- ¿Qué es el psicoanálisis? - 21 enero, 2020
En el intento de responder esta amplia pregunta, iniciaré esta nota con una de sus aristas, si no la más importante, su clínica. El psicoanálisis puede ser definido como el tratamiento por la palabra[1] ¿tratamiento de qué? De lo inconsciente.
Así queda expuesto el supuesto que si el sujeto sufre es a causa de los contenidos reprimidos de su inconsciente[2] -esto para el caso de la neurosis- los cuales retornan a manera del síntoma.
El síntoma adquiere aquí un estatuto indispensable en la dimensión de la cura, pues a diferencia de otras terapéuticas, no busca ser suprimido ni abolido de entrada, por el contrario se asume que transporta un mensaje cifrado, tal como lo hacen los sueños o los lapsus.
Bajo esta dimensión epistémica se adquieren también ciertos compromisos éticos. En esta articulación ético-epistemológica el saber también se ubica en una posición distinta.
Haciendo una descripción detallada de la situación terapéutica, es posible afirmar que aquel que busca a cualquier psicoterapeuta tiene –o al menos así debería ser- un comportamiento, un pensamiento o una emoción que le genera malestar, de la cual quiere desprenderse, solicitando y demandando una curación al terapeuta a quien se le supone un saber sobre su padecer.
La ética del psicoanálisis invita al analista a no asumirse en esta suposición de saber –que es el pivote de la trasferencia-[3], a responder la demanda desde otro lugar. La relación analítica no es uno a uno, no son dos sujetos los que están implicados.
Entonces ¿cómo escuchar al paciente sin involucrar el juicio subjetivo y del sentido? Freud es muy radical en este punto, solamente un proceso de psicoanálisis personal podrá dar cierta garantía de objetividad.
Es posible ampliar un poco más esta parte, la formación del analista se encuadra en tres pilares, el primero y más importante –como ya se mencionó anteriormente- el análisis personal, segundo los controles o supervisiones de caso y por último, la preparación intelectual a través del repaso de los desarrollos y posturas teóricas.
Esta formación deberá ser llevada a cabo en el marco de una escuela de psicoanálisis que sea garante de la preparación del analista.
Para cerrar quiero introducir una pregunta en relación a la praxis ¿existe una técnica en psicoanálisis? Me atrevo a responder afirmando que lo único que puede situarse a nivel de la técnica será la asociación libre[4], la regla fundamental que siempre se debe seguir, hablar de todo aquello que llegue de inmediato a la mente sin someter este contenido a ningún tipo de razonamiento, cuestión o censura.
Más allá de eso la forma de interpretación, los tiempos, los estilos son asuntos de cada analista, incluso de cada paciente, pues no se puede pretender ser el mismo analista con todos los pacientes.
Todo esto apunta a confrontar al sujeto con lo más íntimo de su ser, su falta, aquello de lo que no quiere saber, pero que es un destino inevitable; la castración que nos impone el hecho de ser sujetos del lenguaje y con la cual es posible vivir bien, en la medida que se logre ubicar las coordenadas del deseo de cada sujeto.
Son estos elementos e incluso otros que seguramente se me escapan los que caracterizan esta práctica que muchos catalogan como estructural, como la psicología de las profundidades, que busca encontrar aquello que se encuentra en la base, a nivel de la causa.
También es cierto que nuestra práctica se encuentra amenazada más que nunca debido a los imperativos discursivos de la efectividad y la eficacia, donde las terapias breves y la farmacología se abren paso.
Aun así el Psicoanálisis seguirá ofreciéndose como la otra opción, aquella en la que las palabras son la única herramienta para solucionar el enredo de lenguaje construido por el sujeto.
El psicólogo y el psicoanálisis (Nota del Editor)
Se comparte para su descarga un excelente texto publicado en el primer número de la Revista Argentina de Psicoanálisis (1969), que no ha perdido a nuestro entender ni un sólo ápice de su vigencia.
Se trata de una interesante reflexión que aborda la compleja relación, aún hoy en liza, entre psicología y psicoanálisis, y que desde su inicio ya nos anticipa el enorme interés de su contenido:
“No hay psicólogo que en algún momento de su formación no se haya enfrentado con el problema de su relación con el psicoanálisis”.
Puedes descargar el documento completo desde este enlace.
Referencias
[1] Freud, S. “Estudios sobre la histeria. Historiales clínicos (Breuer y Freud)” (1893-95), en Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu, 1980, vol. II.
[2] Freud, S. “La represión” (1915), en Op cit, vol. XIV.
[3] Miller, J.-A. “El reverso de la transferencia”, (1991) en Uno por Uno 20.
[4] Freud, S. “El método psicoanalítico de Freud” (1904), en Op cit, vol. VII.