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Los trastornos de la alimentación son uno de esos secretos tácitos que afectan a muchas familias en el mundo occidental. Millones de personas y sus familias se ven afectadas por esta enfermedad, y la mayoría de ellas, hasta un 90 por ciento, son mujeres adolescentes.
Los trastornos de la alimentación (anorexia y bulimia, principalmente) pueden afectar hasta el 5 por ciento de la población adolescente, y muy a menudo, desde las familias y entornos cercanos no sabemos qué hacer o cómo comportarnos para ayudar en el proceso de recuperación de un ser querido afectado por esta grave patología.
Aunque será el terapeuta o equipo médico responsable quién con toda seguridad orientará a la familia sobre el mejor modo de actuar, a continuación se ofrecen algunos consejos que pueden ayudar a afrontar esta situación:
– Aceptar que no hay soluciones rápidas y fáciles para la recuperación de un trastorno alimentario. Los psicólogos, psiquiatras, médicos y terapeutas no tienen una cura milagrosa. Para conseguir una recuperación duradera, es necesario realizar cambios en la actitud y el comportamiento y estos cambios llevan su tiempo.
– Adaptarse a los cambios que se van produciendo en la persona afectada. Es importante trabajar con tu ser querido y su terapeuta para averiguar lo que estos cambios implican. Este proceso no será fácil y no debes esperar cooperación o agradecimiento.
– Deben evitarse los debates o discusiones sobre el peso y la comida. Si te preocupa una pérdida excesiva de peso, la deshidratación u otras señales de peligro médico, contacta con el equipo o terapeuta que esté llevando el caso, pero no entres a discutir o valorar.
– Expresar amor y afecto, tanto verbal como físicamente, y evitar los sermones sobre la alimentación o las demandas de aumento de peso. Admite que a veces puedes llegar a enfadarte y a sentirte impotente, pero hazle ver que estos sentimientos no tienen que ver con su persona.
– Utilizar formas de compartir y socializar que no impliquen alimentos.
– No hacer dieta! Es muy difícil ayudar a una persona con un trastorno de alimentación a desarrollar actitudes saludables sobre la pérdida de peso y la delgadez cuando las personas de su entorno están reforzando la importancia de la pérdida de peso.
– Evitar las luchas de poder y tener en cuenta que las personas con trastornos alimentarios suelen ser bastante ambivalentes acerca de mejorar. A veces es posible que quieran recuperarse, y otras veces es posible que quieran volver a la seguridad y la protección de sus rituales.
La importancia y severidad que pueden llegar a alcanzar este tipo de trastornos hacen necesaria una intervención rápida, que debe ser demandada por la familia ante las primeras señales de aviso.
►Recursos:
Anorexia Y Bulimia ¿Qué puede hacer la familia?
►Fuentes:
Imagen cortesía de Darnok