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Llorar es sano, pero…¿Qué hay detrás de nuestro llanto? ¿Por qué algunas personas lloran con más o menos facilidad que otras? ¿Cuál es la mejor manera de manejar el llanto? ¿Hay algún modo de no llorar cuando lo consideramos poco apropiado?.
Veamos a continuación lo que investigadores y terapeutas que estudian el llanto han descubierto y compartido hasta hoy sobre el acto de llorar, y todo lo que aún nos queda por saber.
¿Por qué lloramos?
El ”por qué” del llanto puede parecer obvio. Lloramos cuando estamos felices o cuando estamos tristes. Pero esta explicación es demasiado simplista.
Es cierto que el llanto es una respuesta emocional natural para ciertos sentimientos, por lo general la tristeza y el dolor. Pero también lloramos en otras circunstancias y ocasiones.
Por ejemplo, lloramos ante la belleza, al parecer porque bajamos la guardia, dejamos de lado nuestras defensas y tocamos en un lugar profundo y a menudo poco explorado dentro de nosotros mismos.
Según algunos autores el llanto también puede ser un mecanismo de supervivencia. Llorar es a menudo una señal de que es necesario hacer frente a algo.
Entre otras cosas, puede significar que te sientes frustrado, abrumado o incluso tratando de obtener de una forma más o menos consciente la atención de alguien, lo que viene a llamarse el “beneficio secundario” del llanto.
Por otra parte llorar puede tener un propósito puramente bioquímico y sin ningún tipo de alcance emocional, o bien relacionarse con lo que podríamos llamar la “acumulación de energía” vinculada a determinados sentimientos no bien expresados.
En el primero de los casos, alguna investigación apunta a que el acto de llorar es útil para liberar físicamente hormonas y toxinas relacionadas con el estrés.
Por último, es incontestable que el llanto tiene una función puramente social. A menudo, como ya se dijo, el llanto nos ayuda a obtener la atención y, muy a menudo también, el apoyo de aquellos que nos ven llorar.
En este sentido, el llanto puede convertirse en una acción manipuladora y utilizarse de modo insano como una manera fácil de conseguir lo que queremos.
¿Quiénes lloran más?
La mayoría de los expertos están de acuerdo en este punto: las mujeres tienden a llorar más que los hombres. Biológicamente, puede haber una razón para esto: La testosterona parece inhibir el llanto, mientras que la hormona prolactina (con niveles más altos en las mujeres) puede promoverlo.
Aunque no todo es biología. En general las mujeres tienen más permiso para llorar, una convención social que está cambiando, pero muy lentamente. Lo cierto es que el llanto es todavía visto por muchos, especialmente los hombres, como un signo de debilidad.
Cuando se trata de explorar el hábito del llanto, los expertos sitúan a la población en un espectro que se mueve entre aquellos de llanto fácil y aquellos que rara vez lo hacen. No están seguros de por qué, aunque parece que hay cierta propensión relacionada con la personalidad y el temperamento.
En esta línea, parece ser que el llanto puede estar reflejando distintos estilos de apego. En su libro “Ver a través de las lágrimas: El llanto y el Apego” (2005), la psicoterapeuta Judith Kay Nelson resume la investigación pasada y llega a la conclusión de que las personas con apego seguro se sienten más cómodas a la hora de expresar emociones y llorar en formas que se consideran normales y saludables, mientras que aquellos con apego inseguro pueden llorar de manera inapropiada.
Por otra parte, ciertos estudios han encontrado que las personas con una historia de trauma tienden a llorar más. Esta predisposición se explica sin dificultad si atendemos al dolor emocional que produce el trauma, y como esos sentimientos de dolor se ven liberados por el llanto.
Otros trabajos como los publicados por Bylsma (2008) encuentran que las mujeres con diagnóstico de ansiedad o aquellas personas que muestran rasgos de extroversión y empatía en pruebas de personalidad, se sienten más cómodas con el acto de llorar.
¿Es bueno llorar?
Para los bebés, las lágrimas sirven como una importante herramienta de comunicación que les permite mostrar su necesidad de ayuda. Esa herramienta también nos puede se muy útil en la edad adulta según han encontrado varios estudios recientes.
Las lágrimas también pueden desempeñar una función terapéutica, aunque los investigadores están de acuerdo en que el papel supuestamente catártico de “un buen llanto” se ha exagerado históricamente.
En general las personas se refieren al llanto como un acto liberador y dicen sentirse mejor después. Pero ¿esto es siempre cierto? Según el estudio de Bylsma (2008) ya mencionado, es lo más común, pero no siempre es así.
En el estudio realizado con casi 200 mujeres holandesas, Bylsma encontró que la mayoría declaró sentirse mejor después de llorar. Pero no todas lo hicieron. Se encontró que las personas que puntuaron más alto en medidas de depresión o ansiedad eran más propensas a sentirse peor después de llorar.
No se ha encontrado una explicación coherente a esta circunstancia, salvo la certeza de que las personas deprimidas o ansiosas simplemente no obtienen los mismos beneficios de llorar que otros en general sí obtienen.
Cómo reaccionar frente al llanto
Si no eres una persona que llora con facilidad pero estás a menudo junto a personas que sí lo hacen, es posible que a veces te sientas raro, inútil, o simplemente incómodo en esas situaciones.
Esto ocurre porque cuando alguien llora está mostrando su vulnerabilidad, y es bien sabido que, en general, las personas se sienten incómodas con la vulnerabilidad.
Cuando la persona que llora muestra su vulnerabilidad está cambiando el nivel de intimidad de la situación. Este ambiente más íntimo es suficiente en algunos casos para que la otra persona se sienta incómoda.
¿Qué hacer entonces? ¿Cómo responder ante una situación semejante? De los estudios precedentes pueden extraerse algunos consejos:
- Ten en cuenta que si no haces nada, puedes hacer que la persona que llora se sienta peor.
- Trata de hacer algo que sirva de apoyo. Dependerá de la situación y de lo bien que conozcas a la persona. Abrazar a alguien con quien no tienes una relación muy estrecha puede ser inapropiado, mientras que simplemente escuchar de una manera empática sería adecuado.
- No asumas que sabes cómo manejar la situación. Cuanto menos íntima es la relación, más conveniente resulta empezar por preguntar cómo se puede ayudar y servir de apoyo.
- Se sabe que la gente que llora frente a un grupo muy grande suele sentirse más incómoda que quienes lloran frente a una o dos personas con la que están familiarizadas. Pero incluso en un gran grupo, la persona afligida agradece el apoyo de aquellos a los que no ni siquiera conoce.
Las desventajas de no llorar
Llorar demasiado puede hacer que las personas que te rodean se sientan incómodas, pero no llorar nunca puede hacernos enfermar emocional y físicamente.
Por diversas razones, muchas personas reprimen sus lágrimas. Una de las consecuencias de amortiguar el dolor suprimiendo o sustituyendo la necesidad de llorar es que esos sentimientos no expresados pueden aflorar en forma de depresión.
Es imprescindible reconocer y exteriorizar sentimientos como la tristeza y el dolor. Estos sentimientos no deben valorarse como buenos o malos, simplemente deben asumirse como propios, y el llanto los expresa de un modo inmejorable.
En esta línea, estudios realizados con pacientes diagnosticados con el Síndrome de Sjogren, que tienen grandes dificultades para producir lágrimas, han encontrado que estas personas tienen también una dificultad significativamente mayor a la hora de identificar sus propios sentimientos.
Por otra parte autores como DeLuca o el psiquiatra británico Henry Maudsley han sugerido que reprimir las emociones y suprimir el llanto puede poner en peligro la salud física.
En este sentido cabe citar a éste último: “El dolor que no se alivia con lágrimas puede hacer que otros órganos lloren.”
La química del llanto
Basales, reflejas o emocionales, cada lágrima tiene su propia química según la ciencia:
Las lágrimas basales tienen tres capas: una capa mucosa que se encuentra directamente en el ojo, una capa acuosa en el medio y una capa aceitosa en la parte superior que impide que la lágrima se evapore.
Las lágrimas reflejas también tienen estas tres capas, pero tienen una porción acuosa más grande y mayores niveles de anticuerpos cuya misión es la de detener los microorganismos dañinos en contacto con el ojo.
Las lágrimas emocionales por su parte pueden contener altos niveles de hormonas del estrés (leucina, encefalina, endorfina) y un analgésico natural. Esto puede explicar el supuesto efecto catártico de un buen llanto en caso de tener que verter algunas lágrimas.
Preguntas frecuentes sobre el acto de llorar
Llorar es literalmente la acción de derramar lágrimas. En un sentido más amplio, llorar tiene el significado de queja o lamento, de sentimiento profundo o incluso de súplica o petición de atención y ayuda.
Llorar es sano desde el punto de vista fisiológico y emocional. El llanto es fuente de hidratación para los ojos, libera estrés gracias a su efecto calmante, nos ayuda a visualizar el dolor y es un vía excepcional para comunicar nuestros sentimientos.
Las lágrimas emocionales contienen ciertos tipos de hormonas de efecto calmante. Esto hace que llorar por una emoción fuerte, como la tristeza, se convierta en el mejor modo de manejar esa emoción, liberando al cuerpo del estrés.
No llorar nunca puede hacernos enfermar emocional y físicamente en la medida en que supone una represión de la expresión emocional, ya que los sentimientos no expresados pueden aflorar en forma de trastorno emocional o físico.
Muy buen artículo, a me esta pasando en este momento lloro mucho par liberar tal vez mis frustraciones.
Sin duda llorar es una buena estrategia para liberar “toxinas emocionales”. Gracias por comentar!