Somos una especie que desde su origen vive en un cambio constante gracias al desarrollo imparable de sus habilidades duras y blandas en la singularidad y en la generalidad.
En paralelo nos interesamos por explorar, descubrir, conquistar y hacer evolucionar cada nuevo estímulo que percibimos, procesamos y naturalizamos por los sentidos. Así, entre otras cosas, conseguimos sobrevivir a partir de diferentes recursos y herramientas, entre las que se destacan la capacidad para comunicarnos.
Resultado: las skills (duras y blandas) más los estímulos (primarios, secundarios, otros) más los recursos (dotes biológicos) más las herramientas (invenciones, etc) dan como resultado: la humanidad del siglo XXI.
Ahora bien, en la actualidad el inglés es una necesidad básica clave en el proceso de cambios que nos forma, nutre, madura y permite avanzar. El peso de este sistema de comunicación es de tal magnitud que define de forma decisiva desde la infancia las posibilidades de desarrollo y bienestar de todos.
Claramente, para quienes la lengua inglesa es su lengua materna el hecho de saber que su idioma es la lengua franca global es motivo de orgullo, pero no un problema.
En contraposición, para el resto de la humanidad este código escrito-oral tan diferente implica un desafío clave para sobrevivir desde la misma niñez. Esto puede apreciarse desde el momento en que a temprana edad un humano se vincula con Internet y dispositivos táctiles: más del 90% del contenido es anglo.
En relación a esto, queda claro que esta habilidad dura puede ser aprendida, desarrollada, dominada y perfeccionada para satisfacer diferentes expectativas.
Por ende, la posibilidad de sentirnos realizados con nosotros mismos al incorporar un nuevo saber cómo el inglés, resulta en un parámetro clave para nuestra estima. La autoestima, sin importar la edad, es una habilidad blanda (soft skill), no solo clave, sino que se nutre de otras igual de relevantes: autoconciencia, autoconocimiento, respeto propio, amor propio, confianza y seguridad en sí, otras.
Se puede deducir desde esta óptica cómo el inglés tiene un protagonismo central en la maquinaria en los tiempos que corren:
La lengua inglesa es un productor de cambios profundos en la identidad de las personas desde la primera vez que ven o escuchan una palabra inglesa. Ahora, si tomamos como referencia el período de la vida conocido como infancia, el inglés puede resultar en una experiencia trascendental realmente.
Puede que cuándo el niño sea grande recuerde a la lengua inglesa como ese factor clave que le permitió explorar, descubrir, desarrollar y conquistar soft skills clave:
Disciplina, esfuerzo, resiliencia, gestión de tiempos y tareas, gestión de cambios y vínculos, entre muchas otras aptitudes e ideas.
En referencia a lo antedicho, tenemos que destacar otra importante serie de beneficios que el inglés tiene en la niñez y la estima:
A nivel cerebral nuestra biología ha evolucionado de modo tal que las células clave, las neuronas, crearán nuevas conexiones que permitirán mejorar la salud mental. Naturalmente, hay que tener presente que existen variables que pueden afectar de forma positiva o negativa el aprendizaje del inglés u otra habilidad sin importar la edad.
A continuación, podemos citar algunas variables: capacidades intelectuales, aptitudes físicas, contexto familiar, ámbito educativo, acceso a T.I.C´s, entre otras. Ahora bien, si un niño se encuentra saludable a niveles físico y mental; en el entorno familiar y educativo; seguramente los resultados sean los que realmente se esperan.
Actualmente en Internet se encuentran excelentes ofertas académicas de inglés para niños online que, sin dudas, complementan su desarrollo escolar y personal. Así, las generaciones que actualmente se encuentran formándose en nivel inicial y primario tendrán un bagaje en lengua inglesa mucho más alto que sus ancestros.
Como resultado, no solo a nivel informacional, comunicacional, idiomático y cultural serán superiores, sino que tendrán además una autoestima más fuerte y sana.
Finalmente, es importante destacar que la infancia es un momento clave de la existencia humana, por ello, es recomendable experimentar lo máximo posible.
En este caso puntual, el mensaje es invitar a que todas las personas puedan interactuar con una habilidad/herramienta indispensable como es el inglés.
Ahora ya sabes que existen habilidades para la autoestima infantil, y que una de ellas es aprender ni más ni menos que la lengua franca mundial: el inglés.
A partir de ahora, no queda sino seguir animando a los más jóvenes a que conviertan aprender lenguas extranjeras en un instrumento de autosuperación y realización personal.
Recuerda que esta es una era de conectividad que vuelve el aprendizaje más accesible que nunca, pudiendo recurrir a clases privadas online de inglés, tutores online y un sinfín de posibilidades adaptadas a las necesidades de cada uno.