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Miedo escénico ¿Por qué puede durar años?

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Fabián Cardell Muñoz
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Hace pocos nos enteramos de que la cantante Pastora Soler, con más de 20 años de carrera musical, se retiraba de los escenarios por lo que ella llamaba “miedo escénico”. El caso, aunque llamativo,  no es ni mucho menos único. Artistas del caché de Robbie Williams, Scarlett Johansson o Adele, esta última tuvo que acudir a la hipnosis para actuar en la gala de los Oscar en 2013, padecen de esta dolencia desde hace años. Incluso el cantante Axl Rose, cantante de Gun´s and Roses, con una dilatada carrera sobre de los escenarios, estuvo a punto de suspender su gira con Aerosmith por miedo escénico.

Esta información nos deja claro que es muy frecuente en ciertos ámbitos laborales (actores, cantantes, políticos) este tipo de miedos. Esta forma específica de ansiedad social, cursa con sequedad de garganta, palpitaciones, taquicardia, bloqueos, sudoración o temblores. Se caracteriza por el miedo a la crítica, hacerlo mal, a quedarse bloqueado o paralizado.

En la base de estos comportamientos y emociones, solemos encontrar una excesiva autoexigencia, experiencias negativas encima de un escenario y miedo intenso a la evaluación negativa.

Dejando de lado las particularidades de cada uno de los ejemplos que hemos comentado, en psicología sabemos que la única fórmula para superar los miedos es exponiéndose a ellos. Si yo tengo fobia a los perros, no voy a conseguir superarlo, a no ser que me obligue a estar junto a uno, o varios perros, de manera prolongada.

Mi organismo, mediante un proceso de habituación, deja de responder al estímulo con esos niveles tan elevados de ansiedad. Además, a nivel cognitivo, me estoy dando cuenta de que ese estímulo que me provoca tanto miedo, no es tan peligroso cómo pensaba. Todo ello me ayuda a gestionar adecuadamente mi miedo incapacitante.

Podemos decir, que no se puede superar un miedo sin pasar algo de miedo. Ahora bien, la pregunta que suscitan estos ejemplos es clara: ¿Cómo puede ser que personas tan acostumbradas a exponerse públicamente tengan este pánico permanente durante tantos años? Estas personas se están exponiendo de manera más o menos frecuente y prolongada, aun así su miedo se mantiene actuación tras actuación, concierto tras concierto. ¿Qué está sucediendo?

Es frecuente que, las personas que tienen estos miedos, tomen muchas precauciones para conseguir que no suceda la catástrofe, es decir, quedarse en blanco, bloquearse o paralizarse. Y es eso precisamente lo que mantiene el miedo. En algunas personas puede ser memorizarse muy bien un texto, en otras, no mirar en ningún momento al público y, en muchas otras consumir fármacos, que reducen la sintomatología física de la ansiedad, como los temblores.

En todos estos casos el miedo no desaparece, sino que se mantiene y aumenta. Repetir muchas veces  conciertos, presentaciones, obras de teatro, por sí solo no es suficiente para dejar de tener miedo escénico, hay que exponerse a lo que nos da miedo. Un ejemplo similar sería tener miedo a los perros y estar durante horas, con una manada de perros pero vistiendo una armadura. Pensaré: “no me ha pasado nada porque he tomado muchas precauciones”.

Si consigo quitarme esas conductas de seguridad y protección, si consigo quitarme esa armadura, me quitaré el miedo.

Aquí te dejamos alguna clave para trabajarlo:

  1. La ansiedad no es tan mala: Es normal tener ansiedad en una situación en la que hablas en público. La mayoría de las veces el resto de gente no nota tu estado total de nervios. Quedarse en blanco no es el fin del mundo. Es una situación desagradable pero muy frecuente, provocada por estrés.
  2. Inspiro, espiro: Trata de respirar profundamente antes y durante la presentación, charla o actuación. Las técnicas de relajación consiguen un efecto similar a los psicofármacos, pero sin sus efectos secundarios y su dependencia.
  3. Quítate la armadura: Como comentábamos antes, no podrás conseguir superar tu miedo si no te expones sin conductas de seguridad. Memorizar excesivamente tus textos, no mirar a la audiencia, estar detrás de un pulpito, tener algo entre las manos o hablar muy rápido, sólo harán que mantener tus miedos a hablar en público. Deshazte de estas “protecciones” y comprobarás que no es tan peligroso. Comprobarás que progresivamente el miedo desaparece.
  4. Sólo hazlo: Céntrate en la tarea que tienes que hacer. Si es presentar una información, fíjate en eso. Si es cantar, actuar, hacer un monólogo, céntrate sólo en hacerlo. Gustar a la gente, que te contraten, pasar el casting, es secundario. Si consigues centrarte en tu tarea, no te estarás centrando en la amenaza (no gustar, no cumplir, no conseguir el trabajo) y podrás acabar tu actuación, sin problemas. De otro modo sería como intentar escalar por una pared muy vertical, mirando abajo en todo momento y pensando en la caída brutal que podrías sufrir. Lo que haces es complicarte mucho la tarea. Por lo tanto, trata de centrar toda tu atención en subir por la pared, poniendo la mano y el pie en sitios donde te puedas agarrar y seguir subiendo, sin atender a que te puedes caer y hacer daño. Cuántas más veces lo hagas de esta manera, menos miedo a caerte, hacerlo mal, paralizarte o bloquearte tendrás. Cada vez será más fácil estar tranquilo y disfrutar de tu escalada, de tu trabajo, actuación o presentación.

Recursos:
El miedo escénico
Fuentes:
Imagen cortesía de Esparta Palma vía flickr.com

3 comentarios en “Miedo escénico ¿Por qué puede durar años?”

  1. El otro día escuché que la cantante Pastora Soler se retiraba de los escenarios por esto mismo. Debería leer este artículo, le vendría muy bien.

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