ciertas situaciones, como puede ser la vida sexual. 

Consejos para superar una situación de estrés y ansiedad

No obstante, a pesar de que el estrés y la ansiedad a menudo se instalan en nuestro cuerpo y nuestra mente, hoy en día se pueden encontrar excelentes herramientas para superar estas situaciones de una forma relativamente sencilla. Recuperarse después de haber sufrido un episodio de estrés o ansiedad será un camino en el que hay que trabajar cada día, ser constante y tener paciencia para alcanzar los objetivos. 

En este sentido, el principal consejo es intentar no presionarnos a nosotros mismos por cumplir expectativas demasiado altas: si al estrés que sufrimos le añadimos una presión aún mayor por superarlo, tendremos muchas más probabilidades de fracasar. Por el contrario, conviene dedicarnos tiempo a nosotros mismos con actividades que nos enriquezcan y nos permitan desconectar, trabajar de mano con un psicólogo profesional o realizar ejercicios de gestión emocional. 

Estrés y deseo sexual: ¿cómo recuperarlo?

En la misma línea de superación de un contexto de estrés y ansiedad encontraríamos también la recuperación del deseo sexual. Después de haber pasado por un episodio de desequilibrio emocional y físico es completamente normal sentirse desubicado respecto a la vida sexual. 

Para recuperar el deseo sexual es necesario saber que será un proceso delicado en el que debemos ser pacientes para ir viendo los resultados de manera paulatina. En este sentido, lo mejor es no forzarnos a tener relaciones sexuales y dejar que surjan las oportunidades. Además, también es una buena alternativa introducir pequeños cambios en nuestra vida sexual, utilizando por ejemplo juguetes, ambientadores o, simplemente, un masaje para darle un toque diferente y que nos resulte más atractivo. 

En el caso de contar con una pareja sexual relativamente estable, también se recomiendan hacer ejercicios concretos para activar la producción de endorfinas, de forma que podamos ver un apoyo real en la persona que tenemos al lado. Finalmente, no podemos dejar de recomendar que cada uno dedique tiempo a conocerse a sí mismo, para poder disfrutar de una vida sexual sana y libre de estrés. 

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