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La asistencia psicológica es una cuestión de suma importancia para millones de personas en todo el mundo que buscan un método para sanar sus preocupaciones.
La psicología es una ciencia que, en las últimas décadas, se ha vuelto completamente decisiva, entrando directamente en las vidas de muchísimas personas que buscaban una forma para tratar algunas cuestiones relacionadas con su propia mente.
Así, en los últimos años se han desarrollado nuevas y diferentes formas de terapia psicológica que pueden ir desde la terapia asistida por animales de compañía, también conocida como zooterapia, o el tipo de terapia que hoy nos ocupa: la terapia visual.
Como veremos, mediante esta serie de técnicas destinadas a obtener una mejor visión, tanto niños como adultos podrán mejorar su capacidad de concentración, su atención y, en definitiva, obtener increíbles beneficios de este tipo de prácticas. Además, hoy en día contamos con centros de optometristas en madrid que ayudan a diario a cientos de personas a mejorar sus competencias.
¿Qué es la terapia visual?
La terapia visual es un tipo de tratamiento optométrico, es decir, ocular, que se encarga de cuidar de la salud del ojo y de todo el sistema visual que nuestro cuerpo necesita para procesar todo lo que nos rodea.
Esta terapia, que se realiza de forma individual, es verdaderamente eficaz a la hora de potenciar ciertas funciones del sistema visual, sobre todo en niños a partir de 3 años, pero que puede funcionar también perfectamente en adultos.
Así, gracias a la terapia visual se pueden tratar problemas de estrabismo, de ojo vago o ambliopía, cuestiones relacionadas con la eficacia visual, problemas de lectura, escritura y aprendizaje e, incluso, dificultades para mantener la atención y la concentración.
¿Cómo se trabaja con la terapia visual?
En este sentido, lo principal que debemos saber acerca de la terapia visual optométrica es que se realiza siempre bajo la estricta supervisión de un profesional especializado y siempre de manera individual, tratando a cada paciente por separado para adaptarse a sus necesidades.
De esta manera, se entiende que la terapia visual puede ser un recurso más para trabajar en conjunto, combinando el nivel visual con otro tipo de estímulos como puede ser el auditivo o mediante una serie de ejercicios motores.
Así, a través de diferentes dinámicas y ejercicios dirigidos por un optometrista profesional, se consigue mejorar las capacidades visuales que pueden afectar a muchos más ámbitos de la vida de los que pensamos.
¿En qué casos se suele aplicar?
Como decimos, la terapia visual optométrica suele aplicarse de forma más regular en pacientes de corta edad, a partir de los 3 años. Esto se debe a que la infancia es un período en el que el desarrollo motor y las capacidades visuales todavía se están desarrollando y, por ello, pueden ser más sensibles a complicaciones de este tipo.
No obstante, esto no quiere decir que los niños sean los únicos pacientes que pueden recibir la terapia visual. Lo cierto es que, durante los últimos años, hemos visto cómo la terapia visual se convertía también en un excelente aliado para los adultos, ofreciéndoles un tratamiento que mejora, sobre todo, su capacidad de concentración y su aptitud para mantener la atención.
¿Qué dinámicas se siguen dentro de la terapia visual?
La terapia visual es un método complejo e individualizado en el que se trabaja en distintas direcciones para intentar abarcar el máximo desarrollo de las capacidades visuales. De esta forma, se consigue potenciar la visión del paciente y, por ende, todas las capacidades relacionadas con este sentido.
Así, desde la terapia visual se puede trabajar el enfoque y los movimientos oculares, la coordinación de movimientos entre ambos ojos y por separado o el desarrollo motor del sentido de la vista.
Además de esto, en una terapia visual también se trabajan actividades rítmicas, la coordinación ojo mano, la memoria visual y la percepción visual y lógica. Del mismo modo, también se trabajan cuestiones relacionadas con la ergonomía visual y postural, que potencian una buena visión conjunta para los pacientes.
Con esta serie de dinámicas se utilizan también materiales exclusivos (como pueden ser unas lentes oftálmicas) combinados con programas informáticos y otras actividades dinámicas enfocadas en potenciar la coordinación.
De esta manera, con la combinación de todos estos materiales, técnicas y ejercicios de terapia visual, también se consigue que el aprendizaje sea entretenido y que verdaderamente permita que el paciente desarrolle todas sus capacidades visuales.
Un gran aliado para los problemas de concentración
A pesar de que ya muchas personas han reflexionado a día de hoy sobre la gran importancia de acudir a terapia psicológica, lo cierto es que todavía existe cierto desconocimiento por la aplicación de técnicas y terapias más novedosas como puede ser la terapia visual.
Este tipo de terapia, aunque en el caso de los pacientes infantiles es más conocido, lo cierto es que también cuenta con efectos muy positivos en los adultos.
Algunas personas adultas con problemas de visión, sufren de ciertos comportamientos asociados a este déficit: falta de atención, dificultad para mantener la concentración o pérdida de interés. Todo ello, debido a un problema de visión.
Gracias a la terapia visual muchísimas personas adultas han mejorado también su calidad de vida, sobre todo, en temas relacionados con los estudios o el trabajo.
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