- 13 Reasons Why, riesgos y oportunidades - 9 mayo, 2017
- Equipos de Alto Rendimiento (EAR) y motivación - 4 mayo, 2017
- El reaprendizaje emocional y la superación del trauma - 27 enero, 2017
He estado estudiando últimamente las emociones, la cuales considero son parte constitutiva del ser humano. Para mí, resultan una realidad fascinante y el conocimiento y dominio de las mismas por parte del hombre resultan fundamentales para manejarnos con eficacia en diferentes situaciones, aproximarnos a distintos tipos de personas e interactuar de la forma más natural posible, sintonizando con el contexto y la realidad de quien tengo enfrente.
A partir de la obra “Inteligencia Emocional” de Daniel Goleman quisiera compartir dos reflexiones:
La importancia de la Inteligencia Emocional
Creo que, en cierto modo, todos tenemos cierto nivel de inteligencia emocional. Es decir, manejamos las emociones, lo que implica un dominio sobre ellas, o bien ellas nos manejan y nos conducen a actuar guiados por los movimientos interiores de alegría, tristeza, frustración, seguridad o inseguridad que se presentan en nuestro interior.
No esperaba volverme un experto de las emociones al acabar el libro, creo que ni Goleman tendría ese objetivo en mente. Pero al describir la importancia de las emociones para la vida, y distintas situaciones en las que el dominio de las mismas resulta saludable para las personas, nos permite comprender ciertas experiencias a las que muchas veces nos cuesta ponerles nombre, o incluso perfeccionarnos en nuestro desempeño cotidiano, al cual solemos estar acostumbrados en nuestras reacciones, y no considerar que podemos perfeccionarnos en nuestro conocimiento personal y en nuestra capacidad relacional.
A partir de un conocimiento más claro de nuestras emociones, por ejemplo, reconocer cuáles de ellas se manifiestan en ciertas situaciones: Así, al ser injustamente tratado tenderé a expresar ira, o en el encuentro con un familiar expresaré sorpresa y alegría, ante la escucha de un problema experimentaré tristeza o desesperanza.
Al poder entender qué es lo que mi interior siente, también podré establecer disponerme para actuar de acuerdo a las circunstancias, considerando las diversas posibilidades y con la claridad necesaria para tomar la acción correspondiente que mejor contribuya a la resolución de las situaciones.
Por ejemplo, ante la experiencia de injusticia podré expresar mis argumentos que den razón de la injusticia para alcanzar justicia, o ante el encuentro con un familiar sintonizar con la alegría que la otra persona me demuestra y pasar por un momento constructivo positivo, o ante la escucha de un problema podré sintonizar con el drama personal y establecer una relación empática que conduzca a un compromiso con el otro.
Reaprendizaje emocional para superar el trauma
Sobre el libro de Goleman, pretendo ahora expresar la importancia del reaprendizaje emocional para la superación de traumas y la capacidad para adaptarnos a las circunstancias de nuestra vida ante la exposición de diversas experiencias traumáticas.
Por trauma nos referimos a experiencias personales que han generado una serie de cambios en nuestra manera de pensar, sentir y actuar impidiéndonos adaptarnos a nuevas situaciones.
La doctora Judthi Lewis, de la Universidad de Harvard ha desarrollado un método innovador para el tratamiento de éstos. Pasa por tres fases: El paciente debe recuperar cierta sensación de seguridad, luego de haberla perdido a causa del trauma. Seguidamente debe recordar los detalles del trauma. En tercer lugar, debe atravesar el duelo por lo que pueda haber perdido. Sólo entonces podrá restablecer su vida normal.
Lo básico de este proceso nos permite reaprender que no hay por qué considerar la vida como una situación de alarme constante.
Lo interesante es que estos tres pasos son aplicables a situaciones muy dramáticas, como a situaciones muy cotidianas. Puede aplicarse en una mujer que ha sido violada en su intimidad sexual y pretender recuperar la seguridad para relacionarse con las personas sin desconfiar de ellas, así como a una persona que se ha enamorado y no ha sido correspondido, y por tanto teme enfrentar un nuevo encuentro con otra persona que le atrae.
En los dos casos se presenta pérdida de seguridad, debe recordar qué le generó el trauma y finalmente atravesar por el duelo, lo cual incluirá la aceptación de la realidad en toda su magnitud; no solo reconocer que no es correspondido, sino que tiene las capacidades para relacionarse con las personas de manera eficaz a pesar de ese fracaso, que no es el fin del mundo, que la vida ofrece nuevas oportunidades a quien las busca.
El tratamiento farmacológico o cognitivo, a través del cual se genera una calma fisiológica permite que los circuitos emocionales descubran de nuevo que la vida no supone una amenaza constante y restituye a la persona la sensación de seguridad.
La reinterpretación del evento traumático a partir de principios que ofrezcan seguridad a los actos que vamos a realizar y con ello ser eficaces en nuestro desempeño, asumiendo los riesgos en la medida necesaria. Este esfuerzo conduce a poner todos los recuerdos bajo el control de neocortex para que así las reacciones suscitadas puedan comprenderse y dirigirse mejor.
De esta forma la persona es capaz de enfrentarse a nuevas situaciones con un dominio personal mayor, bajo un sentimiento de seguridad y confianza en sí mismo que se verá evidenciado en su desempeño.
Espero que este artículo sea de mucha ayuda para quienes pasan por experiencia traumáticas y ayude a personas a enfrentar las situaciones cotidianas con una mejor disposición para la resolución de los desafíos que se le presentan.
►Recursos:
Inteligencia Emocional
►Fuentes:
GOLEMAN, Daniel. El reaprendizaje emocional y la superación del trauma. En: La Inteligencia Emocional Imagen libre cortesía de Pixabay.com