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Aprender a desaprender: sanciones y castigos

castigo
Susana Pérez

Pensar en sanciones o consecuencias de las conductas, en ocasiones, nos hace pensar en mil líneas y en los “pocos ortodoxos” métodos de corrección de los que se rumorea usan los militares. Pero en realidad es un método de cambio de conducta válido desde la psicología conductista.

Lastimosamente, el mal uso de las técnicas ideadas en un principio por Skinner, el poco estudio serio de sus postulados y la exageración de las películas que le criticaban, han desarrollado todo un halo de prejuicios hacia ésta parte válida de la psicología. Como consecuencia, actualmente, noto que corregimos poco las conductas que no son las adecuadas.

Me voy a tomar una líneas para rescatar la verdadera teoría skinneriana y su necesaria aplicación en el ámbito de aprendizaje y desaprendizaje de conductas.

En primer lugar, tenemos que tener claro que Skinner se centró en una cosa: la conducta aprendida. Lo primero que veía era el inmenso potencial de aprendizaje del ser humano. Por eso, se centró en maneras de lograr el cambio y el establecimiento de esas conductas por medio de métodos educativos. Toda supuesta aplicación del conductismo que no esté encaminada al aprendizaje no está dentro del espíritu del autor.

Habiendo aclarado eso, hace falta también que diferenciemos entre la sanción, la consecuencia y el “temido” castigo. No son lo mismo aunque todas se encaminan a extinguir o procurar que una conducta no se repita, dado que es improductiva y/o peligrosa.

Las consecuencias son lo que viene inevitablemente por la conducta que hemos hecho. Por ejemplo, si le rompo el buzón a mi vecino porque no manejo bien el coche, como consecuencia mi vecino estará enfadado conmigo. Las consecuencias son inevitables y casi siempre no se pueden controlar.

La sanción busca reparar el daño y evitar o disminuir la consecuencia de lo hecho. Para el caso la sanción sería, reparar lo dañado y establecer una manera de prevenir que eso suceda, conduciendo con más cuidado.

El castigo por su parte, es una acción negativa hacia la persona que ha errado. Ésta persona la recibe y no tiene un papel muy activo en el suceso.

El propio Skinner recomendaba usar con recelo el castigo porque no se aprende nada sólo con él. Skinner recomendaba usarlo cuando la integridad de la persona está en peligro (por ejemplo, si se intenta beber un bote con lejía) porque es muy eficaz para evitar que la conducta se repita.

Pero recomendaba acompañarlas de una propuesta de conducta diferente para evitar que lo que queremos corregir regrese por no haber nada que la reemplace. Casi siempre se le acompaña con sanciones.

La sanción es una opción muy válida para corregir las conductas que se evalúan como inadecuadas. Sin embargo, no es tan sencillo aplicarlo con efectividad. A continuación, se explican las condiciones ideales.

Condiciones para la aplicación de las sanciones

  • De inmediato: Debe aplicarse con el menor retardo posible después de hecha la conducta, de no ser así, no quedará claro el motivo por el que se tiene que hacer la sanción.
  • Con conocimiento: La persona debe de saber porqué se le está sancionando para que pueda corregirse.
  • Analizada: Se debe comprender la conducta que se ha de extinguir, los motivos por los que se repite o se dio y las ganancias que se obtienen con ella. Porque teniendo éstas cosas claras se puede idear el cambio.
  • Educativa: Como toda técnica conductista, debe atender al análisis anterior y procurar el cambio por medio de nuevos motivos y ganancias.
  • Debe resarcir el daño: Busca además, el reparar lo que se hizo mal.
  • Con nuevas alternativas: Finalmente, procura evitar que la conducta se repita buscando maneras alternas para satisfacer el motivo y obtener las ganancias

Sancionar, en estos tiempos es válido si se está aplicando correctamente, no sólo en los escolares sino en cada quién necesite mejorar en su conducta siempre y cuando respondan a una lógica educativa, así como Skinner lo pensó en un principio.

Nota del Editor

Se ofrece para su descarga el documento “Manual de Disciplina Positiva para madres, padres y educadores” editado por la Asociación Chilena pro Naciones Unidas y elaborado por Save the Children.

La propuesta busca generar procesos de cambio en los modos de crianza de niños y niñas que eliminen el castigo físico y humillante en cualquiera de sus formas, y que permita realizar un proceso de reflexión sobre formas de crianza no violentas.


Recursos:
Manual de Disciplina Positiva
Fuentes:
Imagen cortesía de Pixabay.com

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