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El trastorno bipolar en el periodo perinatal

Trastorno Bipolar Perinatal
María José González

Padecer trastorno bipolar, no significa privarse de llevar una vida normal y negarse la posibilidad de ejercer la maternidad. Con el adecuado apoyo profesional es posible llevar a término un embarazo y posteriormente desempeñarse en el rol de madre como cualquier otra mujer.

Es importante considerar que en una mujer con trastorno bipolar, el riesgo de padecer depresión postparto es alto, por ello el reconocimiento de los síntomas y el acompañamiento de la red de apoyo mas cercano, como la familia, la pareja y los amigos es primordial para llevar un embarazo libre de inconvenientes.

El Trastorno Bipolar como entidad clínica

El trastorno bipolar es una enfermedad del ánimo en dónde se alternan episodios depresivos con episodios maniacos. En Chile, el 3% de la población se encuentra afectado por este trastorno y la OMS la clasifica como la sexta causa de discapacidad en el mundo.

El trastorno bipolar es una enfermedad crónica, que puede ser muy bien sobrellevada con el adecuado tratamiento.

La prevalencia en cuanto a género depende del tipo, los cuales se caracterizan por el grado de los síntomas. Por ejemplo el trastorno bipolar tipo I afecta igualmente a hombres como a mujeres y se caracteriza por la aparición de uno o más episodios maníacos o mixtos, alternados en la mayoría de los casos con al menos un episodio de depresión.

El trastorno bipolar tipo II se caracteriza por episodios de depresión y al menos un episodio hipomaníaco, este tipo del trastorno suele ser mas frecuente en mujeres.

Trastorno Bipolar y embarazo

Existe mucho desconocimiento en torno al trastorno bipolar y el embarazo, a menudo es ignorado o mal entendido. El principal problema que se suscita con la embarazada es el abandono del tratamiento farmacológico durante todo el período del embarazo.

Esto sucede principalmente por falta de conocimiento y el comprensible temor de la futura madre debido a los efectos teratogénicos que pueden causar ciertos medicamentos en el bebé.

Sin embargo, con una supervisión multidisciplinaria y un adecuado tratamiento, el embarazo en estas circunstancias no debería ser una limitación.

Hoy en día se puede mantener con precaución el tratamiento farmacológico  sin ser abandonado por completo, puesto que existen métodos de administración comprobados que no perjudican al bebé y protegen a la madre de los síntomas de la enfermedad, reduciendo considerablemente las probabilidades de descompensación durante el embarazo y el postparto.

Como mencionan (Galbally et al. , 2014), la decisión sobre cual será el abordaje mas adecuado para la mujer durante el embarazo, debe constituir en una responsabilidad compartida del psiquiatra y del obstetra, quienes deben trabajar en forma coordinada para un seguimiento correcto.

La planificación del tratamiento previo a la concepción y un monitoreo clínico estricto permitirá el manejo efectivo de la enfermedad en un embarazo que debe ser considerado de alto riesgo.

Es primordial para la mujer embarazada confiar en su médico y equipo tratante, conversar los pros y los contras del tratamiento y acceder a jornadas de psicoeducación en las cuales también se  incluya a su entorno mas cercano.

Estas instancias son de gran ayuda para comprender el funcionamiento de la enfermedad y los principales cuidados a considerar en esta etapa. El acompañamiento psicoterapéutico es fundamental durante todo el proceso del embarazo y el postparto.

La intervención psicológica se ha centrado en mejorar la adherencia a la medicación, la promoción del autocuidado, la compresión de la enfermedad, el reconocimiento de los síntomas, la capacidad de reflexión y afrontamiento en torno a situaciones estresantes y la promoción del vínculo entre la madre y su bebé, por nombrar solo algunas áreas de intervención.

Trastrono Bipolar y postparto

Durante el postparto debemos estar atentos a los factores de alto riesgo que pueden precipitar una recaída, especialmente en las primeras semanas, en dónde el brusco cambio hormonal, el estrés emocional de la adaptación a un nuevo rol y las pocas horas de sueño pueden afectar significativamente a la madre, su sensibilidad y sincronía en la interacción con el bebé, perjudicando por consiguiente el vínculo y apego en la diada.

Es importante considerar que los síntomas del trastorno bipolar en el período del postparto no siempre comienzan de inmediato, sin embargo es este el período de mayor vulnerabilidad para una mujer con bipolaridad.

Muchas mujeres pueden empezar a experimentar cambios de humor a las semanas posteriores del parto, sintiéndose incapaces de cuidar a su bebé, viviendo en silencio los síntomas por temor a ser juzgadas como madres o por cuestionamientos de su propio actuar en el nuevo rol.

Una gran mayoría de mujeres previamente diagnosticadas con bipolaridad experimentan fuertes sentimientos de euforia, hiperactividad e incapacidad para dormir.

Es en esta situación que la red de apoyo de la mujer tiene un papel primordial, en primer lugar para detectar los síntomas depresivos y/o maniacos que nos alerten de una posible recaída, para prestar la ayuda necesaria en las tareas cotidianas, así como el soporte emocional que le permita sentirse comprendida y acompañada.

Es muy importante para evitar posibles recaídas procurar que la madre mantenga un buen descanso y sobre todo un buen dormir con ciclos de sueño constante.

Referencias bibliográficas

  • Berk, M., Hallam, K., Malhi, G. S., Henry, L., Hasty, M., Macneil, C., McGorry, P. (2010). Evidence and implications for early intervention in bipolar disorder. Journal of Mental Health, 19(2), 113–126.
  • Galbally, M., Snellen, M., & Lewis, A. (2014). Psychopharmacology and Pregnancy. Berlin, Alemania: Springer

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