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5 claves para una disciplina positiva fundada en el respeto y el amor

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Daniella Palma Carrillo

“Si existiera algo que quisiéramos cambiar en los niños, en primer lugar deberíamos examinarlo y observar si no es algo que podría ser mejor cambiar en nosotros mismos” Carl Gustav Jung.

Como padre o madre tienes la honorable misión de velar por el sano desarrollo de tus hijos y guiarlos hacia una vida orientada en valores. Por supuesto eso implica recurrir a medidas correctivas y disciplinarias cuando asumen conductas riesgosas para ellos mismos o para los demás.

Hoy día todavía muchos se dejan llevar por la vieja escuela cuya premisa “más vale un correazo a tiempo, que lamentarse después” parece implicar que agredir e infundir temor es la vía regia hacia el control de la conducta.

Mientras que otros caen en el extremo opuesto “nunca le haré a mis hijos lo que me hicieron a mí, que ellos decidan lo que quieren hacer” asumiendo una postura más cercana a la negligencia que al respeto.

Por eso es importante que tomes un tiempo para reflexionar sobre la manera en que estás disciplinando a tus hijos, medita un poco. Realmente logras orientarlos desde la comprensión? Realmente te respetan o solo te tienen miedo? Realmente parecen darle importancia a lo que intentas enseñarles?

A continuación 5 claves que te ayudarán a ver la disciplina de tus hijos desde una perspectiva completamente diferente:

1. Mantén la calma y la disposición a escuchar

A veces puedes sentir que es inevitable perder la calma y aparecen los gritos, las amenazas, las ofensas e incluso las agresiones físicas, y cuando te permites llegar a ese punto se crea una ruptura en la comunicación y llegar a un acuerdo se convierte en todo un reto.

Además, al reaccionar de esa manera refuerzas un estilo de resolución de conflictos poco saludable, en otras palabras, le muestras a tu hijo/hija que está permitido gritar, amenazar, ofender e incluso golpear al otro cuando se está molesto, así que muy probablemente esas conductas serán reproducidas con otras personas y contigo mismo.

Pero si por el contrario, logras tener control sobre tus emociones, sobre tu propia ira o frustración, si logras reaccionar desde una postura paciente, de escucha y con disposición a conversar, estás siendo un modelo positivo, recordándole que la mejor vía de llegar a un acuerdo es escucharse mutuamente.

Toma el tiempo que necesites para tranquilizarte, antes de acercarte puedes recurrir a técnicas de respiración o de manejo de emociones que te ayuden a calmarte y a pensar con mayor claridad.

2. Colócate en una postura accesible

Es importante establecer roles y educar a los niños en el respeto hacia las figuras de autoridad, sin embargo, no debe hacerse desde el autoritarismo o infundiendo temor, sino desde una postura de tolerancia, empatía y orientación.

Permite que tu hijo sienta que puede hablar contigo y expresar lo que está sintiendo, que pueda con confianza acercarse a ti o permitir tu acercamiento. Para ello colócate a su misma altura, tal vez los dos sentados frente a frente, y establece contacto visual, esto permitirá establecer una comunicación más cercana y profunda.

3. Permítele que se exprese

Regala a tu hijo la oportunidad de explicar lo que está sintiendo y las razones que le llevaron a actuar de la forma en que lo hizo, con esta disposición, además de permitirte conocerlo y entenderlo mejor, estarás fortaleciendo su capacidad comunicativa, así como el reconocimiento y control de sus emociones.

Enséñale que su voz es un medio poderoso para comunicar lo que siente, acercarse a las personas y llegar a acuerdos.

4. Explícale las consecuencias y otras alternativas de conducta

Una vez que hayan logrado escucharse el uno al otro, aprovecha la oportunidad para explicarle las consecuencias que vendrán acompañadas de sus acciones, pueden ser los resultados naturales de su conducta o algún correctivo que consideres aplicar.

Recuerda que no es necesario recurrir a una disciplina violenta, como los gritos, las amenazas o los golpes, que solo lo lastimarán y afectarán su desarrollo. Además, oriéntalo sobre otras formas más asertivas de comportarse o reaccionar ante la misma situación.

5. Habla siempre con claridad y honestidad

Una conversación abierta con tu hijo/hija estrechará de forma saludable el vínculo que los une, cuando te das permiso de hablarle con un corazón abierto, lejos de las amenazas y el autoritarismo, descubres entre ustedes una nueva posibilidad de acercamiento, en la cual permites que él conozca lo que sientes y lo que te preocupa, para que pueda verse reflejado en ti y tomar una postura similar.

Así que, por favor ten paciencia, no le grites, ni le humilles, no le amenaces, ni le golpees, simplemente ayúdale a entender lo que hizo mal.

Como padre o madre tienes una responsabilidad inmensa que descansa sobre tus hombros, no permitas que se convierta en una carga o en un motivo de frustración, existen las herramientas y los medios que necesitas para disfrutar del tiempo que compartes con tus hijos, y toda la experiencia de acompañarlos en su camino de vida.

Toma un respiro y acércate a una disciplina fundada en el respeto y el amor.

Nota del Editor

Se comparte para su descarga el documento “Manual sobre disciplina positiva”, una adaptación de la obra “Positive Discipline: What it is and how to do it” de la autora Joan E. Durrant editada por Save the Children.

El siguiente texto tomado de la introducción nos da una idea del propósito y alcance del documento:

“La disciplina positiva proporciona una base de referencia para los padres. Es un sistema de principios que pueden aplicarse en una amplia gama de situaciones. Es más, es un sistema de principios que pueden orientar todas las interacciones con los hijos, no sólo en los grandes desafíos.” 


Recursos:
Manual sobre disciplina positiva
Fuentes:
Imagen cortesía de GreyerBaby vía Pixabay.com


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