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¿Qué mecanismo hace que las personas pongan en peligro su propia salud y bienestar para ayudar a otras personas? ¿Qué es lo que inspira a las personas a dar su tiempo, energía y dinero para ayudar a los demás, incluso cuando no reciben nada tangible a cambio?
El altruismo implica la preocupación desinteresada por los demás. Se trata de hacer las cosas simplemente por el deseo de ayudar, no porque se sienta obligación, lealtad, o por razones religiosas.
La vida diaria está llena de pequeños actos de altruismo, desde el joven amable que te cede el asiento en el metro, a la mujer que da veinte euros a un hombre sin hogar.
Las noticias suelen centrarse en los casos más extremos de altruismo, como un hombre que se sumerge en un río helado para rescatar a un extraño o un donante generoso que da miles de dólares a una organización benéfica local.
Si bien estamos en general muy familiarizados con el altruismo, los psicólogos sociales están interesados en entender por qué se produce. ¿Qué inspira estos actos de bondad? ¿Qué motiva a las personas a arriesgar sus propias vidas para salvar a un desconocido?
El altruismo es un aspecto de lo que los psicólogos sociales llaman el comportamiento prosocial. La conducta prosocial se refiere a cualquier acción que beneficia a otras personas, sin importar el motivo. Sin embargo el altruismo implica cierto desinterés.
Mientras que todos los actos de altruismo son prosociales, no todos los comportamientos prosociales son altruistas. Por ejemplo, podemos ayudar a los demás por una variedad de razones tales como la culpa, la obligación, el deber o la recompensa, éstos serían actos prosociales pero no deberían ser considerados altruistas.
Los psicólogos han sugerido una serie de explicaciones de por qué existe el altruismo, entre ellas:
– Razones biológicas: La selección de parentesco – Podemos ser más altruistas hacia aquellos con los que estamos relacionados, ya que aumenta las probabilidades de que las relaciones de sangre sobrevivan y transmitir así los genes a las generaciones futuras.
– Razones neurológicas: El altruismo activa centros de recompensa en el cerebro. Los neurobiólogos han descubierto que, cuando se participa en un acto altruista los centros de placer del cerebro se activan.
– Razones cognitivas: Si bien la definición de altruismo implica hacer algo por los demás sin recompensa, todavía puede haber incentivos cognitivos que no son evidentes. Por ejemplo, podríamos ayudar a los demás para aliviar nuestra propia angustia o porque el ser amable con los demás confirma cierta visión de nosotros mismos.
El origen del altruismoSegún se desprende de las últimas investigaciones realizadas por el Instituto Max Planck, los bebés de 18 meses y los chimpancés adoptan comportamientos que pueden considerarse altruistas, ya que son capaces de colaborar de manera espontánea sin esperar beneficio alguno. Parece ser por tanto que la capacidad de colaboración humana se manifiesta a edades muy tempranas y que tiene sus orígenes más remotos en nuestros parientes genéticos, los chimpancés. |
►Recursos:
El comportamiento altruista: Evolución y psicología
►Fuentes:
The Psychology Dictionary