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Psiquiatrización de la vida cotidiana (PDF)

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Jonatan Molina Torres
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Según Pérez-Ciordia (en un excelente trabajo titulado Las “no enfermedades” y la medicalización), si sumásemos todos los datos que arroja la ciencia epidemiológica, cada uno de nosotros padeceríamos alrededor de 20 enfermedades. Este dato supone un buen punto de partida para hablar del crecimiento exponencial del número de síndromes recogidos en los manuales diagnósticos (sobre todo en el DSM) y por tanto un aumento de la prevalencia de los trastornos mentales en la población.

 Vivimos en la sociedad de lo inmediato, del reforzamiento a corto plazo. Es por ello que no es concebible convivir con ningún tipo de molestia, sea o no considerada como patológica. Está socialmente instaurado que la perfección y la ausencia total de sufrimiento es el objetivo, por tanto cualquier desviación de esa perfección debe ser reparada. Esta psiquiatrización se manifiesta de 3 maneras:

  1. Magnificación de enfermedades existentes, tanto de su prevalencia como de su gravedad.
  2. Magnificación del poder de la ciencia médica, de sus profesionales y de la infalibilidad de los medios diagnósticos y terapéuticos.
  3. Conversión y abordaje de problemas físicos y mentales no patológicos como si lo fueran.

¿Qué agentes influyen en que el proceso de psiquiatrización siga creciendo en todos los ámbitos de las ciencias de la salud? ¿Quiénes son los responsables? ¿Qué consecuencias va a tener este cambio de paradigma en nuestra manera de vivir en el futuro? ¿Qué medidas pueden tomarse para reducir su efecto? Éstas y muchas más preguntas acerca de la psiquiatrización podrás responderlas leyendo el siguiente artículo: “Psiquiatrización de la vida cotidiana. Disease Mongering en Salud Mental” de Andoni Anseán.


Recursos:
Psiquiatrización de la vida cotidiana
Fuentes:
Imagen cortesía de Dhester

3 comentarios en “Psiquiatrización de la vida cotidiana (PDF)”

  1. Gracias, Jonathan muy bien ciertamente con lo de la pandemia es claro que este con mayor intensidad la Psiquiatrización, para mi la conclusion final al escrito de Antoni Ansean es la promoción de la salud y prevenir la enfermedad; aliviar el dolor y el sufrimiento; asistir a los pacientes incurables (falta humanizar a los médicos especialmente en los paises latinos ) y que realmente se trabaje en equipo con profesionalismo ser objetivos ,humanos.

  2. Nortecounselling consultores

    Agradezco mucho la publicación de un trabajo tan sensato, imparcial y maduro como este, y también a Anseán por la honestidad de escribir desde un lugar de cierta llanura, único modo de hacer eficaz un tratamiento de las burocracias médicas.
    Sin embargo, me gustaría Jonatan que me ayudaras a comprender la descalificación hecha de la CCHR, que me inquieta por haberme informado de sus divulgaciones y del video que se menciona en el capítulo. No hay demasiado disponible fuera de los ámbitos científicos para tomar contacto con este problema, y lo de la CCHR me pareció serio y efectivo, hecho por psiquiatras y psicólogos disidentes y con abundante investigación y documentación cuyo valor aparece con claridad.
    Si tuviesen vinculación con la iglesia de la cientología, francamente no se nota, y me da la imperesión de que casi todo lo dicho aquí coincide con las nociones que esa entidad difunde, al menos hasta donde podemos acceder desde el gran público.
    Muchas gracias

    1. Jonatan Molina

      Lo cierto es que la CCHR ha trabajado mucho en el aspecto de la regularización de los trastornos mentales, sobre todo desde el ámbito de los Derechos Humanos. Porque no olvidemos que un trastorno, además de ser una etiqueta, conlleva unas consecuencias a nivel social, económico, emocional, etc. Por tanto, la importancia de un diagnóstico “fino” es esencial para el bienestar del paciente que tenemos delante.

      En mi opinión, considero que mientras estemos anclados en el paradigma del “todo o nada” que propone la clasificación categorial del DSM no saldremos de ahí. Cada vez estamos más de acuerdo en que los trastornos mentales son dimensionales (todos podemos ser “un poco TOC”, o “un poco ansiosos”) y esa consideración modificaría, por un lado, los estigmas a las personas con problemas psicológicos, y por otra, daría un golpe definitivo a la concepción de las personas con trastornos como “dos piernas con una etiqueta”.

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