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Cómo viven los niños el proceso de duelo

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Teresa Gallego
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La pérdida de un ser querido genera dolor a cualquier edad, también para los niños. La mayoría de los adultos desconocen qué hacer para ayudar a sus hijos y en ocasiones tienden a no hablar sobre la situación ni mostrar sus sentimientos.

Sin embargo, el proceso de duelo es algo normal, necesario y adaptativo y cumple diversas funciones, como: aceptar la pérdida, adaptarse al ambiente en el cual el difunto ya no está presente, reflexionar sobre momentos de la vida compartidos y preparar a los familiares para continuar.

Existe un consenso en la valoración de que se ha superado el duelo cuando podemos recordar a la persona fallecida sin llorar ni desconcertarse y cuando se pueden establecer relaciones nuevas y aceptar los retos de la vida.

En el duelo normal que puede durar entre uno y dos años, es frecuente que exista una sensación de que el muerto está presente, una sensación de soledad profunda, tristeza, etc. El tipo de pérdida y el contexto señalará la posibilidad en que el proceso de duelo sea adecuado o no.

En los niños, existen una serie de características distintas que dependiendo de la edad, facilitan a los familiares el abordaje de la situación.

En torno a los dos años el niño percibe la pérdida y sufre y pone los sentimientos en la separación, pero no puede comprender el significado de la muerte. No existe un concepto de la muerte, ésta equivale a la separación , bajo la percepción de que falta algo o alguien.

Entre los cuatro y los seis años, tienen una comprensión limitada de la muerte. Los pequeños, gracias a su pensamiento mágico, creen que quien muere, puede después volver a la vida. Un niño puede aceptar la noticia de la muerte con realidad y hablar de ella, aunque con la limitación en la expresión de sentimientos derivados de su corta edad. Será necesario explicarles una y otra vez lo ocurrido y lo que significa la muerte.

Sin embargo, los niños pueden sufrir un retroceso de conductas que previamente dominaban, como el descontrol de esfínteres o el miedo a la separación.

Para que el niño entienda qué es la muerte, suele ser útil hacer referencia a los muchos momentos de la vida cotidiana donde la muerte está presente: en la naturaleza, muerte de animales de compañía…  y evitar expresiones como “se ha ido” aisladas de la explicación de lo que ello significa, pues podemos alimentar la idea de que va a volver.

Entre los seis y los nueve años, los niños necesitan conceptualizar el hecho de la muerte; ya distinguen la fantasía de la realidad y pueden comprender la muerte y sus consecuencias. No obstante, amanece también el sentimiento de culpa, que puede aparecer viéndose el pequeño como responsable de alguna causa del fallecimiento.

Aunque cognitivamente parece que puedan estar preparados, la muerte de un ser querido puede generar un trauma que ponga en prueba su capacidad para afrontarla.

Como pautas para hablar con los pequeños sobre la muerte, es de señalar que, aunque resulte muy doloroso y difícil, es mejor hacerlo pronto. Pasadas las primeras horas ha de buscarse un momento y un lugar adecuado y explicarles lo ocurrido con palabras sencillas y sinceras. Señalar que todos los seres tienen que morir algún día y que le ocurre a todo el mundo, que no es culpa de nadie, sino que es algo natural, triste, pero natural.

Permitir al niño asistir y participar en el funeral o el entierro, puede ayudarle entender el paso de la muerte e iniciar mejor el proceso de duelo. Comentarle lo que va a ver o a oír, y si los padres están demasiado afectados, puede ser conveniente que otra persona (un familiar o amigo de la familia) se ocupe de atenderle y de acompañarle durante estos actos.

Se pueden contar cuentos, fábulas, si el niño es muy pequeños, que ayuden para comparar lo que está pasando acorde con creencias y filosofías de la familia.

Dejar que se exprese, que cuente lo que siente, recordar cosas bonitas que se han vivido y sobre todo mantenerse física y emocionalmente cerca del niño. Permitirle estar cerca, abrazarlo, escucharle, llorar con él…

La muerte es algo natural y como natural debe de ser enfocada, incluso con los más pequeños.

Nota del Editor

Si te interesa este tema, te será de utilidad el post El duelo infantil. Una Guía para adultos en PDF, en el que compartimos para su descarga una excelente guía elaborada por Loreto Cid, que bajo el título “Explícame qué ha pasado”, nos ofrece un texto de gran valor práctico para ayudar a los adultos a hablar de la muerte y el duelo con los niños.


Recursos:
El tratamiento del duelo: Asesoramiento psicológico
Fuentes:
SIPOS L., SOLANO C. (2001) – El duelo en los niños. Psiquiatría.com. NEIMEYER R. (2002). Aprender de la pérdida. Una guía para afrontar el duelo.

Imagen cortesía de Tony Blay vía Flickr.com


1 comentario en “Cómo viven los niños el proceso de duelo”

  1. Excelente el trabajo, muy bien enfocado . Me permito, desde mi experiencia agregar que la Percepción del Duelo en los niños, se relaciona fundamentalmente por el Aseguramiento de tres factores : Amor – Seguridad -Estabilidad. La mayor o menor incidencia del Duelo en el niño, dependerá en gran medida, del Sentimiento de Permanencia en su vida, de estos tres elementos.

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