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La personalidad narcisista se caracteriza por un sentido exagerado de la propia importancia, una necesidad profunda de admiración constante, y una falta de empatía hacia los demás. Existen diferentes grados de narcisismo, que van desde rasgos relativamente benignos de vanidad y arrogancia, hasta un trastorno de personalidad narcisista grave y patológico. Las personas con este trastorno sienten que poseen un derecho especial y muestran una falta de entendimiento por los sentimientos, las necesidades y los derechos de otras personas.
El trastorno de la personalidad narcisista sigue el modelo que se describe en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Para ser diagnosticado con este trastorno, una persona debe cumplir con cinco o más de los siguientes nueve criterios:
- Un sentido exagerado de su propia importancia frente a los demás.
- Absorción excesiva en fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor ideal.
- Creencia de que es “especial” y único y solo puede ser entendido por otros personas importantes o especiales de igual estatus.
- Necesidad de ser admirado.
- Sentimiento de tener derecho a un trato de favor especial y a obediencia automática de los demás.
- Aprovechamiento de los demás para lograr fines personales.
- Envidia de otros u hostilidad hacia aquellos que se destacan del resto.
- Creencias acerca de que otros son envidiosos con respecto a sus logros.
- Falta de empatía: incapacidad para reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás
Causas de la personalidad narcisista
Existen diferentes teorías sobre el origen de la personalidad narcisista.
En general se ha llegado a concluir que hay una predisposición genética para desarrollar este trastorno, pero son las experiencias vitales tempranas las que parecen desencadenarlo. Los niños que crecieron en entornos donde primó el exceso de mimos sin límites ni disciplina parecen correr más riesgo, así como aquellos que sufrieron relaciones familiares disfuncionales sin afecto estable.
También los traumas infantiles como maltratos físicos o emocionales incrementan las posibilidades de que el menor desarrolle después patrones narcisistas como mecanismo de defensa.
En resumen, aunque existen aspectos hereditarios, los expertos coinciden en que la interacción de factores genéticos y experiencias tempranas desestabilizadoras desempeñan un papel en el desarrollo de esta patología de la personalidad.
Cómo afecta al narcisista su trastorno
Aunque el narcisismo puede verse como un mecanismo de defensa o incluso como una tabla de salvación emocional, este trastorno trae muchas consecuencias negativas para la persona que lo padece.
El narcisista vive frustrado al no poder alcanzar la perfección que imagina y se siente infeliz. Sus escasas habilidades sociales dificultan las relaciones íntimas por falta de empatía, e incluso tiene problemas laborales por no aceptar críticas. Suelen abusar de sustancias o sufrir depresión al no poder mantener su autoimagen por mucho tiempo.
De forma más específica, una personalidad narcisista tiene que enfrentarse a:
- Dificultad para mantener relaciones íntimas y cercanas, debido a la falta de empatía y necesidad constante de admiración.
- Sensación crónica de insatisfacción e infelicidad derivada de no poder alcanzar sus ideales irrealistas de perfección y éxito.
- Problemas en el trabajo y en los estudios, dado su desdén y abuso hacia los demás y dificultad para aceptar críticas o trabajar en equipo.
- Problemas de abuso de sustancias como mecanismo para alimentar su gran ego o escapar de las emociones negativas.
- Riesgo elevado de depresión, ya que el narcisismo sirve como defensa contra sentimientos como la vergüenza, el fracaso o la soledad.
- Dificultades en la vejez, al no poder mantener la imagen inflada de sí mismos debido a las limitaciones inevitables que la edad les impone.
En definitiva, a pesar de proporcionar una sensación temporal de grandeza, la personalidad narcisista trae mucho sufrimiento al individuo y dificulta llevar una vida plena y satisfactoria.
¿Cómo tratar la personalidad narcisista?
El tratamiento para la personalidad narcisista suele ser desafiante debido a la resistencia de la persona a reconocer sus propias limitaciones.
La terapia individual les ayuda a comprender patrones disfuncionales y desarrollar autoconocimiento. También es útil la terapia de grupo para ver cómo otros afrontan el proceso. Si es necesario, se puede recurrir a medicación para regular el estado de ánimo.
En general, requiere mucho esfuerzo reconocer errores y mejorar, pero con el tiempo es posible establecer relaciones más satisfactorias. El tratamiento busca ayudar al paciente a disminuir su egolatría, desarrollar empatía y establecer relaciones más satisfactorias, aunque el progreso suele ser lento y requiere mucha perseverancia.
Conclusión
La personalidad narcisista, y en particular el trastorno narcisista de la personalidad afecta a la forma en que las personas interactúan consigo mismas y con la gente de su alrededor. Reconocer sus características y las opciones para tratarlo es vital para mejorar la calidad de vida tanto del individuo como de la gente que le rodea. La terapia psicológica, el desarrollo de la empatía y la fijación de límites son diferentes alternativas valiosas para una superación eficaz de este trastorno.