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Los peligros de la autoestima

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Psicopedia

Durante casi 30 años ha sido un hecho aceptado en la psicología que la baja autoestima era la causa de muchos problemas sociales y personales, especialmente entre los jóvenes.

De este modo, cuestiones como el embarazo adolescente, el suicidio, la delincuencia o el fracaso escolar eran vinculadas, en gran parte, a la baja autoestima.

Como consecuencia llegó a desarrollarse todo un movimiento orientado al establecimiento de una variedad de intervenciones clínicas y educativas, cuyo objetivo principal era elevar la autoestima de los diversos grupos en los que se focalizaba.

La hipótesis que sustentaba y sustenta aún este movimiento terapéutico es la suposición del poder causal de la autoestima como la forma más eficaz de mejorar la condición de diversos grupos considerados de riesgo a la hora de desarrollar problemas sociales y psicológicos.

El falso poder causal de la autoestima

Los estudios sociales y clínicos parecían sugerir que este vínculo era permanente, y miles de libros populares en la tradición de autoayuda han respaldado este mensaje. Sin embargo en los últimos años los psicólogos sociales han cuestionado muchos de estos supuestos.

El primer reto vino de Emler (2005) que hizo una evaluación cuidadosa y crítica de la literatura al respecto. Su conclusión fue, esencialmente, que hay poca evidencia para establecer el poder causal de la baja autoestima en los problemas sociales y psicológicos, así como para sustentar la eficacia de los programas establecidos para aumentarla.

La investigación de Emler obtuvo una serie de conclusiones interesantes:

  1. Una autoestima relativamente baja no es un factor de riesgo para la delincuencia, la violencia hacia los demás (incluyendo violencia doméstica), el uso de drogas, el abuso de alcohol, un bajo nivel de instrucción o el racismo.
  2. Una autoestima relativamente baja si es un factor de riesgo para el suicidio, los intentos de suicidio, la depresión, el embarazo adolescente y la victimización. Sin embargo, en cada uno de estos casos la baja autoestima es sólo uno entre varios factores de riesgo relacionados, y no el más importante.
  3. Aunque los mecanismos causales siguen sin estar claros, una baja autoestima infantil parece estar asociada con trastornos de la alimentación en los adolescentes, así como con bajos ingresos y problemas de empleo en la edad adulta.
  4. Los jóvenes con muy alta autoestima son más propensos que otros a mantener actitudes racistas, rechazar las presiones sociales de los adultos y compañeros y participar en actividades físicas arriesgadas, como tomar alcohol al volante o conducir de forma temeraria.
  5. Las influencias más importantes en los niveles de autoestima de los jóvenes son sus padres, en parte como resultado de la herencia genética y en parte a través del grado de amor, preocupación, aceptación e interés que muestran por sus hijos. El abuso físico y sexual es especialmente perjudicial para los sentimientos de autoestima de los niños.
  6. Los éxitos y fracasos personales también influyen en la autoestima. Pero a pesar de la atención prestada a los efectos en el rendimiento escolar, el grado de influencia de la autoestima es relativamente pequeño.
  7. La autoestima infantil puede elevarse con intervenciones programadas (tanto con los padres como con los propios niños), pero el conocimiento de por qué determinadas intervenciones son eficaces es muy limitado.

Los efectos negativos de la alta autoestima

Emler llega a la conclusión de que la baja autoestima puede tener características motivacionales beneficiosas para el sujeto, mientras que la alta autoestima puede llevar a comportamientos de autosatifacción,  arrogantes y vanidosos, en lugar de proporcionar beneficios específicos.

Por otra parte, ciertos estudios experimentales han comenzado a mostrar los efectos negativos de una alta autoestima. Es decir, que parecen mostrar que las personas con alta autoestima suponen una mayor amenaza para ellos mismos y para los demás que aquellos con baja autoestima.

Desde luego, hay otros estudios que contradicen estos resultados, pero la esencia del argumento es que tenemos que ser precisos en la auto-evaluación de nuestras competencias, haciéndolo con un espíritu de aceptación y realismo.

En consecuencia debemos establecer una clara diferencia entre la autoestima auténtica o genuina y la autoestima externa o falsa. La primera es interna y está bajo nuestro control, la segunda es externa y está bajo el control de los demás, lo que nos convierte en personas inseguras y volubles.

Del mismo modo, es importante tratar de distinguir entre el narcisismo no saludable con todo su ego inflado y su ensimismada vanidad y la verdadera y adecuada autoestima.

Las personas narcisistas dependen de otros para afirmarse. En este sentido, son muy vulnerables y dependientes de sus afirmaciones positivas. Debido a que no tienen una verdadera autoestima tienen que esforzarse por fingir de manera continua.

Los que tienen por otra parte conciencia de sí mismos, sin arrogancia ni exceso de humildad con respecto a sus capacidades y talentos, son personas más equilibradas.

Por todo lo dicho, y aunque nos resulte paradójico, puede llegar a ser muy imprudente y poco saludable concentrarse en el aumento de la autoestima cuando ésta no se alinea con las capacidades reales del individuo.


Recursos:
El Mapa de la Autoestima
Fuentes:
Is high self-esteem bad for you? Imagen cortesía de PublicDomainPictures

4 comentarios en “Los peligros de la autoestima”

  1. Habrá que escribir un articulo sobre “LOS PELIGROS ESTUDIAR PSICOLOGÍA TENIENDO DEFICIT DE NEURONAS”. Para empezar, el tema de la autoestima no estriba en si es “alta” o “baja”, sino mas bien si es una autoestima sana o enferma. El “psicologo” que escribe este articulo denota haber estudiado poco el tema y haber sacado conclusiones sesgadas. Y no hablemos de quien le publica las gracias…Lamentable artículo que conduce a la confusión

  2. No sé qué idea de autoestima manejas, pero desde luego la que yo conozco une a los otros, no separa: al comprenderme a mí mism@ y aceptarme como soy, comprendo y acepto de manera natural a los demás. El resto es autocomplacencia, vanidad, como quieras llamarlo. La autoestima es algo mucho más profundo. Y claro que te vuelves más independiente de la aceptación externa, por lo que no te importa actuar de manera divergente a la aceptada socialmente si así lo sientes. Y puedes hacerlo porque te sientes libre, ni necesitas demostrar nada ni tampoco la palmadita en la espalda. Creo que hay que revisar la noción de autoestima, ya que suele confundirse con el narcisismo, como tú dices y la vanidad, que no son más que reacciones a la pobre imagen que tengo de mí mism@. Gracias

  3. No creo merecer ,ser el primero , mas por los datos que me han obsequiado me entero que no solo impide el verdadero desarrollo sino que además resulta perjudicial a nivel de consciencia colectiva y se afirma que no es cristiana

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