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Para muchas personas, el acto de escribir puede ser visto como poco más que un requisito funcional de la vida diaria. Para otras, sin embargo, la escritura puede llegar a ser un modo insustituible de entender y procesar su vida emocional.
La escritura es ya a menudo una parte integral de la terapia. Utilizamos hojas de registro para atrapar los pensamientos, el estado de ánimo o la actividad diaria.
Y hay un buen número de beneficios que obtenemos de la escritura, como sacar las cosas fuera de nuestra cabeza, ver los problemas desde otra perspectiva o exponernos a recuerdos angustiantes.
El objetivo de la escritura terapéutica
La escritura ha sido utilizada como un medio para la expresión emocional a lo largo de los siglos, y para muchas personas parece seguir siendo uno de los medios más eficaces de articular sentimientos no expresados o inexplorados.
No todo el mundo tiene un don natural para a la escritura, por supuesto, de hecho, hay muchas personas para las que la exposición al proceso de escritura puede llegar a ser muy desalentador y hasta angustiante.
Pero el objetivo de la escritura terapéutica no es demostrar las habilidades literarias de un individuo, ni mucho menos. Se trata más bien de expresar de forma silenciosa pero significativa todo aquello que no sabemos o no podemos expresar en voz alta.
El origen de la escritura terapéutica
El concepto de escritura terapéutica formalmente reconocido fue introducido por primera vez por el psicólogo estadounidense Ira Progoff a mediados de los sesenta.
Psicoterapeuta practicante, seguidor y discípulo de Carl Jung, Progoff desarrolló lo que llamó el Método del Diario Intensivo, un medio de auto-exploración y expresión personal basado en el mantenimiento regular y metódico de un diario estructurado.
Aunque el método aun sigue utilizándose en su formato original, a lo largo de los años ha pasado a convertirse en una forma popular de escritura terapéutica, con una multitud de publicaciones de autoayuda que abogan por el uso del diario reflexivo como herramienta esencial para el crecimiento y el desarrollo personal.
Otras formas de escritura expresiva también se han vuelto muy ampliamente reconocidas por sus beneficios terapéuticos. En cualquier caso, cualquiera que sea la forma de escritura utilizada, el objetivo no es producir una obra de arte literaria. Mucho más importante que eso es la expresión emocional que subyace, independientemente del estilo de escritura o el contenido.
La escritura en el contexto terapéutico
Además de servir como una herramienta útil para el desarrollo personal y el bienestar emocional, la escritura terapéutica se ha mostrado también eficaz en la recuperación de personas que sufren ciertos problemas de salud mental, como la depresión o el trastorno de estrés postraumático.
Para algunas personas la posibilidad de encontrarse cara a cara con un terapeuta puede ser especialmente angustiante, y es justamente en esos estados de ansiedad o angustia cuando son menos capaces de expresar sus sentimientos verbalmente.
Los grandes avances tecnológicos de los últimos años han dado lugar a una serie de posibilidades con las que los terapeutas hemos podido cambiar la forma de trabajar con los clientes, y el correo electrónico, en particular, ha dado lugar a una nueva oportunidad a la escritura terapéutica para avanzar y desarrollarse.
Actualmente hay un buen número de profesionales que ofrecen sus servicios en línea, a menudo a través del correo electrónico. Aunque las señales más obvias de la comunicación no verbal se pierden inevitablemente en este estilo de interacción, la profundidad de los sentimientos expresados por el cliente, con frecuencia desde el principio del proceso, llega a ser bastante intenso.
El anonimato proporcionado por una relación en línea de este tipo parece claro que tiene sus ventajas; sin embargo, podría argumentarse que el asesoramiento por correo electrónico puede tener también ciertas desventajas.
Así, mientras que en el cara a cara la relación terapéutica se produce en tiempo real y por tanto en el momento presente, en el caso de los intercambios de correo puede aparecer la tentación de sobre-analizar o auto-censurar ciertos aspectos del material que se comparte, perdiendo así la naturalidad y espontaneidad tan necesarias en el entorno terapéutico.
Tal vez la escritura pueda ser vista como realmente terapéutica cuando es utilizada como un medio puramente privado de expresión y reflexión personal.
Mientras que algunas personas pueden sentirse afirmadas por la experiencia de compartir extractos de su escritura con un terapeuta o con otros miembros de sus grupos de referencia, otras podrían simplemente buscar un refugio privado en el proceso de escritura, a medida que surge la necesidad de hacerlo.
Lo cierto es que, ya sea un manuscrito cuidadosamente elaborado y dirigido a la publicación futura o una carta imaginaria garabateada y destinada a la destrucción inmediata, la escritura puede llegar a ser una de las formas más poderosas y catárticas de terapia que existe. Y lo mejor de todo, está siempre al alcance de todos y cada uno de nosotros.
Carta para los días de lluvia
Cuando te sientas bien y capaz de hacer frente a la vida diaria, puede ser útil escribirte una carta para leer posteriormente, en esos momentos que no son tan buenos, o en los que te encuentras particularmente débil o vulnerable.
Se trata de escribir en tu “día bueno” una carta destinada a ti mismo expresándote apoyo y comprensión para leer y darte ánimos en el “día malo”.
En esta carta podrías incluir todo aquello que te ayuda a sentirse mejor en esos momentos, lo que te ayudó en el pasado, cosas que hacer para sentirte bien, consejos sobre qué no hacer, tus fortalezas y recursos personales, cosas que necesitas saber en ese momento.
Pero sobre todo debes ser amable y compasivo, mostrando apoyo y comprensión a tu yo más vulnerable.
Nota del Editor
Compartimos para su descarga en PDF el excelente documento “Invitación a la Escritura Terapéutica: Ideas Para Generar Bienestar”, en el que su autora, Elena Fernández, explora las infinitas posibilidades que se abren en la escritura reflexiva y expresiva.
Lo interesante del texto es como ejemplifica de un modo absolutamente práctico la conexión entre la escritura, el enfoque colaborativo, las ideas de la narrativa y la psicología positiva, invitando además a través de preguntas y ejercicios a experimentar una escritura terapéutica.
Descárgalo ahora, te encantará.
►Recursos:
Invitación a la Escritura Terapéutica
►Fuentes:
Emotional and physical health benefits of expressive writing
Imagen libre de derechos cortesía de pixabay.com
Me gusto la propuesta de escritura terapéutica, como técnica de autoayuda, permite no solo expresar sentimientos, si no que también ayuda a que las personas podamos organizar ideas, acomodarlas, para buscar el equilibrio emocional, y además, quizá hasta encontrar soluciones a mucho de lo que nos toca enfrentar.
Sumamente interesante, me ha surgido la inquietud de poder aportar a otras personas por medio de talleres prácticos, en la que puedan aprender y ponerlo en práctica en sus vidas.
Muchísimas gracias por este artículo, como casi todos, tremendamente instructivos para mí y para mi profesión. Me encanta compartir con ustedes.
Felicidades por el recurso colgado sobre la escritura terapéutica, pone voz a lo que siempre he tenido claro: escribir es higienicamente saludable para la emoción.
Gracias Rosa, es un verdadero placer compartir recursos útiles. Cordiales saludos!