- La compleja relación entre la ansiedad social y la autoimagen - 15 diciembre, 2024
- Alcohol y embarazo, un cóctel diabólico - 15 noviembre, 2024
- Emociones y salud intestinal. Un viaje fascinante por nuestro “segundo cerebro” - 6 julio, 2024
El Trastorno Depresivo Mayor, también conocido como depresión clínica, depresión mayor o depresión unipolar es un trastorno mental que se caracteriza por un bajo estado de ánimo dominante y persistente que es acompañado por una baja autoestima y la pérdida de interés o placer en actividades normalmente agradables. Además de estos síntomas afectivos suelen estar presentes otros síntomas de tipo cognitivo e incluso somático.
Este conjunto de síntomas (síndrome) fue nombrado, descrito y clasificado como uno de los trastornos del estado de ánimo en la edición de 1980 del Manual de Diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM).
El término “depresión” es ambiguo. A menudo se utiliza para denotar este síndrome clínico, pero puede referirse a otros trastornos menores del estado de ánimo que carecen de importancia clínica.
La depresión mayor es una enfermedad incapacitante que afecta negativamente a la familia, el trabajo o la escuela, los hábitos de dormir y comer, y la salud y la calidad de vida en general. Alrededor de un 3% de las personas diagnosticadas de depresión mayor llegan a suicidarse, lo que nos aporta una idea clara de la gravedad que puede alcanzar este trastorno.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión afecta en el mundo a unos 121 millones de personas, de los que menos del 25% tienen acceso a tratamientos efectivos. Por otra parte se considera que en 2020 la depresión passará a convertirse en la segunda causa más común de discapacidad, después de las enfermedades cardiovasculares.
La alta prevalencia de este trastorno, unida a su importante repercusión sanitaria y a su potencial altamente incapacitante han hecho de la depresión el síndrome probablemente más estudiado e investigado en las últimas décadas.
Investigaciones que han arrojado una serie de conclusiones basadas en la evidencia científica que ponen luz sobre cuestiones que no siempre han estado del todo claras y que aún hoy, no siempre son tenidas en cuenta por los propios profesionales de la salud.
Enumeramos a continuación las 10 evidencias con base científica más contundentes sobre la depresión mayor en adultos:
1. La edad de inicio de la Deprsión Mayor, aunque existe cierta variabilidad según diferentes estudios, puede establecerse como norma entre los 30 y 40 años, alcanzando su pico máximo de incidencia entre los 18 y los 44 años.
2. El primer episodio de una depresión mayor puede ocurrir en cualquier momento y en algunos casos, en los meses previos a su presentación, los pacientes pueden experimentar un conjunto de síntomas, como ansiedad, fobias, síntomas depresivos mínimos y ataques de pánico.
3. Los rasgos neuróticos de la personalidad se asocian con una mayor incidencia de casos y recaídas de depresión mayor, siendo un rasgo de personalidad que parece incidir en una mayor susceptibilidad para desarrollar depresión ante los eventos adversos de la vida.
4. Los familiares de primer grado de pacientes diagnosticados de trastorno depresivo mayor tienen el doble de posibilidades de presentar depresión que la población general, proporción que también llega a ser importante en los de segundo grado.
5. Se recomienda explorar las ideas de muerte y de intención autolítica en todo paciente con un trastorno depresivo mayor. En cualquier caso deben tenerse siempre en cuenta los intentos previos de suicidio. Debe recomendarse la hospitalización en los casos considerados de alto riesgo.
6. El abuso de alcohol u otras drogas, el trastorno límite de la personalidad y los niveles altos de impulsividad y agresividad aumentan el riesgo de suicidio en varones con trastorno depresivo mayor.
7. Los fármacos antidepresivos representan un tratamiento de primera línea en la depresión moderada o grave. No obstante parece demostrado que en la depresión leve pueden considerarse otras estrategias terapéuticas eficaces antes que la farmacológica.
8. El tratamiento psicológico de elección para la depresión moderada, grave o resistente es la terapia cognitivo-conductual. La terapia interpersonal puede considerarse una alternativa razonable.
9. Una combinación de terapia cognitivo-conductual y medicación antidepresiva parece ser el tratamiento de elección más adecuado en la mayoría de los casos.
10. Un programa de ejercicio físico supervisado podría ser una intervención efectiva con un impacto clínicamente significativo sobre los síntomas depresivos para pacientes con depresión mayor, en particular de grado leve-moderado.
La comprensión de la naturaleza y causas de la depresión ha evolucionado a lo largo de los siglos. A pesar del gran número de investigaciones llevadas a cabo esta comprensión es incompleta y ha dejado aún muchos aspectos de la depresión a la discusión y a la investigación futura.
No obstante sí que existen un gran número de evidencias científicas sobre este importante síndrome clínico. Evidencias sujetas desde luego a la discusión, pero que marcan un camino seguro a seguir por los profesionales que nos dedicamos a la práctica clínica.
Recursos:
Lectura recomendada: Adiós, depresión
Fuentes:
Guía de Práctica Clínica sobre el Manejo de la Depresión Mayor en el Adulto. Madrid: Plan Nacional para el SNS del MSC. Axencia de Avaliación de Tecnoloxías Sanitarias de Galicia (avalia-t); 2008. Guías de Práctica Clínica en el SNS: avalia-t Nº 2006/06.
Imagen cortesía de AnitaPeppers
Ese fue mi diagnóstico a los 20 años, Depresión Mayor con Trastornos de Ansiedad Generalizada. Hoy con 31 años aún presento episodios tanto largos como cortos, el último fue hace 8 meses. Pero a lo largo de estos 11 años han sido entre 4 y 5 episodios de diversa durabilidad. Puedo recomendar el ejercicio como terapia altamente eficaz, así como hidroterapia (alternancia de agua tibia y natural-fria), psicofármacos y psicoterapia. también levadura de cerveza, gingeng, entre otros remedios naturales.
Hay algunos datos con los que no estoy de acuerdo. El tratamiento de la depresión mayor como el de otros muchos problemas mentales está totalmente manipulado. El tratamiento de elección nunca debe ser farmacológico porque incapacita y desresponsabiliza a las personas que lo presentan. Además de intoxicarlos y crearles más problemas de los que tienen con sus efectos secundarios, se olvidan de que existen carencias nutricionales que unidas a alteraciones orgánicas (hígado, intestino,…) suelen ser la causa de muchas depresiones (tema que nos ocupa). Carencias de aminoácidos como el triptófano, la glutamina o la tirosina, minerales como el Mg o ácidos grasos como el Omega 3, 6 ó 9 casi siempre están presentes.
La psicoterapia debe estar, SIEMPRE, presente en su tratamiento y desde aquí recomiendo el EMDR como la más eficiente. Un saludo.