- El lado oscuro de la felicidad - 27 marzo, 2014
“Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.” Jean Paul Sartre
En los últimos años, si nos paseamos por cualquier librería que hable acerca del tema de la búsqueda de la felicidad, encontraremos bibliografía sobre la comprensión de lo que hace feliz a la gente, es decir, que singularmente parece que se centran en la maximización de las emociones positivas y minimizar las emociones negativas.
Claramente, hay beneficios al experimentar una emoción positiva y una serie de costes al sentir una emoción negativa. Por un lado, las emociones positivas hacen que aumentemos la conducta de ayudar a otros y por otro lado, las emociones negativas, sobre todo si se producen de manera crónica, son perjudiciales para su salud.
Desde mi punto de vista, la idea de la felicidad, en la sociedad moderna, parece estar destinada a la autorrealización, las emociones positivas, el optimismo… y esto va asociado a la ética de ser emprendedor, la autenticidad personal o con la lógica del consumo (no solo de bienes materiales, sino también del consumo de experiencias y técnicas psicológicas).
Y al pensar en esto, me surge la siguiente cuestión ¿la felicidad siempre es buena?, es decir, ¿existen costes potenciales en esta búsqueda?. Para responder, he analizado las siguientes cuestiones:
¿Existe un grado equivocado de felicidad?
En realidad, experimentar demasiada emoción positiva también puede ser perjudicial para nuestro bienestar. Es decir, que estar excesivamente felices nos hace personas que toman decisiones arriesgadas y puede que tengamos conductas menos adaptadas. Por ejemplo, los altos grados de felicidad eufórica se asocian con un aumento de las conductas de riesgo, como el consumo excesivo de alcohol.
Desde la psicopatología, podremos ver como los altos grados de emocionalidad positiva y bajos de emocionalidad negativa son una de las características de los estados maníacos, entre otros.
¿Existen momentos inadecuados para la felicidad?
Las emociones son el centro de nuestra vida social, y como tal, representan respuestas fisiológicas y adaptación a los cambios. Viendo las emociones de esta manera, puede que nos perjudique a la hora de conseguir una felicidad continua, ya que uno puede experimentar la felicidad en momentos inadecuados. Aquí debemos saber que las emociones negativas pueden ser adaptable en ciertas situaciones.
Por ejemplo, ser feliz cuando uno debe sentir temor podría ralentizar las respuestas fisiológicas necesarias para responder a los estímulos de miedo.
¿Existen maneras equivocadas de buscar la felicidad?
Constantemente perseguir la felicidad puede conducirnos a la decepción, cuando no logramos las metas que nos proponemos. Por lo tanto, las personas que siempre están tratando de buscar la felicidad, es probable que se sientan peor cuando fracasan inevitablemente a ser tan felices como les gustaría ser. Por ejemplo, el pensar que para ser realmente felices tenemos que tener nuestro propio piso o nuestro propio coche.
¿Existen tipos de personalidad incorrectos para la felicidad?
Ciertas formas de emoción positiva pueden ser malas para nuestros resultados sociales. Por ejemplo, el tener un orgullo arrogante es una emoción positiva que se asocia con la vanidad y el narcisismo. Esta forma de orgullo está asociado con desvalorizar y comportarse de forma más agresiva con lo demás, y como tal, tiene el potencial de dar lugar a una serie de resultados negativos.
Nota del Editor
Completamos el artículo con la conferencia presentada por Reynaldo Alarcón (Universidad de Lima) en el I Congreso Iberoamericano de Estudiantes de Psicología (2007), que bajo el título “Investigaciones sobre psicología de la felicidad”, hace un interesante repaso de las diferentes variables psicológicas que se relacionan directa o indirectamente con la felicidad.
►Recursos:
Investigaciones sobre psicología de la felicidad
►Fuentes:
Imagen cortesía de Tat vía morguefile.com
Mi persepcion es que hay diferencia entre ser positivos y tomar riesgos, a una falsa felicidad.