- Bachillerato Internacional: El camino hacia un futuro brillante para tus hijos - 29 noviembre, 2024
- ¿Somos lo que compramos? Aspectos psicológicos del consumismo - 25 noviembre, 2024
- ¿Por qué elegir la sanidad privada para tu salud mental? - 17 noviembre, 2024
¿Estás intentando mejorar tus hábitos y tu vida, pero sientes que no progresas?.
El problema es que estás pensando en grandes cambios drásticos en lugar de enfocarte en pequeños hábitos atómicos. Los hábitos atómicos son pequeños cambios en tu rutina diaria que pueden tener un gran impacto a largo plazo.
Empieza por un sólo hábito y céntrate en repetirlo consistentemente. No importa cuán pequeño sea, si lo repites día tras día se convertirá en parte de tu rutina. Una vez que lo dominas, pasa al siguiente hábito atómico. No dejes que la falta de motivación o el progreso lento te desaliente. Cada paso pequeño cuenta y se acumula con el tiempo.
Tu entorno y la gente que te rodea tienen un gran impacto en tus hábitos. Cambia tu entorno para que te impulse hacia tus metas en lugar de alejarte de ellas. Júntate con personas que comparten tus hábitos y valores. Deja que otras personas sean testigos de tus esfuerzos para aumentar tu compromiso.
Finalmente, aprende a medir tu progreso y celébrate tus pequeñas victorias. Una única recaída no significa que has fallado, simplemente vuelve a enfocarte en tu siguiente decisión positiva. Crea un sistema que te responsabilice y continúa avanzando paso a paso. Con hábitos atómicos y perseverancia, puedes transformarte gradualmente.
En su obra “Hábitos Atómicos”, James Clear nos ofrece cuatro estrategias contundentes, basadas en estudios neurocientíficos, que nos ayudan a convertir cualquier objetivo en un éxito personal. Aquí están sus cuatro lecciones.
Hazlo evidente
Enfócate en crear un entorno que te recuerde constantemente el comportamiento que deseas adoptar y te ayude a mantenerlo presente en tu día a día.
Para hacerlo evidente, comienza por identificar las señales o estímulos que desencadenan tu hábito actual. Pregúntate qué te impulsa a realizar ese comportamiento no deseado. Una vez que los hayas identificado, busca formas de modificar tu entorno para que te recuerde tu nuevo hábito.
Puedes colocar recordatorios visuales en lugares estratégicos, como notas adhesivas en el espejo del baño o en la pantalla de tu computadora. También puedes utilizar alarmas o notificaciones en tu teléfono para recordarte realizar tu nuevo hábito en momentos específicos del día.
Además, puedes aprovechar la tecnología para hacerlo evidente. Utiliza aplicaciones de seguimiento de hábitos o establece recordatorios en tu calendario para mantenerte en el buen camino.
Recuerda que hacerlo evidente implica crear un entorno que te apoye en la adopción de tu nuevo hábito. Cuanto más visible y presente sea tu nuevo comportamiento en tu entorno, más fácil será recordarlo y mantenerlo en tu rutina diaria.
Hazlo atractivo
Para mantener un hábito, es importante obtener regularmente una retroalimentación positiva de ese hábito. Una forma efectiva de lograr esto es mediante la combinación de tentaciones. Puedes hacer que actividades menos agradables se vuelvan más atractivas al conectarlas con cosas que disfrutas, como ver televisión mientras haces ejercicio. Al realizar una de tus actividades favoritas al mismo tiempo, es más probable que encuentres ese comportamiento más atractivo.
Otra manera de hacer que el hábito sea más atractivo es unirte a una comunidad en la que el comportamiento deseado esté normalizado. Por ejemplo, si deseas convertirte en una persona ávida lectora, puedes unirte a un club de lectura. Al unirte a esta comunidad, te sentirás más motivado y la lectura se volverá más divertida al compartirla con otros.
Hacer que un hábito sea atractivo puede ayudarte a mantenerlo a largo plazo. Encuentra formas de combinar tus actividades favoritas con los hábitos que deseas desarrollar y busca comunidades que apoyen y normalicen esos comportamientos.
Hazlo fácil
La motivación es importante para cambiar un hábito, pero también debes tener en cuenta la ley del menor esfuerzo. Los seres humanos tendemos a optar por la opción más fácil y que requiere menos trabajo. Por lo tanto, para facilitar el cambio de hábitos, es fundamental crear un entorno en el que sea fácil realizar el comportamiento deseado.
Identifica las barreras o fricciones que te impiden llevar a cabo el hábito que deseas desarrollar. Luego, busca formas de reducir o eliminar esas barreras. Por ejemplo, si quieres hacer ejercicio por la mañana, prepara tu ropa y equipo de antemano para que estén listos y accesibles. De esta manera, eliminarás la barrera de tener que buscar y preparar todo en el momento.
Hacerlo fácil te ayudará a superar la resistencia y te permitirá mantener el hábito a largo plazo. ¡No te desanimes si encuentras obstáculos en el camino, simplemente busca formas de hacerlo más fácil y sigue adelante!
Hazlo satisfactorio
Es importante encontrar formas de recompensarte y disfrutar del proceso de adopción de nuevos comportamientos positivos.
Para hacerlo satisfactorio, comienza por identificar las recompensas internas y externas que obtendrás al realizar tu nuevo hábito. Pregúntate cómo te sentirás una vez que hayas completado esa actividad o cómo te beneficiará a largo plazo. Visualiza los resultados positivos y mantén esa imagen en tu mente.
Además, puedes establecer pequeñas recompensas para ti mismo a medida que avanzas en la adopción de tu nuevo hábito. Puede ser algo tan simple como darte un tiempo para relajarte o disfrutar de una actividad placentera después de completar tu tarea. Esto te ayudará a asociar el hábito con una sensación de satisfacción y motivación.
Recuerda que el proceso de cambio de hábitos puede ser desafiante, pero al hacerlo satisfactorio, estarás más inclinado a mantenerlo a largo plazo. Celebra tus logros, reconoce tu progreso y date el reconocimiento que mereces.
Tu viaje para mejorar tus hábitos apenas comienza. Ahora comprendes que los pequeños cambios pueden tener un gran impacto si se practican con consistencia. Sabes que debes empezar por un sólo hábito atómico, medir tu progreso y celebrar tus victorias.
Sin embargo, llevar esta filosofía a la práctica requerirá determinación y perseverancia de tu parte. Tendrás días en los que te falte motivación o tengas recaídas, pero no dejes que eso te desanime. Enfócate en tu próxima decisión correcta, por pequeña que sea. Recuerda que estás mejorando gradualmente y que cada paso cuenta.
Con el tiempo, tus hábitos atómicos se acumularán y se convertirán en cambios masivos. Las mismas rutinas sencillas y acciones pequeñas que practicas día a día serán las que reescriban tu vida.
Lo más importante es empezar. Elige un hábito y comienza hoy. No pienses en lo lejos que tienes que llegar, concéntrate solo en avanzar. Pronto estarás más sano, más productivo y alcanzarás tus objetivos más rápidamente de lo que creías posible.
Tienes la oportunidad de transformar tu vida al invertir en mejorar un poco cada día. Sigue aplicando las lecciones que has aprendido y sé constante. El futuro que deseas comienza a construirse con cada decisión que tomes hoy.