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¿Por qué a veces tener un bajo autocontrol ayuda a mantener los buenos hábitos? No es frecuente que alguien hable sobre los beneficios de la falta de auto-control. Eso es porque la escasez de autocontrol suele tener malas consecuencias: comer en exceso, gastar demasiado, hacer poco ejercicio o no descansar lo suficiente.
Dicho esto, hay algunas circunstancias en las que estar en un estado de debilidad puede ser una buena noticia para nuestra alimentación, nuestra salud o nuestras tarjetas de crédito. Esto tiene que ver con la forma en que los hábitos trabajan.
Normalmente los hábitos se activan de forma automática e inconsciente. Digamos que tienes el hábito de ir al gimnasio antes del trabajo o de practicar el piano por la noche. Pero, una mañana, después de una mala noche de sueño, te sientes débil mentalmente al levantarte, o después de un día agotador en el trabajo vuelves a casa con la energía mental totalmente agotada. ¿Qué pasará con el gimnasio y la práctica del piano?
Podemos imaginar que cuando el autocontrol es débil, como en estas situaciones, es más probable que renunciemos a tareas relativamente exigentes y nos dediquemos a cuestiones más simples como ver la TV.
Sin embargo no es así como realmente ocurre. Debido a que los hábitos establecidos tienden a activarse automáticamente, sucede exactamente lo contrario. El cansancio y el bajo auto-control en realidad hacen que las rutinas establecidas sean más propensas a mantenerse en cualquier situación. Se necesita un esfuerzo mental para no seguir la rutina habitual. Por lo tanto, cuando el auto-control es bajo, serás en realidad más propenso a ir al gimnasio o a practicar el piano (siempre y cuando ambos hábitos estén bien establecidos).
¿Suena poco probable?
Investigaciones recientes en este ámbito demuestran exactamente este patrón en una serie de 5 estudios recién publicados (Neal et al., 2013). Cuando los sujetos participantes en estos estudios se sentían débiles, eran también más propensos a realizar hábitos bien establecidos en las mismas situaciones. En otras palabras, si acudir al gimnasio es un hábito fuertemente establecido en tu rutina, es más probable que vayas cuando tu auto-control es bajo.
El lado negativo de cómo funcionan los hábitos es que, al igual que los buenos hábitos, los malos hábitos también son más propensos a realizarse cuando el auto-control es bajo. Hasta que se forman nuevos y mejores hábitos, estamos a merced de nuestra fuerza de voluntad para mantenernos en el camino recto.
Debemos por tanto tratar de construir buenas rutinas que sean activadas por las situaciones habituales. Teniendo en cuenta que, los hábitos una vez se hacen fuertes, tienen el poder para salir adelante en los momentos difíciles, incluso cuando no tienes ganas o fuerzas para llevarlos a cabo.
►Recursos:
Como Formar Buenos Habitos y Romper Malos Habitos
►Fuentes:
Extraído de PsyBlog Imagen cortresía de FreeDigitalPhotos.net