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Muy a pesar de los manuales modernos, en los que éste síndrome ha dejado de ser tomando en cuenta en el diagnóstico de algunos trastornos, no deja de ser una situación que imposibilita la vida plena.
A estas alturas del siglo XXI, se puede encontrar realmente poco de esta situación y hace falta recurrir a algunos manuales “antiguos” a veces despreciados por las nuevas tendencias.
Considerando que el sentimiento de inadecuación crónica existe y que puede ser incapacitante, creo que vale la pena escribir un poco de él.
Inadecuación implica algunas dificultades o carencias en las siguientes áreas:
- Autoconcepto bien definido.
- Autoeficiencia
- Sentido de pertenencia hacia el ambiente cotidiano.
- Seguridad de poder procurarse sus necesidades y de poseer apoyo en este ambiente.
Usualmente, las personas que sienten un sentimiento de inadecuación sienten una inmensa inseguridad ante el ambiente en el que se encuentran, bailan indecisos en los pasillos sin saber que hacer o dónde ponerse, mucho menos qué decir o qué callar.
Dicha sensación puede llevar al suicidio o al a agresión a otros si se convierte en algo desesperante para la persona.
Autoconcepto bien definido
Aunque para la mayoría de las personas es extraño no poseer un autoconcepto estable y bien definido, existen condiciones de tipo mental en las que no se puede decir con seguridad cuáles son las cualidades y defectos.
Por ejemplo, las personas que padecen de trastorno de personalidad límite, en ocasiones no son capaces de auto definirse y su autoconcepto se cambia con frecuencia.
Otro caso es cuando se vive con síntomas de desorientación alopsíquica como en los síndromes demenciales, las personas no son capaces de definirse completamente.
¿Por qué esto contribuye al sentido de inadecuación? Porque necesito estar completamente seguro de quién soy y cuáles son las características de mi persona para poder cotejar éstas con el ambiente cotidiano y poder luego determinar si concuerdan.
Autoeficacia
No basta con saber quiénes somos, también hace falta poder contar con que nuestras habilidades sean adecuadas a los requisitos que la vida y el ambiente nos exigen.
Cuando nuestro autoconcepto es muy desfavorecedor no creemos que podamos ser capaces de conseguir completar nuestras necesidades debido a que no se confía en las capacidades propias.
Se puede tener claro un autoconcepto pero si no se confía en las propias habilidades no se puede mover con seguridad, debido a que desconfía de sí mismo.
Sentido de pertenencia hacia el ambiente cotidiano
El sentido de pertenencia implica pensar en un lugar, es decir, reconocer las características del lugar y cotejarlas con las personales.
Existe dos maneras de no tener sentido de pertenencia: cuando no concuerdan las características propias y el ambiente o cuando no se cuentan con los elementos de la pertenencia según el “análisis” y vivencia personal del ambiente.
En la primera, aún cuando está la posibilidad de reconocer estas dos vertientes (las características personales y las del ambiente) pero aún así no se consigue un sentido de pertenencia porque llegamos a la conclusión de que el ambiente y nosotros no hacemos buena combinación.
Es el caso de las patologías egodistónicas en las que se quisiera ser de otra manera porque no se percibe la vida plena con las características que se tienen según el ambiente.
El segundo caso es más complejo. Podría explicarse por cualquier trastorno que implique dificultades perceptivas pero también el concepto antropológico de no-lugar de Marc Augé podría ayudarnos a comprender qué pasa en el segundo caso.
En sentido antropológico estrictamente dicho un lugar: “…puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un no lugar.”
Es decir que el no lugar, implica una realidad ligada al tiempo, a la identidad y a las relaciones.
Aunque el concepto se pensó más bien para el viajero y la transitoriedad de su relación con el ambiente donde pasa hacia su destino, podríamos darle un carácter subjetivo a este concepto. De hecho, unas de las críticas del concepto es la subjetividad de sus componentes.
El lugar debe tener algún referente histórico para la persona. Esto explica porqué nos sentimos, en ocasiones, desubicados en lugares completamente nuevos, como cuando se cambia de trabajo, y porqué poco a poco se ubica en el lugar y con las personas.
Los déficits de memoria o perceptivos pueden evitar que se consiga esta parte del concepto.
Ahora bien, el lugar debe formar parte de una identidad en sentido colectivo. Muchos de los empleados de una empresa se expresan como “Somos tal” o “nosotros hacemos esto o decidimos esto”, porque aunque no han sido ellos los que lo hicieron, se sienten parte de la empresa.
Ello porque se tiene objetivos en común con la organización y porque se sienten implicados con el ambiente. Comprender éstos objetivos y compartirlos es indispensable para el sentido de pertenencia, pero quien no es capaz de ver las cosas desde el punto de vista ajeno, no puede lograrlo.
Por último, el lugar antropológico es relacional, es decir, que tiene cierta relación con las personas en el sentido de que es parte de su vida: es el lugar donde trabaja, donde creció, donde come… Lo cual implica cierta carga emotiva.
No podemos sentir que pertenecemos a un lugar si no podemos evocar un sentimiento hacia ese sitio. La inestabilidad de algunas personas y las faltas tanto de perseverancia como de plan en la vida impiden que se sientan relacionados con algunos lugares.
Seguridad de poder procurarse sus necesidades y de poseer apoyo en este ambiente
Por último, podemos contar con un sentido de pertenencia, autoeficacia y autoconcepto pero debemos sopesar qué tan hostil es el ambiente para poder sobrevivir en él.
Si tenemos la sensación de que el ambiente no es amable, ni cordial, ni nos apoya y que se confabula en nuestra contra, no podemos desarrollar un sentido completo de adecuación.
Muchas personas que tienden a ser muy sensibles socialmente, o desconfiadas en extremo, no pueden confiar en los que le rodean, ni en su capacidad de lidiar con las contrariedades. Esto los mantiene siempre en estado de alerta y, de esta manera, nadie se mueve seguro en su cotidianidad.
Habiendo reflexionado ya un poco acerca de las implicaciones del sentimiento de inadecuación crónico, ¿qué podríamos hacer?.
Creo que si se identifican las dificultades específicas podríamos pensar en un plan para compensar/reeducar las condiciones que mantienen éste síndrome tan incapacitante y peligroso.
excelente aporte..
muchas gracias