- ¿Somos lo que compramos? Aspectos psicológicos del consumismo - 25 noviembre, 2024
- ¿Por qué elegir la sanidad privada para tu salud mental? - 17 noviembre, 2024
- La triada narrativa y el secuestro emocional: Cuando las historias que nos contamos nos atrapan - 26 octubre, 2024
La evidencia científica parece echar por tierra los mitos acerca de la diferencia cognitiva entre hombres y mujeres. Cuestiones como ¿Son los chicos mejores en matemáticas? ¿Son las niñas mejores en el lenguaje? Si hay menos mujeres que hombres que trabajan como científicos e ingenieros, ¿es por su aptitud o por razones socio-culturales? han quedado resueltas.
Los psicólogos han reunido pruebas sólidas de que niños y niñas, hombres y mujeres difieren en muy pocos aspectos importantes en cuanto a capacidades y estilos cognitivos se refiere.
En la Universidad de Wisconsin, Janet S. Hyde recopiló estudios meta-analíticos sobre este asunto durante más de 10 años. Del estudio de cientos de investigaciones extrajo una conclusión simple: Los sexos son más parecidos de lo que creemos.
En su informe Hyde analizó las diferencias de sexo no sólo en el conocimiento, sino también en el estilo de comunicación, las variables sociales o de personalidad, las conductas motoras y el razonamiento moral. En la mitad de los estudios, las diferencias de sexo fueron pequeñas, y en otro tercio eran casi inexistentes.
La evidencia se ha acumulado durante años. En 1990, Hyde y sus colegas publicaron un meta-análisis de más de 100 estudios sobre el rendimiento en matemáticas. Tras sintetizar los datos recopilados en más de tres millones de participantes, los investigadores no encontraron grandes diferencias globales entre los niños y las niñas en cuanto a su rendimiento en matemáticas. Los niños y las niñas entienden los conceptos matemáticos igualmente bien y las diferencias de género se estrecharon aún más en los últimos años, desmintiendo la idea de un factor diferenciador fijo o biológico.
En cuanto a la capacidad verbal, en 1988, Hyde informó de que los datos de 165 estudios revelaron una superioridad femenina tan leve que no llega a ser importante, a pesar de la creencia de que “las niñas son mejores verbalmente”. Es más, los autores no encontraron pruebas de diferencias de género importantes en cualquiera de los componentes individuales de procesamiento verbal.
La investigación no demuestra que hombres y mujeres, cognitivamente hablando, sean diferentes, sino que muy al contrario sugiere que los factores sociales y culturales influyen en las diferencias de rendimiento reales o percibidas. No hay por tanto evidencia para pensar que los chicos son mejores en matemáticas.
Para explicar por qué hay menos mujeres que optan por las matemáticas a nivel universitario o trabajando en ocupaciones relacionadas con las matemáticas, debemos pues mirar otros factores, como los sistemas de creencias interiorizadas sobre las matemáticas, los factores externos, tales como la discriminación sexual en la educación y en el empleo, y los propios planes de estudios.
Cuando los sexos difieren en las pruebas, parece que el contexto social juega un importante papel, y en particular lo que se ha dado en llamar “expectativas de género”. En esta línea Steven Spencer, realizó un interesante estudio en 1999.
Spencer y sus colegas informaron que simplemente decirle a una mujer que un examen de matemáticas suele presentar diferencias de género afectaba a su desempeño. Este fenómeno de “la amenaza del estereotipo” se produce cuando las personas creen que serán evaluados en base a estereotipos sociales acerca de su grupo en particular.
En el estudio, los investigadores dieron un examen de matemáticas a hombres y mujeres después de decir a la mitad de las mujeres que la prueba había mostrado importantes diferencias de género. Las mujeres que esperaban diferencias de género hicieron la prueba significativamente peor que los hombres, aún cuando se trataba de un grupo con un mayor rendimiento previo en matemáticas.
►Recursos:
Ciudad y diferencia – genero, cotidianeidad y alternativas
►Fuentes:
Adaptado de Think Again: Men and Women Share Cognitive Skills Imagen cortesía de Racineur vía Flickr
Me tomé la molestia de leer los estudios de los cuales sacaron está información, en donde faltaron evaluar razonamiento mecánico, relaciones espaciales y velocidad y precisión, si hubo diferencias entre los géneros, las mujeres fueron mediana a superior mente mejores en lenguaje y ortografía y los varones levemente mejores en cálculo, razonamiento abstracto y razonamiento espacial, claramente el estudio dice que cada sexo emplea estrategias diferentes para resolver problemas complejos. Los varones utilizan más el razonamiento espacial y abstracto, mientras que las mujeres recurren con mayor frecuencia a estrategias verbales
Hola: Cuando se citan o parafrasean fuentes científicas es un riesgo categorizar resultados de forma tan indefinida con adjetivos nominales como “muy poco”, “pequeñas”, “casi inexistentes”, “grandes diferencias”, “tan leve”, etc. ya que por si mismas descalifican al otro extremo y además pueden ser interpretadas según la forma en que esté la redacción del enunciado que las contiene y según la persona que las esté leyendo. El rigor científico no debe dejar lugar a dudas ni a interpretaciones personales. Desde mi opinión aquí -en este articulo- percibo un sesgo hacia minimizar las diferencias de género a cómo dé lugar y no a ser objetivos con los resultados. Sugiero utilicen mayor objetividad científica en su redacción y publicación ya que es evidente que la tienen en su fundamentación. Gracias y saludos.
Hola Laura. Nos hemos limitado a comunicar en lenguaje más o menos asequible los resultados de la investigación.
Ten en cuenta que Psicopedia es un medio en el que hacemos un tratamiento divulgativo de la información, ya que se dirige al público general y no sólo a los profesionales de la psicología.
Desde luego nos basamos en la la evidencia, pero sin pretender ni mucho menos convertirnos en una publicación científica.
En esta línea, decir ‘muy poco’ cuando se está reflejando un 3% de la muestra, por ejemplo, no nos parece inapropiado.
Agradecemos no obstante tu comentario e intentaremos estar más atentos a estos detalles. Saludos!
Necesitaría referencias bibliográficas originales para poder calibrar la validez científica de las afirmaciones. He impartido una asignatura de libre configuración en la Licenciatura de Psicología y algunos trabajos serios si encontraban diferencias por razón de género, por ejemplos en los métodos de orientación espacial. Es un tema donde fácilmente se defienden posturas ideológicas en vez de científicas.
Hola Fernando. Gracias por tu interés en el artículo y por tu comentario. Estas son las referencias bibliográficas originales:
Hyde, J. S., & Linn, M. C. (1988). Gender differences in verbal ability: A meta- analysis. Psychological Bulletin, 104, 53-69.
Hyde, J.S., Fennema, E., & Lamon, S. (1990). Gender differences in mathematics performance: A meta-analysis. Psychological Bulletin, 107, 139-155.
Hyde, J.S. (2005) The gender similarities hypothesis. American Psychologist, 60(6), 581-592.
Spelke, Elizabeth S. (2005). Sex differences in intrinsic aptitude for mathematics and science?: A critical review. American Psychologist, 60(9), 950-958.
Spencer, S.J., Steele, C.M., & Quinn, D.M. (1999) Stereotype threat and women’s math performance. Journal of Experimental Social Psychology, 35, 4-28.
Cordiales Saludos!