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El miedo es una poderosa y primitiva emoción humana que nos advierte de la presencia de peligro y que ha sido fundamental para mantener viva nuestra especie. Es una respuesta fundamental para preservar la integridad física y emocional ante cualquier peligro. Si no sentimos miedo no podemos protegernos de las amenazas reales.
Pero muchas veces tenemos miedo de situaciones que distan mucho de representar un peligro real. Los traumas o ciertas malas experiencias pueden provocar en nosotros una respuesta de miedo que es difícil de calmar e incluso de explicar. Sin embargo, está demostrado que exponernos a nuestros demonios personales es la mejor manera de enfrentarse a ellos.
El miedo puede dividirse en dos etapas según el tipo de reacción que está presente: la fisiológica o la emocional. La respuesta bioquímica es universal, mientras que la respuesta emocional es muy personal e individualizada.
La respuesta fisiológica del miedo
Cuando nos enfrentamos a un peligro percibido, nuestros cuerpos responden de manera específica. Las reacciones físicas al miedo incluyen sudoración, aumento de los niveles de adrenalina y un incremento de la frecuencia cardíaca.
Esta respuesta fisiológica suele conocerse como la respuesta de “lucha o huida”, en la que el cuerpo se prepara ya sea para entrar en combate o para huir.
Esta reacción bioquímica es probablemente fruto de un desarrollo evolutivo. Es una respuesta automática y es crucial para la supervivencia.
La respuesta emocional del miedo
La respuesta emocional de miedo es altamente personalizada. Algunas personas son adictos a la adrenalina, y disfrutan realizando deportes extremos o enfrentando otras situaciones emocionantes inductoras de miedo. Otros por contra tienen una reacción negativa a la sensación de miedo, evitando situaciones que inducen miedo a toda costa. Aunque la reacción física es la misma, el miedo puede ser percibido como positivo o negativo según quién lo percibe.
Sea cual sea el modo en que se perciba la situación de miedo, parece claro que la exposición repetida a situaciones similares conduce a la familiaridad. Esto reduce en gran medida tanto la respuesta de miedo como la euforia resultante. Así, los adictos a la adrenalina van a buscar siempre nuevas y más grandes emociones.
Por otra parte esta particularidad del miedo también constituye la base de algunos tratamientos para los miedos irracionales o fobias, que se centran en minimizar progresivamente la respuesta de miedo haciendo que el paciente se sienta familiarizado con ella.
En el vídeo que presentamos se ofrece una entrevista al Dr. Jorge Tizón, en la que nos habla sobre el miedo y su peculiaridad como emoción básica y necesaria, al mismo tiempo que comenta su último libro “El poder del miedo”, una obra de gran interés en la que en palabras del editor:
“El profesor Tizón aborda de manera rigurosa pero comprensible para cualquier lector, la naturaleza y el poder del miedo. Intenta situar cada uno de los temores en su contexto justo, para mostrar dónde guardamos nuestros miedos y tratar de explicarnos cómo gestionarlos en nuestra vida cotidiana”.
►Recursos:
El poder del miedo: ¿Dónde guardamos nuestros temores cotidianos?
►Fuentes:
Para todos La 2, TVE. Entrevista al Dr. Jorge Tizón
Un video ameno y conciso, gracias por compartirlo.
Gracias por comentar. Saludos!