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Fantasías sexuales femeninas: El Jardín de los Deseos

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Psicopedia

A lo largo de la historia, hemos podido ver cómo la sociedad avergonzaba y culpabilizaba a la mujer por tener deseo sexual, generando falsos mitos y tabúes que han afectado a su vida sexual de manera importante.

Tabúes como los habitualmente vinculados a la masturbación o al uso de juguetes sexuales, que hoy podemos encontrar en cualquier tienda erótica, han hecho un daño irreparable a la salud sexual de muchas generaciones.

En su extraordinario libro “El Jardín de los Deseos: La evolución de las fantasías sexuales de las mujeres”, la escritora británica Emily Dubberley explora el significado del deseo y descubre nuevas verdades sobre la sexualidad femenina.

En este artículo exploramos algunas de las cuestiones que Dubberley aborda en relación a las fantasías sexuales.

¿Qué es una fantasía sexual?

Las fantasías sexuales pueden tomar muchas formas. Pueden ser susurros de pensamientos que surgen dentro y fuera de la cabeza de una mujer, o narrativas complejas que han evolucionado con el tiempo.

Pueden ser utilizados para la excitación durante el acto sexual, la masturbación, ambos o ninguno, incluso para escapar de la realidad, sin estimulación sexual física en absoluto.

Pueden ser románticas, sensuales, violentas, todo lo anterior o algo completamente distinto. Pueden ser utilizadas para idear relatos eróticos, ya sea como una forma de exhibicionismo intelectual o como un medio de hacer dinero, incluso ambos.

Una fantasía sexual puede ser inspirada por la realidad, puede inspirar a la realidad o podría ser algo que la mujer en cuestión nunca desearía hacer realidad en absoluto.

En resumen, cada mujer tiene su propia experiencia de la fantasía, la definición de su propio mundo interior y de sí misma, y el grado en el que los demás están autorizados a acceder a este mundo varía de mujer a mujer.

Algunas mujeres prefieren mantener sus fantasías en privado. Otras son felices de compartirlas anónimamente, y algunas otras mujeres prefieren la emoción de compartir abiertamente sus fantasías con otras personas.

¿De dónde vienen las fantasías

Nuestras fantasías no tienen necesariamente relación con las cosas que nos gustaría experimentar en la vida real, aunque algunas personas puedan tener fantasías relacionadas con el cumplimiento de un deseo.

Los psicoanalistas sugieren que las fantasías sexuales pueden ser utilizadas por el cerebro para procesar nuestras emociones y experiencias. En este sentido fantaseamos para contrarrestar la ansiedad y el dolor, llevando el placer allí donde existe conflicto.

Sin embargo, asumir que la fantasía no es más que una forma de terapia es una simplificación excesiva de cómo las fantasías pueden servir para múltiples propósitos.

Mientras que las fantasías de algunas personas pueden ayudarles a llegar a un equilibrio psicológico, una fantasía puede ser también una manera fácil de estimular la excitación, ya sea por recordar una experiencia placentera o imaginar algo nuevo.

Algunas mujeres dicen que les gusta el proceso creativo involucrado en las fantasías, viéndolo como una forma de juego adulto que les resulta útil para liberar su imaginación.

También es importante tener en cuenta la construcción social de la fantasía. La fantasía no está al margen de la realidad, incluso puede ser vista como un reflejo de la experiencia real de las mujeres.

Los cambios en las fantasías reflejan los cambios en la sociedad, y de hecho la recurrencia de ciertos temas como el exhibicionismo puede reflejar el papel que se espera que las mujeres desempeñen en la sociedad.

¿Por qué tenemos fantasías?

Freud creyó inicialmente que las fantasías sexuales eran recuerdos reprimidos relacionados con abusos en la infancia, después cambió de opinión y decidió que se trataba de fantasías inconscientes que ocupaban ese lugar.

Aunque algunas de las mujeres encuestadas para la elaboración del libro “El Jardín de los deseos”, manifestó que el abuso había influido en sus fantasías, muchas más tenían claro que ningún tipo de experiencia traumática había influido en sus deseos.

En su fascinante estudio de la fantasía sexual, “Excitación” (Virgin Books, 2003), el Dr. Michael Bader dice: “Aunque he llegado a rechazar muchas hipótesis del psicoanálisis sobre la naturaleza del deseo sexual, un hecho es irrefutable: El psicoanálisis, más que cualquier otra teoría, ha ayudado a apreciar el poder de la mente inconsciente y ha explicado nuestro intento de desbloquear el significado de la excitación sexual.”

Y continúa: “Nuestros sentimientos sobre el cómo, dónde y por qué de la excitación sexual son a menudo un ventana hacia los niveles más profundos de nuestra psique y las fuentes más profundas de nuestro placer y nuestro sufrimiento.”

Ciertamente tiene sentido que las fantasías de una mujer le den un nivel de comprensión de lo que valora, la forma en que se siente acerca de sí misma y posiblemente, sus deseos sexuales.

Algunas mujeres fantasean con encuentros sexuales de la vida real, con su pareja actual o anterior, ya sea como una forma de sentirse cerca de su pareja, como un modo de aferrarse a una relación que se se terminó, o simplemente como una forma de obtener material masturbatorio.

Y algunas mujeres usan conscientemente sus fantasías para tomar el control de sus inseguridades. Como la Dra. Susan Block dice: “Sus fantasías sexuales son llaves que abren las puertas de su historia personal reprimida. Pueden ayudarla a lidiar con sus problemas de la vida real, al igual que sus sueños lo hacen. Pero tienden a hacerlo cuando está despierta”.

¿Tienes dificultad para fantasear?

No es raro que esto suceda. Si no tenemos la costumbre de ejercitar la imaginación de forma específica en este ámbito tan íntimo de nuestra vida, necesitaremos de estrategias que nos ayuden a activar este recurso tan necesario para una sexualidad sana.

En este sentido, el uso de un juguete erótico de tipo vibrador, succionador o estimulador será de gran ayuda. Al estar en un contexto íntimo y sin distracciones, este tipo de recursos externos te ayudarán a potenciar las fantasías sexuales, ya sea en solitario o en compañía de tu pareja.

En general, jugar con cualquier recurso que active tus sentidos, ya sea mediante olores sugerentes, imágenes de vídeo o fotos eróticas, una música que te resulte estimulante, será de gran ayuda para propiciar un atención focalizada, que a su vez potenciará tu imaginación sexual.

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