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El TDAH es una categoría nosológica recogida en los manuales estadísticos desde 1980 (DSM-III y posteriores), bastante controvertida a veces, pero extensamente diagnosticada, y por tanto muy presente en el quehacer diario de los profesionales de la psicología.
Aunque ya hemos dedicado en Psicopedia algunos artículos al TDAH, en esta ocasión hemos pedido a José Manuel Garrido, psicólogo experto en neurodesarrollo con más de 20 años de experiencia, cuáles son las preguntas que con más frecuencia realizan los padres en la consulta, además de una respuesta lo más concisa y útil posible a cada una de esas preguntas. Y aquí está el resultado.
¿Qué es el TDAH y cómo se diagnóstica?
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno neurobiológico que se caracteriza por síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad. Se trata de síntomas persistentes y que afectan el funcionamiento diario de la persona generalmente a lo largo de todo el ciclo vital.
El TDAH se diagnostica a través de la evaluación clínica por parte de un profesional de la salud mental (psicólogo o psiquiatra), y el proceso puede incluir entrevistas con el paciente y sus familiares, pruebas de atención y concentración, además de la observación del comportamiento en diferentes contextos. La evaluación también puede incluir la revisión de la historia médica y familiar del menor, para descartar otras causas de los síntomas y establecer un diagnóstico diferencial adecuado basado en los criterios DSM y CIE.
¿Cuáles son los síntomas del TDAH y cómo afectan la vida de mi hijo?
Los síntomas del TDAH pueden variar de una persona a otra, pero hay una división bastante clara en tres categorías: inatención, hiperactividad e impulsividad. Los síntomas de inatención incluyen dificultad para prestar atención a los detalles, falta de atención a las tareas y actividades cotidianas, pérdida de objetos necesarios para realizar tareas y dificultad para seguir instrucciones.
Los síntomas de hiperactividad por su parte incluyen la necesidad de moverse constantemente, dificultad para sentarse o permanecer quieto y hablar excesivamente. En cuanto a la impulsividad ésta suele manifestarse con conductas como interrumpir conversaciones, actuar sin pensar en las consecuencias y tener dificultad para esperar su turno.
Estos síntomas pueden afectar significativamente la vida de un niño con TDAH, tanto en casa como en la escuela, provocando dificultades para prestar atención en clase, completar tareas y seguir instrucciones. También pueden tener dificultades para interactuar con sus compañeros y establecer relaciones sociales satisfactorias. Como consecuencia de todo ello, es probable que el TDAH termine por afectar el rendimiento académico y la autoestima del niño.
¿Es el TDAH hereditario? ¿Hay algo que podría haber hecho para prevenirlo?
Hay evidencia de que el TDAH tiene una fuerte base genética, lo que significa que puede ser hereditario, o al menos contener una predisposición genética clara. Los estudios han demostrado que los niños que tienen un padre, una madre o un hermano con TDAH tienen un mayor riesgo de desarrollar el trastorno. Sin embargo, la genética no es la única causa del TDAH, y otros factores externos, como la exposición a sustancias tóxicas, el nacimiento prematuro o el bajo peso al nacer, también pueden jugar un papel importante.
No hay nada que se pueda hacer para prevenir el TDAH, pero existen medidas que se pueden tomar para reducir el riesgo de que los síntomas empeoren y para reducir la intensidad de los mismos.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento para el TDAH?
Las opciones de tratamiento más habituales para el TDAH son la terapia cognitivo-conductual, la medicación y la implementación de cambios en el estilo de vida y el entorno del menor. La terapia cognitivo-conductual puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades para manejar sus síntomas y mejorar su comportamiento en el hogar y en la escuela.
Por su parte, los medicamentos, principalmente los estimulantes, pueden ayudar a mejorar la atención y reducir la impulsividad y la hiperactividad. En cuanto a los cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable, ejercicio regular o patrones de sueño adecuado, también ayudarán a mejorar los síntomas del TDAH de forma progresiva.
¿Los niños con TDAH siempre necesitan medicación? ¿Cuáles son los efectos secundarios?
La medicación es una herramienta importante en el tratamiento del TDAH, pero no es necesaria para todos los niños, y la decisión sobre su utilización debe ser tomada en conjunto con el médico y después de un estudio exhaustivo. En algunos casos, la medicación puede ser útil para reducir los síntomas y mejorar la capacidad del niño para funcionar en la escuela y en otros entornos. Sin embargo, deben tenerse expectativas razonables con respecto a este tipo de tratamiento, ya que no es en ningún caso una solución milagrosa.
Aunque los medicamentos para el TDAH son generalmente seguros y efectivos pueden tener efectos secundarios, como cualquier otro medicamento. Los efectos más comunes son la disminución del apetito, problemas para dormir, dolores de cabeza y malestar estomacal. De forma menos probable algunos niños pueden presentar tics, cambios de humor o comportamiento, aumento de la presión arterial o palpitaciones. Estos efectos suelen ser leves y remiten habitualmente con un reajuste de las dosis.
¿Cómo puedo hablar con mi hijo sobre su TDAH?
Hablar con tu hijo sobre su TDAH puede ser una tarea desafiante, pero es importante abordarlo de manera positiva y constructiva. Lo primero que debe hacerse es elegir un momento y lugar adecuados para la conversación, que deberá adaptarse a la edad del niño, y en un ambiente tranquilo y sin distracciones.
Es importante que el niño comprenda que el TDAH no es algo malo o una limitación, sino simplemente una parte de lo que lo hace una persona única. Trata de explicarle de manera sencilla qué es el TDAH y cómo puede afectar su vida diaria, pero enfatiza las muchas fortalezas y habilidades que pueden ayudarlo a superar cualquier obstáculo que se presente.
Anima a tu hijo a hacer preguntas y hablar sobre sus propios sentimientos y experiencias. También es importante trabajar juntos para encontrar estrategias y herramientas que puedan ayudar a manejar los síntomas del TDAH y mejorar su bienestar general. Esta puede ser una oportunidad excelente para construir una relación más cercana y profunda, y ayudar a tu hijo a sentirse más seguro y confiado en sí mismo y en sus capacidades.
¿Qué complicaciones puede encontrarse mi hijo en el futuro?
Sin un tratamiento adecuado, el TDAH puede afectar el rendimiento académico y las relaciones sociales del niño, lo que tendrá consecuencias a largo plazo en su desarrollo vital y emocional. Los niños con TDAH también pueden enfrentar problemas de salud mental, como depresión y ansiedad, a medida que crecen, que pueden manifestarse también en la edad adulta.
Con el tratamiento apropiado, sin embargo, los niños con TDAH pueden aprender a manejar sus síntomas y vivir una vida plena y satisfactoria. En este sentido, es importante abordar el TDAH lo más temprano posible y trabajar con un profesional de la salud mental para desarrollar un plan de tratamiento adaptado a las características del menor.
¿Cómo puedo apoyar a mi hijo en casa y en la escuela?
Como padre o madre, hay varias cosas que puedes hacer para ayudar a tu hijo a manejar su TDAH en casa y en la escuela. Esto puede incluir establecer rutinas diarias planificadas y estructuradas, reducir los distractores en el entorno del niño, como la televisión y los dispositivos electrónicos, y fomentar un ambiente tranquilo y ordenado para las horas de estudio.
También es importante trabajar con el equipo docente de la escuela para desarrollar un plan de intervención educativa que aborde las necesidades individuales de tu hijo, como la posible adaptación curricular y de tareas, y la provisión de apoyos específicos para el aprendizaje.
¿Qué cambios en el estilo de vida pueden ayudar a mi hijo a manejar mejor el TDAH?
Si bien los cambios en el estilo de vida y la dieta no curan el TDAH, pueden ayudar de forma muy relevante a minimizar sus síntomas. Es importante fomentar una dieta saludable y equilibrada, que incluya alimentos ricos en proteínas, fibra y ácidos grasos omega-3. Además, el ejercicio regular y el sueño adecuado pueden ayudar a reducir los síntomas de hiperactividad y mejorar la capacidad de atención. En cualquier caso, es importante trabajar con un profesional para determinar qué cambios específicos en el estilo de vida y la dieta pueden ser más efectivos para tu hijo.
¿Hay alguna herramienta de seguimiento que pueda usar para medir el progreso de mi hijo?
Hay herramientas de seguimiento y métodos de monitoreo que pueden ayudarte a medir el progreso de tu hijo en el manejo del TDAH. Serán útiles para ti, pero también ayudarán al niño a tener un mayor control. Por ejemplo, puedes usar un diario de comportamiento para registrar las conductas de tu hijo en diferentes momentos del día. También puedes trabajar con el profesional que está tratando a tu hijo para establecer metas específicas y medibles que se puedan monitorear con el tiempo, utilizando para ello registros de conducta, actividad o pensamientos.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo con TDAH a tener éxito socialmente?
Ayudar a que tu hijo desarrolle plenamente su capacidad de socializar va a ser importante para su bienestar emocional y su calidad de vida. Para ello puedes animarlo a unirse a actividades que le interesen, como deportes, actividades artísticas, o simplemente grupos de ocio. Estos van a ser una gran oportunidad para hacer amigos con intereses similares.
Enséñale habilidades sociales básicas, como mantener el contacto visual, escuchar activamente y participar en una conversación. La práctica puede marcar la diferencia, y asegúrate de que tu hijo tenga tiempo para jugar y socializar con amigos fuera del horario escolar.
Cada niño es diferente, así que lo que funciona para uno podría no funcionar para otro. Trata de ser paciente y seguir trabajando junto a él y a los profesionales que le atiendan para encontrar las mejores estrategias.
¿Hay alguna recomendación específica para ayudar a mi hijo a manejar mejor el estrés y la ansiedad?
Para ayudar a tu hijo a manejar mejor el estrés y la ansiedad relacionados con el TDAH, se pueden utilizar diferentes técnicas de relajación, como la respiración profunda y la meditación. También puede ser útil enseñar habilidades de resolución de problemas, además de proporcionar un ambiente tranquilo y organizado en casa y en la escuela.
En general, el control de los estímulos que llegan al niño en sus diferentes entornos, es una de las principales estrategias para ayudarlo con el manejo de sus dificultades emocionales, académicas o sociales.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a desarrollar habilidades de autocontrol?
El desarrollo de las habilidades de autocontrol debe ser una parte importante del tratamiento del TDAH. Una estrategia útil es establecer una rutina diaria clara y consistente que incluya tiempo para actividades estructuradas y relajantes. También puedes ayudar a tu hijo a establecer metas realistas y a trabajar en el desarrollo de estrategias para alcanzar esas metas.
Enseñar al menor técnicas de relajación como la respiración profunda y el yoga también puede ayudar a reducir los niveles de estrés y mejorar la capacidad de autocontrol. Es importante elogiar y recompensar al niño cuando demuestre habilidades de autocontrol, ya que esto refuerza el comportamiento deseado. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que el desarrollo de habilidades de autocontrol lleva tiempo y requiere paciencia y consistencia.
¿Cómo puedo trabajar con la escuela de mi hijo para asegurarme de que se le brinde el apoyo adecuado?
Para trabajar de forma eficaz con la escuela de tu hijo es importante comunicarse regularmente con los maestros y otros profesionales de apoyo del centro escolar. Esto puede incluir compartir información sobre el TDAH y el proceso terapéutico que se está siguiendo con el niño, y colaborar para desarrollar un plan de intervención educativa que aborde sus necesidades individuales.
También puedes solicitar una evaluación educativa para determinar si tu hijo califica para determinados servicios y adaptaciones especiales en la escuela. La mayor parte de los centros educativos tienen recursos específicos para estos casos.
¿Cómo puedo asegurarme de que mi hijo recibe el tratamiento correcto para su TDAH?
La única forma de asegurarte que tu hijo reciba la atención adecuada para su trastorno es dejarte asesorar por profesionales de la salud mental debidamente preparados, como lo son educadores, psicólogos y psiquiatras. El profesional experto puede evaluar los síntomas de tu hijo, diagnosticar el TDAH y desarrollar un plan de tratamiento integral que incluya terapia, medicación y los cambios en el estilo de vida que se consideren oportunos.
También es necesario involucrar a la escuela y asegurarte de que el plan de tratamiento se esté implementando adecuadamente en el entorno escolar.
A modo de conclusión
Es necesario tener en cuenta que el TDAH es una afección tratable y que hay muchas estrategias y herramientas disponibles para ayudar a los niños y niñas a manejar sus síntomas y tener éxito en la vida. Con el tratamiento adecuado los niños pueden aprender a concentrarse, organizarse y controlar su comportamiento impulsivo. Por otra parte, muchos niños con TDAH también tienen capacidades y talentos especiales, como la creatividad, la empatía, la iniciativa o las habilidades manuales.
Como padre o madre, es importante trabajar con un equipo de profesionales de la salud capacitados en el tratamiento del TDAH, así como mantener una comunicación abierta y colaborativa con la escuela. Como se ha visto a lo largo del artículo, también puedes ayudar a tu hijo a desarrollar habilidades de autocontrol, promover un estilo de vida saludable y fomentar sus fortalezas, habilidades e intereses.
Recuerda que no estás solo en esto, y que hay muchos recursos sanitarios, sociales y educativos dispuestos para ayudar a tu hijo y a tu familia a superar este problema. Con el tiempo, esfuerzo y apoyo necesarios, tu hijo podrá compensar sus dificultades y tener éxito en la vida a pesar del TDAH.