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En prácticamente todas las culturas, se asocia un cabello abundante y sano con la juventud, la belleza y la buena salud. Un buen número de personas consideran que es su cabello lo que las hace atractivas o deseables, y una vez que comienzan a perderlo, las consecuencias emocionales pueden ser devastadoras.
Aunque la pérdida del cabello suele darse de manera gradual, hay personas que no terminan de adaptarse de forma adecuada, y no es raro que desarrollen problemas de ansiedad, pérdida de la autoestima y baja confianza, que en determinados casos puede derivar en depresión y otros problemas emocionales más graves.
Teniendo en cuenta que la calvicie puede tener un efecto traumatizante significativo en la vida de las personas, soluciones actualmente viables y seguras como el injerto capilar, suponen una oportunidad evidente a la hora de afrontar con ciertas garantías un problema tan común en la sociedad occidental.
Para poner un poco de luz sobre los aspectos psicológicos del injerto capilar, hemos hablado con la Doctora Marina Garrido, experta en cirugía de restauración del cabello, que nos ha aportado algunas claves sobre el asunto.
Consecuencias psicológicas del injerto capilar
Como decíamos, son muchas las evidencias que confirman la hipótesis de que la caída del cabello tiene un impacto significativo en la salud mental, en especial de los hombres:
- La calvicie es una causa conocida de ansiedad en pacientes varones jóvenes que tienen una vida social activa.
- La tasa de depresión es más alta en los hombres calvos en comparación con el resto.
- Los efectos negativos de la caída del cabello sobre la autoestima y la autoimagen se informan y observan a diario entre quienes lo sufren.
- Sabemos que la caída del cabello afecta a la vida sexual de algunos hombres, y a su estabilidad y progresión respecto a las oportunidades profesionales.
A pesar de la evidencia sólida en la literatura publicada con respecto al impacto psicológico de la caída del cabello, los estudios sobre el efecto correctivo de la restauración capilar médica y quirúrgica son escasos.
Los doctores Mohebi y Rassman (2008), presentaron los resultados del que puede considerarse el estudio más ambicioso en este sentido, y llegaron a conclusiones importantes al respecto del efecto que el injerto capilar puede tener sobre la psicología de los pacientes y su calidad de vida.
El estudio se basó en pacientes que se habían sometido a su primera cirugía de injerto capilar entre uno y tres años antes del estudio. Estos pacientes habían terminado ya su proceso de restauración capilar, y tenían además un recuerdo aún claro de los cambios que experimentaron.
Aunque la primera conclusión es que el principal beneficio psicológico de un procedimiento de restauración del cabello es la mejora de la confianza en uno mismo, el estudio encontró un impacto relevante en otras variables psicosociales.
Así, además de revertir los efectos psicológicos negativos causados por la experiencia previa de la caída del cabello, se encontraron mejoras significativas en la calidad de vida de los pacientes en áreas como la felicidad general, la energía, la autoestima, los sentimientos de juventud, la vida sexual y los objetivos vitales.
También se encontró que los pacientes que perdieron el cabello a una edad más temprana eran más propensos a los efectos secundarios negativos de la calvicie, y en consecuencia obtenían un mayor beneficio psicológico de los procedimientos de restauración del cabello.
¿Puede afectar el estrés a mi injerto capilar?
Son muchas las causas posibles para la pérdida de cabello, y el estrés puede considerarse una de las más comunes. Soportar situaciones de estrés durante un largo período de tiempo, o en periodos cortos pero recurrentes puede provocar la caída del cabello.
Cuando se realiza un injerto capilar, los folículos capilares se trasplantan desde un área determinada del cuero cabelludo a un área diferente. En general, estos folículos pilosos seguirán actuando igual y tendrán las mismas propiedades que antes de ser trasplantados.
Como consecuencia, cabe esperar que el cabello injertado siga actuando de la misma manera que lo hacía antes del trasplante, lo que significa que el estrés seguirá siendo una de las causas probables que desencadene la caída del cabello trasplantado.
Estas anomalías causadas por el estrés, pueden tener también como consecuencia visible, que los folículos pilosos se retraigan a una fase de reposo, lo que hará que el cabello deje de crecer.
La buena noticia es que la pérdida de cabello relacionada con el estrés en muy raras ocasiones es permanente. Cuando el estrés desaparece, el ciclo de crecimiento del cabello tiende a reanudar su curso natural y el cabello comenzará a crecer de nuevo con normalidad.
Referencias
- Alfonso, M., et al. El impacto psicosocial de la caída del cabello entre los hombres: un estudio europeo multinacional Curr. Med. Res. Opin. 2005; 21:1829-36.
- Parsa Mohebi y William R. Rassman. Psicología de los trasplantes de cabello. Hair Transplant Forum International, marzo de 2008.
- Hunt, N., and S. McHale. El impacto psicológico de la alopecia. BMJ 2005; 331:951-3.