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Continuamos con un nuevo artículo acerca de otra de las categorías que constituyen el Eneagrama. En esta ocasión, vamos a centrarnos en el eneatipo número seis, con el cual muchos de nuestros lectores se sentirán probablemente identificados.
En las próximas líneas, con la debida cautela que el Eneagrama merece en su interpretación, vamos a aprender algunas claves acerca del modo de relacionarse con el mundo de este tipo de personas. Además, analizaremos algunas claves acerca de cómo transformar sus limitaciones en crecimiento personal.
¿Cómo es un eneatipo seis?
Podríamos englobar dentro de este grupo a todas aquellas personas cuya personalidad se caracteriza por el miedo y la ansiedad ante el futuro. Esto suele llevarlas a vivir en una permanente indecisión acerca de qué deben hacer para garantizar su seguridad, lo cual le causa un gran sufrimiento.
Tal y como señala la conocida experta Helen Palmer, estas personas viven con una actitud mental basada en el “si, pero…”, lo cual les dificulta enormemente vivir en paz consigo mismas.
Tomar decisiones constituye uno de los principales problemas que deben asumir. Tal es así, que es frecuente encontrar a un “número seis” sondeando a todas las personas de su entorno antes de decidirse.
Finalmente, tiende a elegir la opción que más apoyos ha obtenido. Como podemos ver, la inseguridad es un elemento clave en este tipo de personas, en las cuales hay un miedo enorme a equivocarse o a no elegir correctamente.
Se da la paradoja de que estas personas sienten un dilema entre seguir a las figuras de la autoridad para ganar seguridad o, en cambio, rebelarse y seguir su propio criterio, lo cual les da pánico.
Un aspecto importante de esta categoría tiene que ver con su visión del mundo. Para un número seis, este se muestra como un lugar aterrador y amenazante, ante el cual apenas tiene capacidad de control.
Esto le lleva al típico pensamiento de que “algo malo va a pasar” acompañado de un interiorizado “y no estoy preparado para afrontarlo”. Como podemos observar, el grado de sufrimiento es enorme, así como la sensación de vulnerabilidad que estas personas manifiestan.
A veces esta angustia es tan fuerte que les lleva a manifestar rasgos paranoides, según los cuales la persona puede llegar a pensar que alguien quiere hacerles daño o que los demás intentan engañarle.
¿Cómo se forja un “número seis”?
Aunque es indiscutible que existe un cierto componente genético que nos lleva a ser como somos, estas personas suelen haber tenido una particular historia personal que hace que se comporten de esta forma.
Hablamos en general de niños que tenían la sensación de no poder contar con el apoyo de sus figuras parentales para orientarse en la vida. Así, era frecuente que estas mantuviesen una actitud autoritaria, tomando las decisiones en su lugar.
Vamos a detenernos aquí para recordar algo. La sobreprotección, aún con la mejor de las intenciones, puede causar un daño difícil de reparar en el futuro adulto.
Cuando alguien hace las cosas por nosotros o elige todo en nuestro lugar, es más que lógico que acabemos teniendo dificultades para asumir el control de nuestra vida cuando somos mayores.
Es por eso por lo que los padres han de hacer un esfuerzo consciente por mantener un equilibrio entre guiar a sus hijos, haciéndoles sentir que están ahí, y permitirles explorar y elegir por ellos mismos.
Mi eneatipo es el seis ¿Qué hago ahora?
Si te sientes identificado con los rasgos que hemos comentado no te preocupes, estás a tiempo de mejorar. Para ello, vamos a darte tres ideas que puedes empezar a poner en marcha desde hoy mismo:
- Practica la relajación: Tu mente es un torbellino que, a menudo, te atormenta. Es por eso por lo que podría ser muy positivo que dedicases tiempo a relajarla. Para ello, puedes practicar ejercicios como la meditación o el yoga, los cuales te ayudaran a observar tus pensamientos y a aprender a relacionarte con ellos de una forma más saludable.
- Decide: Este es el gran reto. Para mejorar, has de ser capaz de comenzar a tomar decisiones por ti mismo y asumir las consecuencias. Has de abandonar el hábito de consultarlo todo y arriesgarte a confiar en tu propio criterio. Además, es un buen momento para dejar de perderle el miedo a los errores, ya que equivocarte solo te ayudará a hacerlo mejor la próxima vez.
- Confía: Aunque suene difícil de hacer, has de confiar en que todo saldrá bien. Aunque habrá momentos difíciles en tu vida, ello no significa que todo será terrible. Es importante encontrar el sentido en lo que te ocurre, tratando de aceptar las cosas y poniendo énfasis en tu crecimiento personal.
Referencias:
Palmer, H., & Shtereva, N. (1996). El eneagrama.