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¿Qué he hecho yo para merecer esto? La superstición según Skinner

superstición
Jose Manuel Garrido

Pueden parecer candidatos improbables para el análisis psicológico, pero las palomas han aportado a lo largo de la historia de la psicología un buen número de evidencias sobre las leyes de la conducta.

Una de estas aportaciones tiene que ver con el estudio de la superstición, un lugar más común de lo esperado para animales y humanos…

La superstición de las palomas

En el verano de 1947, el reconocido psicólogo y estudioso del comportamiento BF Skinner publicó un estudio sobre un grupo de palomas, en el que mostraba como estos animales son susceptibles de desarrollar una conducta, aparentemente vinculada a la condición humana, como la superstición.

Skinner llevó a cabo su investigación sobre un grupo de palomas hambrientas cuyos pesos corporales se habían reducido a un 75% de su peso normal. Durante unos minutos cada día, un mecanismo alimentaba a las aves a intervalos regulares de 20 segundos.

Lo que encontraron los observadores del experimento es que las palomas desarrollaban en muy poco tiempo un comportamiento supersticioso, creyendo que al actuar de una manera particular, o adoptar una determinada postura, la comida llegaría como consecuencia de sus acciones.

Al final del estudio, tres cuartas partes de las aves se habían vuelto supersticiosas. Una de las palomas, adquirió la creencia de que girando varias veces alrededor de la jaula en sentido contrario a las agujas del reloj conseguiría su alimento.

Otra de ellas aprendió a realizar un movimiento de péndulo con la cabeza. Otras mantenían un aleteo constante con la esperanza de que la comida llegara gracias a su extravagante conducta.

En general, la mayor parte de las aves desarrollaron conductas supersticiosas únicas en su intento por obtener la comida.

Al final del post te dejo un interesante video sobre el experimento de Skinner.

La superstición humana

Este conocido experimento de Skinner reveló cómo las palomas pueden ser condicionadas a desarrollar conductas supersticiosas en la creencia de que serán alimentadas. Pero la superstición suele ser más evidente en el día a día del comportamiento humano.

Si te comportas como la mayoría de la gente, de vez en cuando estarás participando de un  pensamiento o una conducta supersticiosa, tal vez sin ni siquiera ser consciente que lo estás haciendo. 

Basta con pensar: ¿Cuándo fue la última vez que tocaste madera, caminaste entre dos líneas, evitaste un gato negro, o leíste tu horóscopo diario?.

Antes de entender cómo y por qué se producen las supersticiones, es necesario definirlas, aunque sea de un modo aproximado. Después de todo, no todos los rituales o creencias son supersticiones.

¿Ritual o ansiedad?

Para el psicólogo Stuart Vyse, la línea divisoria puede establecerse en función de si se da o no algún tipo de significado mágico a la conducta.

Por ejemplo, si un atleta desarrolla un ritual antes de una competición, como repetir un mantra, esta conducta puede ayudarle a calmarse y a focalizar su atención. Esto, según Vyse, no es superstición.

Sin embargo, si un tenista piensa que golpear la pelota un cierto número de veces antes del saque le hará ganar el juego, habría entrado en el terreno de lo supersticioso.

Podríamos dudar de si contar el número de veces que se toca una pelota es realmente un comportamiento supersticioso o tal vez podría considerarse un signo de trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Las personas con TOC con frecuencia tienen compulsiones que se repiten de forma constante interfiriendo en su vida cotidiana.

Mientras que algunos de los síntomas del TOC pueden parecerse a la conducta supersticiosa, Vyse sostiene que la mayoría de la evidencia indicaría que no hay conexión entre los dos.

Mi particular punto de vista es que es difícil determinar cuando un determinado comportamiento supersticioso se ha convertido además en una compulsión.

Tal vez la diferencia más clara es que, mientras la conducta supersticiosa se corresponde con alguna suerte de pensamiento mágico, la compulsión se dirige a calmar un pensamiento obsesivo.

¿Qué nos mueve a ser supersticiosos?

En general, la necesidad de control o certeza es la fuerza impulsora que se esconde tras la mayoría de las supersticiones. Tenemos la tendencia a buscar algún tipo de regla, una explicación objetiva de por qué las cosas suceden. “A veces, inventar una falsa certeza es mejor que no tener certeza alguna, y eso es lo que mucha de la investigación sugiere,” afirma Vyse.

Situaciones potencialmente estresantes como entrevistas de trabajo, exámenes u otras situaciones en las que queremos que las cosas salgan bien (independientemente de nuestra propia preparación o ejecución) pueden estimular pensamientos supersticiosos.

A menudo nos encontramos en situaciones en las que algo realmente importante está a punto de suceder. No importa qué tan seguros o preparados estemos para ese evento, las cosas siempre pueden ocurrir de un modo diferente al esperado.

En estos casos, la superstición nos proporciona la confortable sensación de haber hecho una cosa más para tratar de asegurar el resultado esperado.

¿Es útil la superstición?

Una cierta sensación de seguridad y confianza es quizás el principal beneficio que podemos obtener emocionalmente de un pensamiento o un comportamiento supersticioso (¿Has llevado alguna vez en el bolsillo un objeto que te da suerte, a modo de amuleto?).

Algunos autores sostienen que puede haber un efecto placebo positivo en la creencia de que algo te ayudará. Si fuera así, cuando el resultado es una cuestión de pura suerte, las creencias no tendrían ningún impacto.

Sin embargo, cuando el rendimiento es un factor clave para un determinado resultado, el pensamiento supersticioso podría convertirse en una variable relevante.

“No puede haber un verdadero efecto psicológico del pensamiento supersticioso”, dice Vyse. Si lo has hecho bien antes, cuando llevabas puesta una determinada camiseta, por ejemplo, podría resultar aconsejable llevar la misma camiseta si esto te ayuda a aliviar la ansiedad y promueve pensamientos positivos.

Pero esta manera de pensar también puede ser un obstáculo, si por ejemplo, se pierde el objeto de la suerte.

Sabemos que las expectativas sobre los resultados pueden ser extremadamente potentes y sugerentes. Los estudios suelen coincidir en los efectos del placebo (tanto positivos como negativos), los cuales son causados ​​en su totalidad por el poder de las expectativas o ideas preconcebidas.

Sin embargo, las supersticiones también pueden desempeñar un papel negativo en nuestras vidas, especialmente cuando se combina con un mal hábito, como los juegos de azar. Si eres un jugador compulsivo que crees en la suerte, esa creencia te acarreará problemas de forma inevitable.

También ciertas supersticiones fóbicas pueden interferir con nuestras vidas de manera importante, provocando ansiedad y de forma consecuente conductas de evitación.

Por ejemplo, las personas que tienen miedo de Viernes 13 podría cambiar planes de viaje o saltarse una cita debido a la ansiedad innecesaria. Este tipo de supersticiones no aportan ningún beneficio.

La superstición según Skinner

Algunos datos sobre la superstición humana

  • Ser supersticioso es algo que a menudo aprendemos de niños, y de acuerdo con la encuesta de la Agencia Gallup, las personas mayores son menos propensas a creer en supersticiones.
  • En términos generales, las mujeres son más supersticiosos que los hombres. También son más propensas a padecer ansiedad (al menos piden más ayuda por este problema).
  • Aunque las variables de personalidad no son un factor importante en el desarrollo de la superstición, existe alguna evidencia de que la persona que es más ansionsa que la media tiene una mayor propensión a ser supersticiosa.
  • La inteligencia parece tener poco que ver con el desarrollo de supersticiones, sin embargo el locus de control si parece ser un factor que contribuye a si somos o no supersticiosos. Las personas con un locus de control externo son más propensas a ser supersticiosas, posiblemente como una forma de obtener más sensación de poder sobre sus vidas.
  • La mayoría de las supersticiones que mantenemos en nuestro día a día son perfectamente asumibles y en ningún caso suponen un rasgo o condición patológica.


Recursos:
Por qué creemos en cosas raras
Fuentes:
Stuart Vyse, PhD, Connecticut College, Believing in Magic: The Psychology of Superstition.
Paul Foxman, PhD, Center for Anxiety Disorders, Burlington, Vt. Press Release.
Agencia Gallup

8 comentarios en “¿Qué he hecho yo para merecer esto? La superstición según Skinner”

  1. hola, soy maria alejandra les escribo desde Bogota Colombia, Consdieras que existe alguna posibilidad o probabilidad de que las palomas tengan consiencia? acaso es posible que hayan adaptado cierta conducta solo por pretender obtener algo a cambio, de alguna u otra manera hayan experimentado el accionar concientemente a sus actos? Es decir que tienen capacidad de comunicarse a travez de señales físicas? como crees que funcionen este tipo de procesos y como son capaces de procesar ciertos datos siendo seres tan diminutos con cerebros tan peqeños.

    1. Estimada María Alejandra, gracias por tu interesante pregunta.
      Lo cierto es que no hay evidencia definitiva de que las palomas u otras aves tengan conciencia propia o autoconsciencia. Si bien muestran capacidades cognitivas notables y pueden aprender asociaciones entre acciones y recompensas, eso no implica necesariamente que tengan una experiencia subjetiva o se perciban como individuos.

      En el caso de los estudios de Skinner, las palomas muy probablemente relacionaban la palanca con la entrega de comida, pero no tenían una comprensión más profunda o intencionalidad real sobre sus acciones. Respondían a estímulos y reforzamiento, pero no parece que fueran conscientes de sí mismas o sus elecciones.

      Su comunicación también parece seguir patrones instintivos fijos, no una capacidad lingüística real. En resumen, aunque fascinantes, no hay bases sólidas para atribuir conciencia reflexiva a las palomas u otras aves con cerebros mucho más simples que los nuestros. Pero sin duda aún quedan muchos misterios por develar sobre otras formas de inteligencia no humana.

      ¡Espero que esta perspectiva te resulte de utilidad! Estoy a tu disposición para cualquier otra duda. Saludos desde mi lado del mundo!

  2. Y… Esa cuarta parte de palomas también extremadamente hambrientas ¿alguien las estudió para entender su comportamiento anti instintivo a la supervivencia? O… ¿Se trataba de palomas más sabias?

  3. Muchas gracias, me sirvió de mucho a parte siempre había creído en muchas supersticiones (Como los gatos negros, viernes 13), entre otras muchas cosas, y ahora me doy cuenta que nada positivo ayudan estas cosas. Muchas Gracias.

  4. creo que el tema de las supersticiones es muy complejo….
    todos nosotros, quien mas quien menos, ha sido criado en un ambiente domestico, donde seguramente unos , o los dos progenitores, o bien tenian alguna religion, y seguramente una o varias supersticiones…
    todo el mundo (al menos en Occidente…) sabe su signo zodiacal…. es inevitable.-
    nuestras madres, padres, tias, abuelos, primos, etc…. que compartieron nuestra vida infantil… tambien nos han pasado “sus creencias”….
    y… creo que debemos reconocer, que “no creer”, es una actitud intelectual….
    pero no es “instintiva”….. en momentos de tension, o situaciones complejas, o de gran stress…. aparecen de nuevo las viejas supersticiones, sean familiares, o de nuestra cultura.-
    pero todo empezo cuando eramos niños….. cuando eramos “ductiles”.-

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