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Tal y como comentamos en nuestro anterior artículo acerca del Eneagrama, existen una serie de eneatipos en función de las actitudes y patrones emocionales y de pensamiento de cada persona.
En esta ocasión nos gustaría analizar en detalle el primero de ellos, que se corresponde con el Eneatipo número uno dentro de los nueve que se han identificado.
Antes de comenzar a describir en qué consiste este eneatipo, nos gustaría recordar que toda la información que a continuación aportaremos ha de tomarse con la debida cautela.
El Eneagrama no es una realidad científica cien por cien objetiva, por lo que las conclusiones y apreciaciones que se presentan deben ser utilizadas como orientativas.
Eneatipo 1 ¿Qué le caracteriza?
La persona incluida en el Eneatipo Uno siente que algo no anda bien dentro de ella. Se siente incompleta, imperfecta, con una constante necesidad de mejoría y perfeccionamiento que a veces le resulta insoportable.
Como es de esperar, esta percepción le convierte en alguien sumamente autocrítico, lo cual le lleva a adoptar una mirada negativa de su ser que no siempre es capaz de mantener hacia el interior.
Como nota curiosa, cabe mencionar que toda esa sensación de imperfección no es fácilmente asumida por su mente consciente. No es fácil aceptar que uno comete errores y que no siempre hace las cosas bien.
Por tanto, muy a menudo tienden a volcar hacia el exterior (hacia los demás) su frustración y sensación de incompetencia.
Para que lo entendamos, a un “tipo uno” raramente le escucharemos en voz alta realizar una autocrítica. En su lugar, actuará como juez con respecto a las personas que le rodean, ensalzando sus defectos e instándoles casi angustiosamente a corregirlos.
En psicoanálisis, este proceso de rechazo hacia la propia imperfección y su gran dificultad para asumirla se conoce con el nombre de formación reactiva.
Gracias a este mecanismo de defensa, la psique se protege de un “daño autoinfligido”, sustituyendo muchas veces dicha mirada negativa hacia sí mismo por su opuesto: sentirse grandioso y perfecto.
Otros detalles del Eneatipo Uno
Un tipo uno nunca está satisfecho. Algo en su interior le insta a la continua mejora, y esto muchas veces termina en una sensación de frustración al no lograr el ideal creado.
A pesar de ello, y como paradoja, muestra una verdadera resistencia a la corrección por parte de otros. Según su propia visión de la realidad y para los demás él es quien tiene la verdad absoluta de las cosas (aunque en el fondo sabe que no).
Muchos autores apuntan a problemas en la infancia como detonantes de esta problemática. Así, el hecho de no haber sido considerado apropiado por sus propios padres habría creado en él una continua necesidad de mejora en busca de esa ansiada aprobación.
Por otra parte, no es de extrañar que un tipo uno sea alguien con una profunda necesidad de cambiar el mundo. Precisamente por este motivo suele conocerse con el nombre de “el reformador” ya que sienten que las cosas no están bien y deben modificarse.
En cuanto al trastorno de personalidad más típicamente asociado a este eneatipo encontramos el trastorno obsesivo-compulsivo, el cual cuadra a la perfección (nunca mejor dicho) con lo anteriormente explicado.
Sugerencias para el cambio
Como ya sabemos, en el Eneagrama suelen darse desplazamientos entre los distintos eneatipos. En el caso del eneatipo número uno, la falta de conciencia le hace moverse hacia las partes más negativas del eneatipo número cuatro (la melancolía, el drama y la envidia).
A continuación nos gustaría mencionar algunas propuestas para que dicho desplazamiento se realice de una forma más saludable, quizá, por ejemplo, hacia un eneatipo número siete bañado por la alegría, la luminosidad y el agradecimiento:
Aprende a escuchar
El eneatipo uno tiende a hablar a los demás, en lugar de hablar con los demás. Son especialistas en dar lecciones, y practicar una escucha activa puede resultar de lo más interesante para suavizar estos rasgos.
Acéptate
Nadie es perfecto, ni debería enfocarse en ello. Es muy importante valorar los propios logros y concederse más tiempo para disfrutar y pasarlo bien. En lugar de intentar que las cosas sean perfectas, a veces es mejor tratar de que sean dignas.
Relájate
No dejes que tu juez interior te atormente y te secuestre. Tienes derecho a tomarte tu tiempo, incluso a darle un toque de humor a esa voz que te persigue tratando de que seas perfecto. Haz las cosas con alegría en lugar de con tensión.
Una observación final
Un eneatipo número uno puede llegar a sufrir muchísimo en su vida. Por ello, es muy importante detectar qué está ocurriendo y tener presente los beneficios de un posible cambio.
Aceptando que dicho cambio no es de la noche al día sino fruto de un proceso, podemos estar hablando de una mejora que merecerá la pena.