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“Imagina que a diario escuchas hablar, conoces todas las palabras pero no comprendes el significado de las frases”.
“Imagina que las personas sólo tienen en cuenta tus conductas inapropiadas”.
“Imagina que continuamente los demás hacen cambios sin avisarte en cosas que a ti te proporcionan seguridad”.
“Imagina que se ríen de ti cuando hablas”.
Estas frases fueron formuladas por Leblanc en 1991, una época en la que el concepto de “autista” tenía muchas acepciones y todas nada definidas (en lo que se refiere al uso social del término). Veinticuatro años después las frases todavía tienen sentido.
La persona “normotípica o neurotípica” (así es como nos denominan) sigue manifestando esa incomprensión a lo que no es igual a ella; aún hoy, tantos años después de que Baron-Cohen conceptualizara su “Theory of Mind”, o de que Leo Kanner informará sobre la “psicosis infantil”, aún en estos tiempos actuales de fundamentación cognitiva, estamos todavía analizando el significado de las frases de Leblanc.
Se refieren al Trastorno de Espectro Autista. En la concepción actual, el autismo se considera un espectro, es decir, una serie de niveles de afectación, considerando autismo y asperger el mismo trastorno a diferente nivel.
Son muchos años de estudio en los trastornos generalizados del desarrollo, muchos cambios en las corrientes teóricas, etc., pero… ¿Qué sabe la gente no especializada sobre el tema de los TEA? ¿Cuál es el nivel de concienciación al respecto? En este artículo trataré de explicar los mitos y las realidades en los Trastornos de Espectro Autista.
Muchas veces el desconocimiento de los TEA se encuentra en nosotros mismos (los especialistas), ya que enmascaramos con diagnósticos asociados uno que engloba mucho más.
Al hacer el diagnóstico diferencial del Síndrome de Asperger, por ejemplo, vemos que puede ser encubierto por otros trastornos. Podemos diagnosticar, en vez de TEA, Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad, Trastorno Específico del Lenguaje, Trastorno semántico-pragmático o incluso TOC.
Nosotros como profesionales en la materia debemos tener en cuenta que los TEA tienden a estar encubiertos por otras “etiquetas”, y que estas etiquetas marcarán el resto de la vida de la persona diagnosticada y el mundo social que la rodea, ese mundo que no entiende del todo y del que recibe incomprensión e inseguridad.
Las etapas vitales de una persona dentro de los TEA pueden variar, como ya he dicho, en sus niveles de afectación, así que en este caso me centraré en el Sindrome de Asperger. ¿Por qué? Pues porque las personas Asperger muestran más manifestaciones de “adaptación” a nuestro medio social, aunque con unas dificultades enormes.
Una vida en Asperger
Infancia
Suelo correr o deambular por el patio. Las relaciones del grupo de iguales son cortas, prefiero mantenerme un poco al margen, a veces si me gusta jugar pero no entiendo las reglas del juego.
Suelo destacar dentro de la media, con 3 años ya conozco todo el abecedario. Me enfado cuando veo que los compañeros no me reconocen. Suelo ser bastante torpe a un nivel de psicomotricidad fina y gruesa.
En cuanto a la rutina, los cambios me ponen muy nervioso, la navidad me altera mucho porque no entiendo que es lo que pasa, no entiendo por qué todo el mundo ríe y habla tanto ni por qué se cambian las actividades del colegio que normalmente hacemos.
Cuando llego a primaria creo mis propios juegos, con mis propias reglas inventadas. No me pidas una escritura legible y a la vez que sea organizada, me estas pidiendo algo que no puedo hacer.
A veces, cuando no tengo el diagnostico, se me califica como “desobediente” porque interrumpo muchas veces las explicaciones del profesor.
Adolescencia
Las mayores dificultades las encuentro a nivel de 3º y 4º de ESO, ya que la exigencia se vuelve mayor, implica para mi cierto proceso mental que me cuesta más, no por no tener la habilidad, sino porque estoy pendiente de muchas cosas en conjunto (la redacción, la caligrafía, el tiempo de examen, elegir el contenido necesario, etc.).
Mis compañeros dicen que hablo “raro” (muy alto y siempre cuento lo mismo). El centro educativo podría ayudar a que mis compañeros y profesores entendieran un poco más mi situación.
Adulto
En mi situación sentimental puedo parecer insensible y frio, pero quiero a mi pareja aunque me cuesta demostrarlo, por lo que tiene que ser paciente conmigo, puedo ser afectuoso y amar a mi modo.
En cuanto a las cuestiones profesionales, puedo ser muy competente, incluso estar por encima de la media en campos de trabajo muy específicos. Es muy importante que me ayuden a enfocar lo que se me da bien hacia una vocación.
Quiero decirle al empresario que me contrate que no se arrepentirá, pues si de lo que trabajo me gusta de verdad, seré muy metódico y tendré una dedicación plena; además espero que se me respete en mi puesto de trabajo, pues no soy “especial” por tener una discapacidad, sino que soy Especial por estar capacitado para el puesto. Un trabajo sin muchos cambios, en el que pueda crear una rutina sería lo ideal.
A continuación dejo una lista de los mitos más generalizados entre la gente “normotípica”:
- No les gusta estar acompañados.
- No mantiene contacto ocular.
- Carecen de empatía.
- Son genios.
- No tienen relaciones sentimentales.
- No saben mentir
Termino con una conclusión a modo de reflexión. Se trata de una estrofa de la canción “Mi Casa”, del grupo de rocanrol ourensano “Los Suaves”, magníficamente escrita por Yosi Domínguez:
“Y ahora que todos se esconden, ahora que todos se escapan, si quieres conocer a un hombre, pregúntale cómo es su casa”.
►Recursos:
Trastornos Del Espectro Autista. Guía Básica
►Fuentes:
Imagen cortesía de Pixabay.com
